Postparto: Qué tipos de compresas hay y cuáles son sus características

Artículo publicado el 17 Abr 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 26 mayo, 2023

Desde que la mujer es mujer, ha tenido sangrados cíclicos y eso ha conllevado que, de unas formas u otras, se haya intentado hacer algo con el flujo menstrual: desde pieles de animales, hierba seca, tejidos diversos, sacos de ceniza… Es curioso leer sobre la historia de la compresa o la de las toallas higiénicas, sobre todo porque les rodea un halo de tabúes tremendo.

La búsqueda de la compresa “ideal”

Al principio, las mujeres elaboraban sus “trapos” o “cinturones” para “esos días” de forma artesanal. Solo algunas podían comprar inventos más elaborados. 

Hasta la primera Guerra Mundial, lo que más se usaba eran los paños de hilo de algodón, pero las enfermeras observaron que las vendas elaboradas con celulosa o rayón absorbían mejor la sangre de las heridas, y empezaron a usarlas en sus reglas.

 

 

Tuvieron que pasar varias décadas para que se difundiera el uso de compresas higiénicas sin tantos remilgos, y hasta que no llegó cierta liberación feminista, el desarrollo de fibras y, sobre todo, un marketing potente, no se empezaron a encontrar en establecimientos y a usar de una forma normalizada. Las compresas que conocemos ahora apenas tienen 20 años de historia.

Qué características debe tener una compresa

Estas son las características que debe tener una compresa para cumplir su función:

• Absorción. No solo que absorba la cantidad media de flujo que se puede tener, sino que además elimine la humedad de la superficie, como hacen los pañales.
• Impermeabilidad. No debe permitir que haya fugas hacia la ropa.
• Transpirabilidad. Es importante que no haga un efecto invernadero, aumentando la sensación de humedad. No solo por el flujo, sino también por el propio sudor.
• Seguridad. Sus materiales han de ser seguros y adecuados.
• Higiene. Sus componentes tienen que asegurar una buena salud genital.
• Comodidad. Es vital sentirse a gusto mientas la llevas.

 

 

Cómo es una compresa hoy en día

En buen jardín me he metido… porque hay varios tipos de compresas con diversas composiciones. No solo me refiero a pequeños matices dentro de una misma marca, por ejemplo; sino que las hay desechables y reutilizables, de algodón, de celulosa, de cáñamo u otros tejidos.

 

 

Para abreviar voy a comentar lo más frecuente hoy en día. En general, todas comparten 3 partes:

• Capa externa. Zona impermeable en contacto con la ropa interior (aunque algunas no la llevan, como las tocológicas o las compresas postparto).
• Capa central. Zona intermedia con material absorbente.
• Capa interna. Zona superficial, en contacto con los genitales.

Tipos de compresa

Según la información anterior, voy a clasificar las compresas de la siguiente manera:

• Compresas finas, con núcleo súper absorbente, desechables:
  • Capa externa: material impermeable y transpirable.
  • Capa central: celulosa, rayón y/o perlas de gel superabsorbente.
  • Capa interna: material que evita que la humedad vuelva a la superficie.

 

 

• Compresas de algodón 100%, desechables:
  • Capa externa: material impermeable y transpirable.
  • Capa central: algodón.
  • Capa interna: algodón.

• Compresas reutilizables:
  • Capa externa: tejido impermeable.
  • Capa central: capas de algodón y/o algodón combinado con cáñamo.
  • Capa interna: tejido de algodón.

Composición de las compresas

Pues aquí es donde radica la mayor diferencia, porque la capacidad de absorción de los materiales es diferente, y la comodidad que otorgan se relaciona con ello.

El algodón, un material totalmente natural, proporciona una absorción moderada, bastante menor que otras fibras como la celulosa o el rayón (ambas fibras naturales, de origen vegetal) que poseen una capacidad muy superior de esta cualidad, y aún se queda lejos de las perlas de gel superabsorbentes, que son capaces de retener 30 veces su peso de líquido.

 

 

Los materiales que se usan en las capas internas pueden proporcionar mayor o menor confort. Los materiales más modernos propician que el líquido pase al interior y no refluya de nuevo, algo que sí ocurre con tejidos como los de algodón (sé que suena a anuncio de pañales, pero es que el funcionamiento es muy similar).

Y por último, la capa externa debe ser de un tejido impermeable y a la vez transpirable, y sí: suelen ser de origen plástico. Antes de echarnos las manos a la cabeza, hay que recordar que el plástico tiene diferentes formulaciones y tratamientos que le hacen un material versátil que está presente en nuestras vidas en multitud de objetos, como utensilios de alimentación, juguetes, herramientas, material sanitario y un largo etcétera.

 

 

Los plásticos son elementos muy desarrollados que en muchas ocasiones pueden (y deben) ser reciclados para evitar el exceso de residuos que pueden provocar. Los tejidos que se usan en estas capas externas se usan en ropa técnica, sobre todo deportiva, calzado o de usos más específicos. Los he llamado plásticos directamente para no andarme con rodeos, pero si soy más concreta puedo nombrarlos mejor: poliolefinas, polipropileno, poliéster o polietileno.

Por supuesto, todos estos componente son seguros y aprobados por la FDA (Food and Drug Administration) para estos usos. Las compresas no contienen compuestos tóxicos, como dioxinas, aunque se afirme en la publicidad de productos ecológicos. Las trazas que pudiera haber son ínfimas, mucho menores de las que se encuentran en algunos alimentos.

El grosor importa

El primer día tras las vacaciones de navidad, casi con 13 años, me bajó mi primera regla… Mi hermana mayor estaba estudiando fuera y mi madre ya con la menopausia. Recuerdo su mirada mientras me decía “pero si no tengo nada para que te pongas”, mientras rebuscaba en los armaritos del baño hasta que encontró una compresa de celulosa bastante rudimentaria, muy similar a las que se venden como compresas postparto ahora.

Aquello era incomodísimo, se arrugaba, el pánico a que traspasase… ¡Menos mal que solo fue una mañana! A mediodía mi madre me trajo lo más nuevo del mercado: la compresa “seda”. Esa por lo menos no iba a tener fugas y era más cómoda, pero la revolución llegó unos meses después con las ultrafinas… ¡Eso sí fue un invento! Eran cómodas, delgadas, sin escapes…

 

 

Así que sí, el grosor importa porque tienes que caminar con ellas entre las piernas rozando con una zona sensible. Y solo estoy hablando de la menstruación, imagínate si ponemos la sensibilidad del periné tras el parto con una herida con puntos y un sangrado activo durante más de una semana…

Entonces, ¿cuál elijo?

Pues, básicamente: la que quieras… Con la que te sientas más cómoda, física y mentalmente. Digo esto porque la razón más descrita para usar compresas reutilizables es el impacto medioambiental que generan las desechables vs las de varios usos, por ejemplo; pero lo que no creo oportuno es que se perpetúe el bulo de que las compresas “habituales” o “modernas” son tóxicas o dañinas para nuestra salud.

 

 

Si quieres más información o necesitas asesoramiento, en la Tribu CSC puedes consultar con nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil. 

 

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