Las vacaciones trimestrales pueden ser un salvavidas para niños y jóvenes con necesidades de apego, según una docente

El tiempo de calidad que brindan unas vacaciones en familia puede ser invaluable: los estudios revelan que las vacaciones familiares hacen que los niños sean más felices e inteligentes

Se ha informado que las vacaciones no autorizadas durante el período lectivo representaon más de 5 millones de días escolares perdidos en Inglaterra en el año académico 2021-22″, publica en un artículo Sara Wall, Profesora titular de Educación de la Universidad Anglia Ruskin, en Inglaterra.

No obstante, estos periodos vacacionales pueden resultar fundamentales para la salud psicológica y emocional de nuestros hijos. Un tiempo de pausa, reconexión y vínculo con la familia alientan a muchos profesionales a recomendar hacer planes en familia aunque esto suponga que los niños falten a clase unos días.

El tiempo de calidad que brindan unas vacaciones familiares es invaluable

“La combinación de la crisis del coste de vida y el hecho de que las vacaciones pueden ser más baratas durante el período lectivo hace que sacar a los niños de la escuela durante las vacaciones sea tentador para muchos padres”, manifiesta Wall.

Los directores en Inglaterra no pueden aceptar solicitudes de vacaciones durante el período lectivo a menos que existan  “circunstancias excepcionales“, explica la docente.

“Si un director rechaza una solicitud de vacaciones y los padres o cuidadores sacan a su hijo de la escuela de todos modos, pueden recibir una multa de £60. Esta multa aumenta a £120 si no pagan dentro de los 21 días, o a un posible procesamiento si no pagan dentro de los 28 días”.

 

Vacaciones trimestrales: un salvavidas para los niños

 

Pero según la especialista, para algunos niños y jóvenes, “hay más en el debate que unas vacaciones baratas y un poco de sol de finales de verano”. Algunos, incide la docente, “necesitan más tiempo para construir relaciones seguras con los adultos importantes en sus vidas, y el tiempo de calidad que brindan unas vacaciones puede ser invaluable“.

Teoría del apego

La investigación de Wall se basa en la teoría del apego, que sugiere que los adultos clave en la vida de un niño deben estar disponibles y ser receptivos a sus necesidades. Es decir, el niño debe saber que “si está angustiado, puede confiar en su cuidador para que lo ayude a sentirse mejor”, explica la investigadora.

Tal y como indica la evidencia, con una crianza consistente y “suficientemente buena” como esta, la autora señala que los niños son capaces de desarrollar una base segura desde la cual explorar el mundo (tal y como señala la teoría de la base segura de Bowlby que explica cómo los estilos de apego influyen en la psicología de la personalidad).

La docente nos recuerda que los estudios nos indican que “un niño con apego seguro monitorea activamente la ubicación de sus cuidadores mientras explora y solo regresa si se enfrenta a una situación desafiante”. Así pues, una buena crianza les otorga una base segura a los niños y así estos pueden tener “la capacidad de navegar por el mundo y, a medida que se vuelven más independientes, pueden pasar períodos más largos de tiempo lejos de los adultos importantes en sus vidas”.

 

Vacaciones trimestrales: un salvavidas para los niños

 

Pero sin embargo, las estimaciones sugieren que el 40% de todos los niños tienen apegos inseguros, incide Wall.

“Esto puede suceder cuando eventos traumáticos afectan la disponibilidad y la capacidad de respuesta de los adultos importantes hacia estos niños, y esto puede afectar el desarrollo de relaciones seguras.

Estas experiencias infantiles adversas pueden incluir duelo, hospitalización, vivir en una zona de guerra, abuso sexual y físico (como violencia doméstica) y negligencia.

Los niños con apego inseguro responden a situaciones desafiantes con hipervigilancia: están constantemente en alerta ante posibles amenazas. Esto significa que para muchos alumnos la escuela está plagada de desafíos“.

La escuela puede ser un desafío y un elemento estresor para muchos niños

En un colegio, los alumnos tienen que gestionar desde muy pequeños períodos prolongados lejos de sus padres “y navegar las relaciones con sus compañeros y adultos desconocidos”. También tienen que controlar sus emociones, incluso cuando se sienten abrumados.

 

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Exigimos a los niños que sean demasiado independientes demasiado pronto

A los niños “se les exige que sean cada vez más independientes. Tomar y ejecutar decisiones solo, responder de las consecuencias de sus actos y saber que un comportamiento elegido es practicable, sociable y moral“, señala Wall. “Esto a pesar de que muchos de estos niños todavía necesitan desarrollar dependencia“. Además, a todo esto se suman las expectativas académicas.

Pero, tal y como señala la docente, las vacaciones pueden aumentar la cantidad de tiempo que un niño pasa con sus padres, “dándoles el espacio que necesitan para desarrollar estas importantes relaciones”.

Construyendo vínculos

Las investigaciones sugieren que las vacaciones familiares hacen que los niños sean más felices e inteligentes.

Durante las vacaciones, las familias pueden crear recuerdos positivos compartidos que los niños podrán aprovechar en los años venideros. El tiempo alejado de la rutina permite a los padres atender verdaderamente las necesidades de sus hijos de una manera divertida, lúdica y centrada.

Pasar más tiempo con los padres y avanzar lentamente hacia estas relaciones más seguras puede ayudar a reducir la ansiedad y la hipervigilancia de los niños y mejorar su salud mental en general”, explica Wall.

 

Vacaciones trimestrales: un salvavidas para los niños

 

Entonces, “en momentos pertinentes, que pueden no encajar dentro de la estructura existente de vacaciones escolares”, los niños con necesidades de apego pueden beneficiarse de períodos prolongados “con padres biológicos o adoptivos, o cuidadores de crianza”. Se necesita tiempo de calidad para construir relaciones, “lejos de compromisos como el trabajo y la escuela”, y esto es lo que las vacaciones pueden ofrecer a estas familias.

Dedicar tiempo a construir estos vínculos puede ser de gran utilidad para los niños cuando regresen a la escuela. Cuando los niños se vuelven ansiosos, el personal de la escuela puede aprovechar estas relaciones más sólidas. Una llamada telefónica o una nota desde casa pueden ayudar a tranquilizarlos, por ejemplo.

Las vacaciones brindan a las familias un tiempo precioso para estar juntas, y unas vacaciones durante el semestre deberían ser una cuestión de qué es lo mejor para el niño y su familia”, concluye la investigadora.

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