¿Cuántos huevos puede tomar mi hijo a la semana?

Artículo publicado el 16 Mar 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 14 octubre, 2023

Probablemente, todos hemos escuchado alguna vez en casa que no es bueno comer un huevo todos los días. Pero, ¿qué hay de cierto en esta afirmación? ¿Cuántos huevos puede tomar un niño a la semana?

El huevo, ¿un alimento sano?

Uno de los alimentos que más dudas suele generar a la hora de ofrecerlo a los peques es el huevo. Es cierto que es un alimento potencialmente alergénico, pero eso no implica que haya que retrasar su introducción en la dieta ya que, de hecho, está demostrado que introducirlo de forma tardía incrementa el riesgo de aparición.

A ello se suma la creencia de que no es bueno consumirlo más de tres veces por semana por su alto contenido en colesterol, lo que seguro te ha llevado a preguntarte cuántos huevos puede tomar tu peque. Según explica la dietista-nutricionista del equipo de Criar con Sentido Común, Rebeca Pastor, con la que puedes hablar si eres miembro de la Tribu CSC, “el huevo es un gran alimento porque es muy nutritivo y sus proteínas se absorben especialmente bien“.

 

 

De hecho, el huevo cuenta con proteínas de alto valor biológico, vitamina A, D, E y K, minerales como el fósforo, selenio, hierro y zinc, fosfolípidos, grasas insaturadas y antioxidantes. Tiene una gran capacidad de absorber las proteínas y los aminoácidos que presenta, y su valor proteico es tan alto, que se compara la proteína del resto de alimentos con las del huevo. Es decir, el huevo es el referente frente al resto de alimentos.

También se ha relacionado durante mucho tiempo el huevo con su alto contenido en colesterol. Es cierto que tiene una cantidad importante, y un huevo mediano puede contener aproximadamente unos 200 mg de colesterol. Sin embargo, diferentes estudios han demostrado que no eleva la cantidad de colesterol en sangre ni el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

¿Cuántos huevos puede tomar un niño a la semana?

Por tanto, el huevo no debe faltar en la dieta de los más pequeños. De hecho, Rebeca Pastor asegura que podrían comer un huevo todos los días, pero esto provocaría que no hubiera variedad en la alimentación del pequeño.

Hasta los tres años, hay que controlar el consumo de proteína animal de los más peques ya que sus riñones e hígado aún son inmaduros para procesarla. Esto no significa que haya que eliminarlas de la alimentación, son necesarias, pero en exceso pueden provocar problemas de salud. Así, un bebé de entre 6 y 12 meses puede comer entre 20 y 30 gramos de carne al día y 30-40 gramos de pescado o un huevo pequeño; y un niño de entre uno y tres años, 40-50 gramos de carne y 60-70 de pescado o un huevo mediano. Por tanto, si ofreciéramos un huevo todos los días a los niños, no podríamos ofrecer otros alimentos como la carne o el pescado.

“Si la familia es ovolactovegetariana es perfecto ofrecer un huevo al día, pero si no, es recomendable tener mayor variedad en la alimentación“, explica Pastor.

 

 

Si no es el caso, estaríamos privando al niño de los numerosos beneficios que aportan alimentos como el pescado o la carne, cuando ya de por sí los niños comen poco pescado, limitando por tanto el consumo de Omega-3 DHA. Por tanto, si te preguntas cuántos huevos puede tomar tu peque a la semana, dependerá de su menú semanal y de cómo lo incluyas y lo combines con la carne y el pescado.

Recetas con huevo

El huevo ofrece muchas posibilidades para incluirlo en nuestro día a día. Sin embargo, hay una premisa fundamental: debe estar totalmente cuajado ya que de lo contrario, se incrementa el riesgo de infección por salmonela. También para los adultos, pero en nuestro caso, nuestro sistema inmune está desarrollado para hacerle frente, lo que no ocurre con el de los niños.

De ahí que, por ejemplo, no sea recomendable ofrecer huevos fritos a los peques. En su lugar, y para evitar además el exceso de aceite, es mejor hacerlos a la plancha, asegurándonos de que la yema esté muy bien hecha.

 

 

Destaca también por su versatilidad. Para Rebeca Pastor “no hay alimentos por o para horas, sino alimentos saludables para nuestro horario”. De ahí que podamos presentar huevo a cualquier hora, ya sea en el desayuno, la comida, la merienda o la cena, siempre que no hayamos ofrecido proteína animal en otro momento del día.

Pero más allá del valor nutricional, la alimentación nos enseña y aporta mucho más que la ingesta de los alimentos en sí, por ejemplo a aumentar la psicomotricidad fina al batir los huevos. Por ello, batirlos puede ser una magnífica ocasión para empezar a cocinar con los peques y que además les resulta muy divertido.

Tostadas con huevo cocido y tomate

Hierve un huevo unos 10 minutos en agua (desde que rompe a hervir), rállalo y mézclalo con tomate rallado, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y un poco de orégano. Solo tienes que poner la mezcla sobre una rebanada de pan integral tostado ¡y a disfrutar!

 

 

Macarrones con huevo cocido

Podemos aprovechar la misma mezcla de tomate y huevo rallado con aceite de oliva y orégano y ponerla con unos macarrones integrales cocidos.

Tortilla de colores (o jardinera)

Las opciones de presentar el huevo en tortilla son múltiples: francesa, con espinacas (a partir del año), con queso, calabacín, champiñones… Y también puedes hacer una tortilla jardinera con diferentes verduras como judías verde, daditos de zanahoria, trocitos de pimiento y unos guisantes cocidos al vapor o al microondas.

Batimos los huevos, añadimos las verduras y cuajamos bien en la sartén con un poco de AOVE. Sus colores llaman mucho la atención de los niños y, para presentarla, puedes cortarla en tiras o en daditos para que los más peques puedan cogerla fácilmente.

 

 

Tostada con huevo revuelto

El huevo revuelto es otra de las opciones más socorridas para este alimento. Sobre un trozo de pan tostado con un poco de tomate rallado y aguacate es una alternativa perfecta para cualquier hora del día.

Y, además, podemos incluir el huevo en múltiples recetas como en unas tortitas de avena y fruta, en un bizcocho casero, en galletas o magdalenas saladas. ¡No hay excusa para no comer huevo, aunque eso sí, en la cantidad justa!

 

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