Los niños que nacen moderadamente prematuros tienen un mayor riesgo de sufrir trastornos del desarrollo, según un metaanálisis

Según un nuevo estudio importante, el bebé que nace prematuro moderado (nacido entre las semanas 32 y 38 de gestación) tiene más probabilidades de tener trastornos del desarrollo, como retraso del lenguaje, deterioro cognitivo, TDAH y parálisis cerebral, en comparación con los niños nacidos a término.

Si bien muchos de los mayores riesgos son pequeños, podrían tener consecuencias significativas a nivel de población, según los autores del estudio, publicado en la revista Pediatrics, del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Atención (NIHR).

Para el estudio, investigadores de las Universidades de York, Leeds y Leicester examinaron datos de más de 75 estudios de todo el mundo, en los que participaron un total de más de 8 millones de niños.

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El estudio identificó un mayor riesgo en los bebés prematuros moderados de sufrir la mayoría de los trastornos del desarrollo. Si bien los riesgos disminuyeron con cada semana de gestación, todavía había evidencia de un pequeño aumento en el riesgo de varios trastornos del desarrollo, como parálisis cerebral, retraso en el desarrollo y deterioro cognitivo, incluso cuando los niños nacían “tempranamente”, entre las 37 y 38 semanas.

Uno de los trastornos más comunes fue el retraso del lenguaje, que afectó a 222 de cada 1.000 niños nacidos entre 32 y 36 semanas, en comparación con 47 de cada 1.000 en el caso de los niños nacidos a término. De hecho, muchos niños enfrentan un bajo nivel educativo durante los años de escuela primaria, lo que afecta a 300 de cada 1.000 niños nacidos moderadamente prematuros, en comparación con 160 de cada 1.000 niños nacidos a término. Lo cual resulta significativo si tenemos en cuenta que la lectoescritura es la base de los sistemas educativos actuales.

 

 

Si bien el riesgo de parálisis cerebral es relativamente bajo para todos los niños, los resultados del estudio sugieren que es 14 veces mayor para los bebés nacidos entre las 32 y 33 semanas.

La revisión también encontró que las dificultades que enfrentan los niños nacidos entre las semanas 32 y 38 persisten durante la niñez, con evidencia de un mayor riesgo y prevalencia de deterioro cognitivo y bajo rendimiento educativo que persisten hasta los años de la escuela secundaria.

“Las razones detrás de nuestros hallazgos aún no están claras, pero los bebés que nacen sólo unas semanas antes tienen una maduración cerebral diferente a la de los niños a término, y es posible que el nacimiento entre las semanas 32 y 38 de gestación pueda alterar la evolución de las conexiones neuronales contribuyendo potencialmente a un trastorno del desarrollo”, explica la autora principal del estudio, la Dra. Katherine Pettinger del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de York.

Un mensaje tranquilizador: Muchos bebés moderadamente prematuros no experimentarán ningún problema de desarrollo

Pettingerquiso incidir en que “es importante recordar que si bien nuestro estudio muestra un aumento en el riesgo para los niños que nacen moderadamente antes de tiempo, muchos niños no experimentarán ningún problema de desarrollo“.

“Muchos bebés que nacen moderadamente prematuros nacen antes de tiempo por muy buenas razones, por ejemplo, cuando la madre tiene un problema de salud como la preeclampsia“, añade la experta.

Según las directrices actuales del Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención (NICE), los niños deben ser monitoreados hasta los 2 años si nacieron antes de las 30 semanas. No obstante, los investigadores no recomiendan que todos los niños nacidos entre 32 y 38 semanas de gestación también reciban múltiples citas médicas de rutina, ya que muchos no mostrarán ningún signo de trastornos del desarrollo, y esto supondría una presión significativa para los servicios del NHS.

 

 

Sin embargo, sí que subrayan que “comprender las implicaciones a largo plazo del nacimiento antes del término puede influir en la toma de decisiones obstétricas en algunos casos”.

“Es vital que todos los profesionales de la salud, y en particular los pediatras, estén bien informados sobre las posibles consecuencias del parto prematuro para que puedan brindar información basada en evidencia a las familias y así no se pierdan oportunidades de intervención temprana”, explica la experta.

Asimismo, los investigadores piden una mayor comunicación entre las escuelas, los padres y los profesionales de la salud y un mejor apoyo para los profesores.

Mayor conexión y capacitación de familia-escuela-médicos

“Los datos nos dicen que los efectos de llegar sólo unas semanas antes de tiempo todavía están presentes en la edad de la escuela primaria. Por lo tanto, tiene sentido que los maestros estén informados si tienen estudiantes que nacen prematuros y reciban capacitación sobre cómo apoyarlos“, añade Pettinger.

Los autores del estudio señalan que se necesita más investigación para analizar estudios de población a gran escala para explorar “cómo los incidentes de trastornos del desarrollo se relacionan con la edad gestacional y ver si los patrones que observamos en el presente estudio se replican”.

Asimismo, también quieren observar “si los niños se ven comúnmente afectados por más de un trastorno”, ya que “comprender qué condiciones pueden coexistir” puede ayudar a producir “intervenciones más personalizadas” para los niños.

 

 

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