El masaje infantil es una técnica que se utiliza desde hace muchos años en diferentes países del mundo, y que fue introducida en Europa Occidental y Norteamérica hace varias décadas. Se basa en una serie…

Salir de viaje con un niño pequeño supone un enorme reto a la hora de hacer las maletas. Parece increíble la cantidad de cosas que tenemos que llevar, y de entre todas ellas hay una que es muy importante y que no podemos olvidar: un botiquín de viaje infantil.
Si nuestro hijo precisa medicación de uso crónico, como inhaladores, medicación para el asma o las alergias, debemos llevar cantidad suficiente para todo el tiempo que duren las vacaciones pero además, una receta y el informe médico donde conste el diagnóstico y el tratamiento recomendado. Sería terrible perder la medicación y tener que acudir a urgencias en un sitio extraño para conseguir una nueva receta.
También es conveniente llevar una copia de la cartilla de vacunas y asegurarnos de que el calendario está al día. Para viajes al extranjero es conveniente consultar con su pediatra 1 ó 2 meses antes, por si es necesario hacer algún ajuste en el calendario o si hay que acudir a un centro de vacunación internacional.
Si para la alergia precisa llevar adrenalina autoinyectable es conveniente asegurarse con tiempo de que la caducidad de los autoinyectores, y llevar 2 unidades en el equipaje de mano.
Medicamentos básicos como algún antitérmico y analgésico como paracetamol o ibuprofeno son imprescindibles. Puedes pedirle a tu pediatra que te recete sobres o comprimidos “flas” que se disuelven en la boca sin necesidad de usar agua, que son más cómodos y fáciles de transportar. Para los niños más pequeños los supositorios de paracetamol podrían ser una opción.
Toallitas o geles con solución hidroalcohólica al 60% son una buena opción cuando están en esa edad de tocarlo todo.
Suero fisiológico en monodosis para limpiar la nariz o los ojos.
Si el viaje va a ser más largo o más lejos
Si vais a viajar en avión y ha estado recientemente resfriado, no está de más que su pediatra mire si hay líquido o moco en los oídos, que puede resultar muy doloroso durante el vuelo. Si tu hijo es un bebé, le aliviará succionar durante el despegue y el aterrizaje. Intenta que tenga algo de hambre, para que se enganche al pecho o acepte un biberón. Si es más mayorcito, puedes probar a darle un chicle (sin azúcar).
Los cambios de agua y alimentación pueden favorecer vómitos o diarrea o, por el contrario, estreñimiento. Es recomendable tener disponible alguna solución rehidratante en sobres, de las que se preparan con agua, en caso de vómitos y diarrea y supositorios de glicerina por si aparece estreñimiento.
El cuidado de la piel
No puede faltar el protector solar (aunque no vayamos a la playa), ya que seguramente pasaremos muchas horas al aire libre. También gorrita, gafas de sol y algo (un pañuelo grande, por ejemplo) que nos pueda servir para cubrir zonas expuestas, en caso de que no encontremos una sombra apropiada.
El repelente de insectos también es un imprescindible. No solo si viajamos a zonas donde es previsible que haya mosquitos: ríos, humedales y otras zonas húmedas. En una vivienda urbana también puede haber mosquitos y es mejor que no nos pillen por sorpresa. Los repelentes más efectivos y seguros para los niños son los que contienen DEET, pero solo se pueden usar en mayores de 2 años. Para los más pequeños, los repelentes con Icaridin o IR3535 se consideran más seguros.

En caso de viajar a zonas donde los mosquitos transmiten enfermedades más graves (malaria, zika, etc), será necesario además contar con ropa apropiada, de colores claros, que cubran la mayor parte del cuerpo y utilizar mosquiteras para la cuna y el cochecito. Adicionalmente, las prendas y las mosquiteras se pueden impregnar con un spray de permetrina.
La prevención de accidentes
No forman parte del botiquín exactamente, pero si pensamos alquilar bicicletas para salir con los niños deberíamos asegurarnos de que vamos a poder alquilar también los cascos, o llevar los propios. Igualmente hay que pensar en la sillita para el coche, que se ajuste a los estándares de seguridad adecuados. Sobre todo si viajamos a países donde la legislación en este sentido puede ser más laxa, y al llegar nos encontremos con la sorpresa de que la sillita que nos dan no cumple con unos requisitos de seguridad aceptables.
¡Que paséis buen verano!
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