Cómo poner boca abajo a mi bebé de forma respetuosa

¿Cuándo se puede poner al bebé boca abajo? Si practicas movimiento libre, es muy probable que hayas leído en múltiples sitios que no hay que poner al bebé en ninguna posición a la que él/ella no haya llegado por sí mismo/a.

De esta forma, se evita forzar su musculatura y no se le pone en situación de dependencia del adulto, ya que si le colocamos boca abajo, sentado o de pie sin que sea el/la propio bebé quien ha alcanzado la posición, necesitará nuestra ayuda para salir de ella. Pero luego vas al pediatra y te dice que tienes que poner a tu bebé boca abajo, y encima tu bebé llora cada vez que lo intentas. ¿Qué haces? ¿Tienes que ponerlo boca abajo? ¿Puedes no hacerlo? ¿Está mal esto que leo en cuanto a movimiento libre?

¿Por qué se sigue recomendando poner boca abajo al bebé?

El pediatra suele recomendar practicar el boca abajo porque cada vez más nos encontramos con bebés muy chiquitines con plagiocefalia postural, esto es, con la cabecita achatada por atrás o alguno de los laterales. También nos encontramos muchas veces con bebés que tardan bastante más de lo esperado en adquirir los distintos hitos motores.  ¿Qué puede estar ocurriendo?

Si tenemos en cuenta que nacemos programados genéticamente para adquirir el control de la cabeza, voltear, sentarnos o ponernos de pie, no deberíamos tener que hacer nada muy especial con nuestro bebé para que esto ocurriera. Sin embargo, no solemos tener en cuenta la importancia del ambiente en el desarrollo y cómo han cambiado las condiciones y elementos de que disponemos hoy en día.

 

 

Eso unido a que quizá no vamos un paso más allá al leer sobre movimiento libre y otras filosofías de acompañamiento al desarrollo, es muy posible que nos hayamos perdido detalles muy relevantes. Vamos a verlos.

Por un lado es muy importante no generalizar. Los bebés de entre 0 y 3 meses suelen pasar la mayor parte del tiempo del día y de la noche en brazos, por lo que la cabeza suele pasar poco tiempo apoyada en la misma posición, evitándose así la aparición de ese aplanamiento que antes comentábamos. No obstante, si nuestro bebé es muy tranquilo y reclama pocos brazos, estando la mayor parte del tiempo dormido en superficies blanditas, es más posible que aparezca esta plagiocefalia.

Por otro lado, desde el movimiento libre se recomienda comenzar a ofrecer tiempo en el suelo, partiendo del boca arriba, a partir del tercer mes de vida. Ahora bien, ese tiempo en el suelo se recomienda sobre una superficie firme, que no se hunda ni arrugue. Se persigue con esto que el bebé sienta muy bien su cuerpo, las superficies de apoyo sobre esta superficie, animándose así a moverse.

No es lo mismo colocar al bebé sobre una esterilla de yoga o tatami que sobre la cama o una mantita de juegos muy mullida. En el primer caso el bebé puede sentir muy bien como el peso de su cuerpo cae en su coronilla, escápulas, culete y talones, puede girar libremente la cabeza de un lado a otro, empujar con sus talones en el suelo al patalear e iniciar el giro de un lado a otro.

 

 

En cambio, sobre la cama o una manta muy acolchada, donde se hunda o deslice, esto no va a ser así, la sensación de su cuerpo sobre la superficie de apoyo estará amortiguada y sus posibilidades de movimiento disminuidas, por lo que con mucha probabilidad, adquirirá el volteo y empezará a ponerse boca abajo por sí mismo más tarde que el bebé que está en la primera situación.

Teniendo en cuenta todo esto ¿Qué hacemos? ¿Ponemos o no ponemos boca abajo a nuestro bebé?

¿Cuándo se comienza con el Tummy Time?

Además de cuidar la superficie de juego y prepararla adecuadamente, evitar dispositivos que limitan el movimiento lo máximo posible, etc. como hemos comentado, sí que podemos proporcionar ratitos de boca abajo o tummy time a nuestro bebé, pero no lo vamos a hacer pensando en que tenemos que ponerle a ejercitar nada, ino hace falta!

 

 

No tenemos que poner a nuestro bebé todos los días 12 minutos dos veces al día boca abajo, llore o patelee… no. Te cuento qué podemos hacer para proporcionarle esos ratitos de boca debajo de manera respetuosa durante los cuidados o juegos cotidianos.

El porteo es una excelente estrategia

No es un boca abajo literal, pero si que está proporcionando al bebé una posición contra gravedad que estimula a la musculatura implicada con el control de su  cabeza y espalda. Los bebés porteados suelen ser capaces de sentarse antes que los que no lo son.

Colocar al bebé bocabajo en brazos o contra tu pecho

Cuando cojas en brazos a tu bebé, puedes modificar la típica posición de cuna en la que solemos cogerlos siempre cuando son muy pequeñitos, por otras en las que le colocamos bocabajo sobre nuestro regazo, brazos o incluso recostado en nuestro hombro. La postura del “tigre sobre el árbol” además es muy relajante cuando nuestro bebé tiene cólicos.

 

 

Puedes tumbarte con él en la alfombra, o reclinarte en el sofá, y colocar al bebé sobre tu pecho, mientras le hablas o le cantas. Ese boca abajo será muy disfrutado, ¡te lo prometo!

Aprovechar los momentos de cuidado cotidianos

Como el cambio de pañal, de ropa o ponerle crema tras haberle bañado, momentos de masaje, etc. son momentos excelentes en los que ayudar a tu bebé, girándolo despacito, a ponerse boca abajo, aguantando la posición unos instantes, los que él se muestre cómodo, sin forzar. Y si jugando, mientras estáis en el suelo, disfruta estando boca abajo, tampoco está mal pasar ahí unos minutos.

Como ves, hay muchas estrategias que puedes intentar a lo largo del día, que son muy fácilmente integrables en las rutinas cotidianas, para estimular esta posición en tu pequeño, sin necesidad de forzar posiciones y situaciones en las que ambos lo paséis mal.

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