Lo que os voy a contar hoy es algo tan fascinante que bien podría haber sido una creación del mejor director de ciencia ficción. Si preguntas acerca de cuándo comienza a desarrollarse el lenguaje, unos…
La irritabilidad uterina gestacional o también llamada “útero irritable” es una situación que afecta a muchas mujeres durante su embarazo, pero de la que se conoce muy poco.
Consiste en una actividad uterina mayor de lo habitual, pero que no produce cambios a nivel cervical, es decir, hay contracciones, incluso a veces son regulares o molestas pero el cuello no se acorta ni se dilata, por lo que no es una amenaza de parto prematuro. Esta condición además se prolonga en el tiempo, a veces desde las 20 semanas de gestación incluso hasta el nacimiento del bebé.
Las causas del “útero irritable”
Poco o nada se conoce sobre las causas que la originan. Cuando empecé a escribir este post, hice lo de siempre, empezar por investigar qué evidencia científica o qué información fiable había sobre el tema… y no encontré prácticamente nada.
Pese a ser algo que las mujeres te cuentan, un motivo habitual de visita a urgencias y una fuente de estrés para las embarazadas… No hay nada. Al menos nada registrado, ningún estudio serio, bien elaborado. Es como si para la ciencia, apenas existiera este fenómeno gestacional. Y por desgracia, no me sorprende. Como tantos y tantos procesos femeninos, son minimizados y silenciados. Digamos que es…poco relevante.
Pero cuando estás en tu casa y llevas dos horas con contracciones no dolorosas pero que son cada 5 minutos, que no se paran, ni, aunque reposes, ni aunque te hidrates… Y además no es la primera vez, porque has acudido a urgencias varias veces por lo mismo… En esos momentos lo único que quieres es que paren, que tu bebé esté bien y se quede donde está más tiempo. Para ti sí que es relevante. Y lo pasas fatal, incluso te sientes culpable: “seguro que es por haber estado trabajando”, “no tenía que haber andado tanto”, “¿será el chocolate que he comido?”.
Así que si tú que me estás leyendo estás ahora mismo en esa situación y este post sirve para darte al menos otra perspectiva, otras opciones, habrá merecido la pena escribirlo. No os voy a ofrecer evidencia científica sólida, no la hay, pero te planteo un cambio de chip: ¿y si el útero no es irritable, sino que está siendo irritado? Parece lo mismo, pero no lo es. Léeme un ratito y te explico mi teoría.
Posibles causas de la irritabilidad uterina
Como os decía, no se conocen, aunque de forma habitual se dan pautas como: hidrátate bien, reposa del lado izquierdo, vacía la vejiga de forma frecuente… que dan a entender que esos pueden ser los desencadenantes de las contracciones mantenidas. Pero no siempre es así, de hecho, cuando comienzan, muchas veces no reaccionan a estas soluciones y se siguen produciendo aun estando bien hidratada, en reposo, etc.
¿Por qué se recomiendan entonces? Pues porque, en principio, mal no te van a hacer y es lo que se suele aconsejar en caso de amenaza de parto prematuro (APP). Pero ¿la irritabilidad uterina y la APP son el mismo proceso? Normalmente no.
En el caso de la APP suceden un conjunto de hechos que acaban desembocando en el inicio del parto: por un lado, las fibras musculares del útero se vuelven más sensibles a la oxitocina que producimos y, además, aumentan su capacidad de contraerse. Por otro, el tejido del cuello uterino disminuye su resistencia a distenderse, a abrirse, digamos que por los cambios que se producen, permite su apertura.
También hay cambios a nivel de las membranas y la placenta que se preparan para romperse y desprenderse. Se produce entonces un ambiente inflamatorio en los tejidos que acaba de propiciar el desenlace. Por tanto, el parto prematuro es más un síndrome que requiere que pase todo esto a la vez.
En la irritabilidad uterina, el cuello está cerrado, firme y largo en las ecos. Son contracciones que no provocan un cambio ni una dilatación de forma habitual. Esto solo se ve a través de una ecografía vaginal. Por eso, cuando notáis un aumento brusco de las contracciones y que se vuelven regulares o se mantienen en el tiempo, siempre os recomendamos que os vean para descartar APP o la causa más frecuente de irritabilidad uterina autolimitada: una infección del tracto urinario.
Infecciones
Es superfrecuente que acudáis a urgencias porque hace unas horas o algún día que notáis más contracciones de lo habitual y tras una analítica de orina se descubra que tenéis una cistitis. La inflamación de la vejiga puede estimular la musculatura uterina produciendo esas contracciones. Este tipo de irritabilidad se mantiene hasta que se resuelve el proceso, pero ¿y cuando perdura durante todo el embarazo?
En este caso, siempre se ha dado por hecho que el motivo era un útero irritable, es decir, especialmente sensible al estrés, al movimiento… ¿Hay pruebas de ello? No. Son teorías. Así que yo vengo a contaros la mía. Como os decía, ¿y si el problema no está en el útero sino en que hay algo que lo irrita? Tal y como pasa con las infecciones.
Un útero perfectamente sano puede reaccionar ante una inflamación de los órganos adyacentes, estimulando y provocando una dinámica uterina frecuente. Por eso en caso de cistitis o gastroenteritis (en ese caso además se une una posible deshidratación), puede haber contracciones de este tipo.
