Lanzar al bebé por los aires es un juego habitual. Muy divertido para el bebé y el progenitor lanzador, pero terrorífico para la mayor parte de los espectadores que imaginan al bebé cayendo sin control…
Cuando una mujer recurre a la Fecundación in Vitro con óvulos de donante o, lo que es lo mismo, la ovodonación, para gestar un hijo, previamente ha tenido que pasar por otras situaciones difíciles que suponen dolor y sufrimiento.
Puede que haya sufrido abortos previos, pruebas médicas, tratamientos… Estas experiencias dolorosas acumuladas, ponen a la mujer en una situación de gran vulnerabilidad psicológica y emocional. Por eso, hay que tener en cuenta que no se afrontan y enfrentan igual las situaciones desde la calma y la tranquilidad, que desde el dolor y el duelo acumulado.
El varapalo emocional que supone la noticia de la infertilidad hace tambalear la identidad de muchas personas, sobre todo de las mujeres. Socialmente se sigue considerando que una mujer es “incompleta” si no ha sido madre. La maternidad se sigue viendo por muchas personas como el fin último de toda mujer.
Esto puede predisponer a que se sienta culpable o avergonzada por no ser madre, desembocando en sintomatología depresiva. La infertilidad suele ser difícil de elaborar psicológicamente, no hacerlo puede poner en riesgo la estabilidad emocional.
Algunos consejos útiles si te planteas recurrir a la ovodonación
En primer lugar, infórmate de las implicaciones económicas, físicas y emocionales que conlleva la intervención. En toda esa información has de basarte para tomar la decisión de recurrir o no a esa técnica. Teniendo en cuenta que existen otras alternativas, como pueden ser la adopción, o incluso aceptar una vida sin hijos. Decidas lo que decidas, estará bien ya que es una decisión muy personal, y nadie sabe qué es lo mejor para ti excepto tú misma.
En segundo lugar, hay que tener presente que no siempre acaba de forma exitosa. Conviene plantearse un límite de intentos para no acabar entrando en una espiral de intentos dañina. La ovodonación muchas veces es vivida como la última oportunidad, por eso se suele activar mucha ansiedad por si no se consigue la ansiada maternidad. Aunque sea una opción descartada a priori, yo recomiendo tener presente que la opción de una vida sin hijos siempre ha de estar sobre la mesa.
Finalmente, si al final decides recurrir a la ovodonación, por las especiales implicaciones que tiene, te recomiendo buscar apoyo psicológico especializado en infertilidad. También leer o escuchar otras mujeres que han recurrido a ella en foros o grupos de autoayuda (en la Tribu CSC, por ejemplo, puedes conocer a gran diversidad de familias). Y desde luego, preguntar todas tus dudas al equipo que realice la intervención.
El duelo genético y sus implicaciones
La principal dificultad a la que se tiene que enfrentar una mujer que recurre a la ovodonación, a parte de los duelos vividos hasta llegar a este punto, es el “duelo genético”. Aceptar que tu hijo o hija tendrá la carga genética de otra mujer. Esto muchas veces provoca muchas inseguridades, dudas y miedos. A veces puede llevar incluso a sentir cierto rechazo durante el embarazo. Se puede entrar en una espiral de duda sobre si será capaz de quererle o vincularse a el bebé.
Este duelo tiene varias ramificaciones. Por ejemplo, está el miedo asociado a que sus hijos o hijas no se parezcan a ellas. Que tengan algún rasgo físico que les resulte muy diferenciador de ellas o de su familia. Puede que les cueste imaginarse a su bebé una vez nacido, y eso dificulta la “conexión emocional” con el bebé que está por nacer. Con esto aumenta la culpa y los miedos, y la sensación de no ser una buena madre para ese bebé.
También perturba la incertidumbre sobre si los familiares admitirán al bebé. De ahí que esté muy presente también la duda de si comunicarlo o no a la familia y personas allegadas, y cuándo hacerlo, si se decide que así sea.
