El aprendizaje de la lectura: Cómo enseñar a leer de forma respetuosa

Artículo publicado el 4 Sep 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 13 septiembre, 2023

Hace apenas dos días estabas cambiando pañales o, al menos, esa es la sensación que tienes. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, te encuentras con tu peque señalando un cartel y diciendo “¡mira!¡esa es la letra de mi nombre!”. Y es que el tiempo pasa tan deprisa que, antes de que te des cuenta, tu peque habrá cumplido cinco o seis años y estará inmerso en el apasionante aprendizaje de la lectura.

El aprendizaje temprano: ¿beneficioso o perjudicial?

Existe mucha controversia sobre la conveniencia de comenzar a una edad temprana el aprendizaje de la lectura. A día de hoy, contamos con argumentos a favor y en contra, y algunos estudios que parecen indicar que lo interesante durante la etapa de infantil es incidir en lo que llamamos la conciencia fonológica, es decir, en conocer y ser capaces de manipular los sonidos del lenguaje que, posteriormente se convertirán en letras y, una vez iniciado el aprendizaje de la lectura, realizar una instrucción explícita sobre las reglas de conversión fonema-grafema o, lo que es lo mismo, sonido-letra.

 

 

Este paso de la etapa de prelectura a la de decodificación inicial es vivida por muchas familias como estresante y frustrante si, de repente, parece que el peque no aprende las letras al ritmo que marca el colegio.

Y es una pena porque a todos nos gustaría que nuestros hijos desarrollaran el gusto por la lectura. En los libros hay aventuras, aprendizaje y montones de diversión. La lectura debería ser una actividad placentera desde el inicio y, a veces, la carrera por leer antes supone perder por el camino todo lo que de disfrute tiene un buen libro.

Sin embargo, la realidad es que, unas veces por las prisas que nos arrastran y otras porque los niños no están motivados, ni encontramos el momento, ni tenemos las ganas de ponernos manos a la obra. No obstante, el día a día está lleno de momentos que podemos utilizar para fomentar la lectura.

 

¿Cuál es el mejor método para aprender a leer?

Aquí os proponemos dos tipos de actividades: unas para cuando tenemos un momento relajado y otras para hacer sobre la marcha.

CUANDO TENEMOS TIEMPO…

Aprovecharemos para leer de forma relajada, por puro gusto, disfrutando, no solo de la lectura sino del momento de estar con ellos.

¿Qué podemos hacer?

• Dejarles que elijan el cuento. Y de la misma manera, dejar que cambien de cuento si uno no les gusta (aunque se puede “chinchar” con preguntas como “¿a ver si ahora es cuando aparece el fantasma y nos lo perdemos?” para intentar que perseveren en el elegido).
• Compartir la lectura: repartir el texto ayuda mucho en los primeros lectores. Si aún no son capaces de leer más que unas pocas palabras, intentaremos que lean solo aquellas que sabemos que podrán leer de manera exitosa (los nombres de los personajes, palabras más cortas, etc.). Si un cuento les gusta, te lo pedirán mil veces y, aunque no sepan leer, podrán completar algunas partes.
• Repartir los personajes y hacer voces diferentes: a los niños les gusta el teatro así que… ¡teatralicemos la lectura!
• A veces es bueno dejar la lectura en el momento más interesante para que salga de ellos continuar al día siguiente.
• Cerrar el libro en un momento determinado e imaginar qué pasará después o preguntar sobre lo leído.
• Hacer dibujos sobre el cuento.
• Inventarnos un cuento entre todos (se pueden seleccionar varias palabras que tengan que aparecer, mezclar personajes de distintos cuentos…): si se tiene tiempo se puede escribir pero si no, no es necesario (recuerda que la literatura empezó como narración oral). En un post anterior os hablaba sobre la importancia en el aprendizaje infantil de la transmisión oral.

 

 

Y SI NO TENEMOS TIEMPO…

Aunque la intención es buena, el día a día nos atropella entre extraescolares, poner lavadoras, hacer cenas, ayudar a los mayores con los deberes o atender a los pequeños… Así que toca agudizar el ingenio y emplear esas tareas para nuestro propósito. Os proponemos situaciones cotidianas a las que podemos sacar partido:

• Aprovecha los traslados en coche o andando: podemos ir haciendo juegos de palabras encadenadas, deletreo, buscar carteles con palabras con una letra concreta, el veo veo, pensar palabras que empiecen/terminen por una letra… Sí, todas estas actividades son tareas de lo que antes hemos llamado conciencia fonológica y que son tan importantes para el posterior aprendizaje de la lectura.
• Mientras haces la comida/merienda/cena: como estás pendiente de la cocina, necesitarás un secretario que te ayude a leer la lista de la compra que has hecho para ver si se te ha olvidado algo. Puedes utilizar los folletos del supermercado para que te lea los productos (las imágenes les pueden ayudar). Recuerda que los niños son excelentes ayudantes.
• Si paseas por un núcleo urbano, podéis leer los carteles de las calles, de las tiendas, etc. Si aún no es capaz de leer la palabra entera, basta con buscar letras concretas.
• Ahora que estoy recogiendo los cacharros/tendiendo la ropa/doblando calcetines…: iba a ponerme música pero preferiría una buena historia… ¿me la vas leyendo tú?
• Si hay hermanos más pequeños o incluso mascotas en casa, también se puede aprovechar para que les lean: a los primeros lectores les quita presión leer para alguien que sabe menos que ellos.

 

 

Como veis, la lectura tiene un importantísimo factor cultural que hace que nuestro día a día esté impregnado de ella. Solo hay que saber ver dónde se esconde y aprovecharlo. Así que, si os agobia pensar en el inicio de la lectura, no lo dudéis, la mejor manera de favorecer su aprendizaje es contando y jugando. Y si tenéis alguna duda acerca del desarrollo del lenguaje de vuestros peques u os encontráis con alguna dificultad en el proceso de lectoescritura, ¡os espero en la Tribu CSC!

 

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