Pero también puede reaccionar a la distensión de los tejidos. Hay estudios en animales (que, por cierto, me ha costado leer porque son verdaderas atrocidades) que relacionan el aumento en la distensión de las fibras musculares uterinas y el aumento de las contracciones, en intensidad y frecuencia. Eso explicaría los casos en los que se produce un útero irritable en el tercer trimestre, en embarazos gemelares o bebés grandes. Pero ¿y en los que debuta a las 20 semanas, con un solo bebé de tamaño normal? Donde aún hay relativamente poca distensión uterina…
La tensión músculo-ligamentosa
Ya sabemos que si estimulan las paredes uterinas, por ejemplo, dando un masaje intenso a través de la pared abdominal, las fibras musculares responden contrayéndose y protegiendo al bebé de la “agresión” externa. Es decir, el útero responde a la presión y fricción externas.
Si la musculatura y ligamentos que lo rodean (lo abrazan más bien) está tensa, ¿no sería lógico pensar que esa fricción/presión mantenida a lo largo del día, puede hacer que el útero se queje y produzca esa dinámica irritativa?
Puede suceder cuando hay un desequilibrio (normalmente un exceso de tono) en la musculatura que rodea nuestro útero: músculo transverso, oblicuos, diafragma o incluso musculatura del suelo pélvico que lo sostiene en su parte inferior. También pueden influir otros tejidos como la fascia (una “tela” que recubre toda nuestra musculatura) o los ligamentos, como el ligamento ancho que envuelve el útero.
Las mujeres suelen notar que tienen la típica barriguita muy recogida, oblicuos muy marcados, muy tensa siempre… que tienen incluso dolor o molestias con los movimientos del bebé. ¿Esto quiere decir que si tengo esta tipología voy a tener irritabilidad? No, hay más factores que influyen en ello, pero es algo a tener en cuenta porque se puede tratar. El pobre útero no es que sea sensible, es que está encajonado y estimulado las 24 horas del día.
El exceso de tono puede ser un problema, pero el defecto también. Si la pared abdominal no es capaz de hacer una correcta contención a medida que el bebé va creciendo, también puede producirse esa irritación ya que el útero “cae” hacia delante, se distienden más los ligamentos y el bebé adquiere normalmente una posición diferente, presionando atrás, en el sacro y estirando más la musculatura uterina.
La posición del bebé
Este es uno de los factores que también se nos olvida siempre y que puede influir en tener o no el “útero irritable”. El útero es sensible a la distensión de sus fibras, por tanto, en determinadas posiciones esa distensión es mayor.
Por ejemplo, habrá más tensión en un bebé que esté en transversal que en uno que esté de cabeza. Este tipo de dinámica es más frecuente en bebés a los que les está costando encontrar su posición óptima (para ese bebé y esa mamá). En mi experiencia, posiciones posteriores, cabecitas que no apoyan bien sobre la pelvis y presionan otras zonas uterinas, también pueden desencadenar esta respuesta y estas contracciones más frecuentes de lo habitual y más intensas, que de alguna manera intentan guiar al bebé hacia su camino.
Por eso también a veces son partos que tardan más tiempo en desencadenarse (más allá de la semana 41) o parece que comienzan y luego se paran. Nuestro útero funciona, estamos muy bien hechas, solo está intentando encaminar a ese bebé y es tan eficaz que la mayoría de veces lo consigue sin problema.
Sea como sea, creo que los profesionales tenemos el deber de escuchar a las madres y escuchar también lo que nos cuentan sus cuerpos y sus procesos. No parece fisiológico que las madres tengan este desgaste durante todo el embarazo y debemos poder ofrecerles recursos si los desean.
Por eso, si necesitas información o asesoramiento sobre tu embarazo, postparto, crianza del bebé o cualquier aspecto relacionado con la salud materno-infantil, puedes consultarnos online en la Tribu CSC, donde el equipo al completo de Criar con Sentido Común estamos disponibles.
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5 comentarios en "¿Útero irritable o irritado?"
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Buenos días, Acabo de leer vuestro post y quería saber si tenéis algún consejo al respecto de qué hacer para mejor el útero irritable. En mi embarazo las padecía desde la semana 32 y sufrí muchísimo. Tuve progesterona pautada por mi ginecóloga privada pues la pública no vio evidencias y lo único que hacía era estar tumbada todo el día para tratar de mitigarlas. El coche las provocaba así como caminar más de unos cuantos minutos. Reposo relativo dijeron. Ahora me estoy planteando quedarme nuevamente embarazada y le tengo mucho miedo y más con la faena que le haría a mi hijo no pudiendo salir a pasear ni realizar ninguna actividad con él. Estoy asustada lo cierto. Gracias de antemano
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Un saludo
Hola! Hay solución para la irritabilidad uterina?
He consultado con 3 obstetras y ninguno me dijo que podía ser causa de esto, solo me mandaban reposo. Yo empecé con las contracciones desde la semana 17 y voy ya por la 23… me gustaría hablar con Sara. Nose como hacer, soy de Argentina.
¡Hola Laura!
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Un saludo
Muchísimas gracias por este post. Pese a no tener estudios suficientes, es tranquilizador leer teorías que descartan la culpabilidad de la gestante. En mi caso, he empezado a las 26 semanas, si no antes, con contracciones y el diagnóstico ha sido útero irritable. A mi, al contrario que a Laura y a Sandra, me han dicho en todo momento que haga vida normal, exceptuando aquello que me provoque más contracciones, ya que el cuello del útero parece no modificarse; eso sí, controles cada dos semanas para asegurar que no haya cambios. Consuela ver que no soy la única en esta situación. Gracias de nuevo. La información es poder y tranquilidad.