Qué dificultades pueden surgir durante el proceso de ovodonación
Es casi inevitable que una mujer que recurre a la ovodonación no acabe haciéndose mil preguntas sobre la donante, sus motivaciones, cómo será físicamente, si tendrá buena salud física o mental… O sobre cómo será la relación con el bebé que está por nacer, sobre el parecido… O sobre si la familia lo entenderá… O cómo será decírselo a su hijo o hija algún día.
También es probable que la mujer se culpe por haber retrasado demasiado la maternidad y encontrarse en esa situación. Es innegable que la ovodonación tiene muchas implicaciones psicológicas, emocionales e incluso éticas para las familias receptoras, y no siempre están preparadas para lidiar con ello.
Debido al tabú y secretismo que todavía acompaña a la reproducción asistida, y a la ovodonación en concreto, se dificulta la legitimación para hablar las inseguridades y angustias que acompañan este proceso. En demasiadas ocasiones la mujer tiene que vivir en soledad y silencio el torrente emocional que vive a lo largo del proceso.
Cómo manejar estas dificultades
Como he dicho anteriormente, buscar ayuda profesional es muy importante. También ayuda comprender que ser madre es más que un hecho biológico. Somos madres o padres porque ejercemos como tales cada día. Con nuestra presencia, cuidados, cariño… vamos creando un vínculo que trasciende lo biológico. Compartimos vivencias, experimentamos la vida juntos. Somos su soporte…
Eres madre, da igual cómo lo hayas conseguido. A ser madre se aprende siendo madre. Día a día aprenderás a acompañar, cuidar y querer a tu bebé tan deseado. La genética tiene menos peso del que pensamos en la creación del apego con nuestro bebé.
Casi todos los miedos y desvelos desaparecen con su nacimiento. No obstante, tener dudas y miedo es normal, solo si se normalizan se les puede afrontar y enfrentar. Son parte del proceso. Hay que tener también en cuenta, que los bebés vienen al mundo sin prejuicios ni dudas. Aceptan a la madre con total incondicionalidad. Y vivirán su familia como la única posible.
No obstante, si para ti es muy importante que tenga tu carga genética, has de saber que los últimos estudios de epigenética muestran que desde el mismo momento que se implanta el óvulo fecundado en el útero, empieza a haber intercambio celular real. Es lo que se conoce como microquimerismo fetal.
En cuanto a si decirlo o no, el debate no debería ser ese. Para quitarse la presión de si comunicarlo o no, el foco se debería poner en dejar de temer que se sepa. No es nada malo, ni nada a ocultar. Es un proceso fruto de una elección libre; y como tal, ha de ser respetada.
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3 comentarios en "Cómo afrontar emocionalmente la gestación de un bebé con un óvulo que no es mío"
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En mi caso tengo dos hijos de tratamiento, el primero es biológicamente nuestro, pero la segunda es solo mía, se tuvo que recurrir a donante de semen.
Pase x todo lo k pones, con ayuda ya que una vez nacida solo había oscuridad en mi mente.
Ha dia de hoy estoy tranquila, pero solo me perturba saber si es importante decírselo a ella, como y cuando hacerlo o en cambio omitir su verdad y esperar que no lo sepa. La pareja estamos divididos en este tema. A mi me da miedo k si lo sabe x fuera sienta sufrimiento ( x si le pilla en una edad comolicada).
¿Que se aconseja en estos casos?
Hola BigMamma,
Gracias por escribirnos, el equipo de expertos de CSC no responde consultas en los comentarios a las entradas del blog, pero sí en la Tribu CSC. Te envío el enlace.
Allí tienes a 17 profesionales a los/as que consultar tus dudas. Entre ellos la psicóloga perinatal Mamen Bueno, además de más de 100 Cursos Online sobre salud materno-infantil y crianza respetuosa de los que puedes disfrutar de forma gratuita.
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Un saludo