Día Mundial de la Salud Bucodental: ¿A qué signos de salud dental debemos estar pendientes desde bebés?

Artículo publicado el 20 Mar 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 20 marzo, 2024

Cada 20 de marzo se celebra en el mundo del Día Mundial de la Salud Bucodental. Es una jornada para concienciar sobre la importancia de tener dientes saludables desde pequeños. El cuidado dental debe iniciarse desde bebés. Hoy os explicamos la importancia de la salud bucodental en niños y niñas.

El lema de este año en España es “Orgullécete de tu boca”, pero no porque sea bonita o perfecta, sino porque esté sana. La Fundación Dental Española, que depende del Consejo General de Colegios Oficiales de Odontólogos y Estomatólogos de España, estima que el 90% de la población mundial va a padecer en algún momento de su vida alguna enfermedad bucodental. 

Se calcula que la mala salud bucodental afecta a casi 3.500 millones de personas en todo el planeta y tiene graves consecuencias. Así que el cuidado preventivo debe empezar en la infancia.

 

 

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¿Qué importancia tiene la salud bucodental en el niño?

Al contrario de lo que se puede pensar, el cuidado dental de los bebés y niños y niñas debe comenzar prácticamente desde que nacen. Los dientes de leche de un peque ya están presentes en los maxilares cuando este nace. Incluso durante el embarazo, la higiene, la alimentación o el estrés de la madre puede afectar al desarrollo bucodental del feto.

Pero cuidar su salud dental no significa que haya que limpiar la boquita del bebé. De hecho, es todo lo contrario. “De cero meses hasta que salga el primer diente no hay que limpiar la encía del bebé con nada”,  explica Irene Iglesias en nuestra guía del cuidado dental en bebés de 0 a 24 meses. Después es importante inculcarles buenos hábitos desde el principio, para que puedan irlos integrando a sus rutinas diarias.

 

 

Sin embargo, la primera visita al dentista sí debería ser “cuanto antes” porque, aunque no haya salido ningún diente, es necesario que el especialista controle que todo está bien y la salud bucal del peque es óptima.

“La salud bucodental depende de la salud en general del bebé, y al revés. No se entiende una sin la otra. Si un niño tiene reflujo, bruxismo, es respirador oral… todo eso va a repercutir en su salud en general. Es imposible que la salud dental no afecte a la salud global. La diabetes, por ejemplo, afecta a la boca.

La salud es un conjunto conectado, no una sucesión de aparatos que van controlando los especialistas de manera aislada. Se suele atender las consecuencias, pero deberíamos prevenir las causas“.

 

 

¿Cómo afecta una mala salud bucal a los niños?

La salud bucodental en niños es fundamental. ¿Por qué? Pues porque de ella dependerá el estado de salud de nuestros hijos cuando sean adultos. Se tiende a creer que no pasa nada si sale una caries en un diente de leche porque “se caerá”. Pero lo cierto es que una caries, bacterias, deformaciones maxilares, etc. durante la infancia influirán de manera definitiva en la salud bucodental durante la adultez.

La caries dental es, por ejemplo, una de las enfermedades crónicas más comunes en la infancia y la patología más común relacionada con la salud bucodental en niños. Y es una patología que afecta, como dice Irene Iglesias, a toda la salud del menor. Puede provocar dolor, infecciones faciales e incluso puede influir en el desarrollo físico y el aprendizaje. Además, es probable que arrastre estos problemas durante su vida adulta.

Una mala salud bucal también afecta a nivel psicológico. Unos dientes sucios o torcidos o una mandíbula irregular por un desarrollo incorrecto puede tener un impacto en su autoestima y afectar a sus relaciones sociales.

 

 

Salud bucodental en niños: Señales de que algo pasa

La prevención es importantísima en la salud bucodental en niños. Hay que promoverla desde que son pequeñitos y, una vez vayan creciendo, enseñarles a lavarse los dientes y tener hábitos saludables para que su boca se mantenga sana.

Pero al margen de concienciarnos y concienciarlos, los padres debemos estar atentos a las señales. Ciertos aspectos nos pueden señalar que algo no va bien. Según nuestra experta Irene Iglesias, estos son los elementos que debemos vigilar:

• Dificultades en la lactancia. Cuando el bebé nace está preparado para mamar, para acoplarse a la perfección al pecho de la madre. La lactancia materna no solo le alimenta, también ayuda al desarrollo de todo el aparato bucodental que irá adaptándose al siguiente paso, el nacimiento de los primeros dientes. Si existe alguna dificultad en la lactancia puede tener consecuencias o ser señal de que la boquita del bebé tiene algún obstáculo (por ejemplo, anquiloglosia)
• Traumatismos que hayan cursado con una pérdida importante de un trozo de diente, movilidad y/o desplazamiento, o traumatismos repetidos en el mismo diente.
• Labios entreabiertos en reposo o al dormir (respiración oral).
• Biberones y chupetes más allá de un año. Este último puede provocar que los incisivos se inclinen hacia delante y afuera e impide que la lengua contacte con el paladar y que los labios queden sellados correctamente. “Afecta a los músculos y a los huesos. Llevar a los dientes a su sitio es relativamente fácil. Corregir las funciones orales es mucho más complicado”, explica Irene Iglesias en esta entrevista del blog.
  
• Dificultad en la masticación: niños que engullen o que se les hace bola.
• Manchas blancas en los dientes. Pueden indicar la aparición de caries.

 

 

En todas estas circunstancias es necesario acudir a un profesional de la Odontología para que controle qué le ocurre a nuestro hijo y cómo se puede solucionar. Para prevenir estas complicaciones lo mejor es que vean que ir al dentista es algo normal, que los adultos van al dentista periódicamente, que nosotros no comemos procesados o que nos cepillamos tres veces al día.

“El ejemplo es el mejor maestro”, indica Irene Iglesias. Así educaremos a nuestros peques para que cuiden su boca y fomentar buenos hábitos alimenticios desde una edad temprana. Es la mejor fórmula para lograr una boca sana para toda la vida.