Si quieres que tu hijo mejore las notas, no hagas los deberes con él

Artículo publicado el 26 Feb 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 21 septiembre, 2023

Las notas escolares son, a menudo, uno de los quebraderos de cabeza de muchas familias. Más allá de la preocupación normal de que nuestros hijos e hijas tengan un desarrollo cognitivo adecuado que les permita desenvolverse en la vida, en ocasiones, la competitividad imperante en esta sociedad hace que muchas familias vivan con mucha presión el tema de las calificaciones escolares. Hoy veremos si es adecuado hacer deberes con los hijos.

El miedo a sacar “malas notas”

En primer lugar, deberíamos entender que las notas escolares no son determinantes para el futuro de nuestras hijas e hijos. Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre este tema. Y, en cualquier caso, si consideramos que las calificaciones son importantes debemos alentarlos/as a dar lo mejor de sí.

La competitividad nunca debe estar orientada a obtener unas calificaciones u otras en relación con el resto de compañeras/os ya que cada niño/a tiene sus propias capacidades, intereses y circunstancias personales que van a condicionar de manera determinante tanto su progreso como sus resultados académicos; por lo que la satisfacción personal debería medirse en base a nuestros propios parámetros, no en comparación con el resto.

En un intento de ayudar a sus hijos/as a obtener mejores calificaciones, algunas familias les ayudan con los deberes hasta el punto de hacerlos por ellos. Cuando el alumnado realiza proyectos en casa, en ocasiones, pueden precisar cierto grado de colaboración de las familias. Pero una cosa es prestar una ayuda puntual para utilizar, por ejemplo, silicona caliente; y otra muy distinta realizar el proyecto prácticamente en su totalidad nosotros/as.

En el caso de este tipo de proyectos es fácil distinguir para cualquier maestro/a si lo ha realizado el alumnado o sus familiares, pero en el caso de las tareas asociadas a algunos aprendizajes, el hecho de que hagamos los deberes por ellos, puede resultar muy negativo ya que podemos estar enmascarando dificultades de aprendizaje.

¿Qué pasa si le hago las tareas a mis hijos? ¿Es bueno ayudar a los niños a hacer los deberes?

Cuando hablamos de hacer las tareas a las hijas e hijos no nos referimos solamente al hecho de hacerlas en sí, también hablamos de aquellas ocasiones en las que, por ejemplo, no saben cómo resolver un problema y terminamos diciéndoles lo que tienen que hacer.

Se me ocurren varios motivos por los que no deberíamos hacer los deberes con nuestras hijas y nuestros hijos:

No es nuestra misión

Somos sus madres o padres, no sus maestros o maestras. Y hacer las tareas es su responsabilidad, no la nuestra. Tan sencillo como eso. Nuestra misión es cuidar, educar, proteger, guiar… pero no enseñarles contenidos académicos ni cumplir con sus responsabilidades.

Les transmitimos un mensaje de incapacidad

Cuando hacemos cosas por ellos que no nos corresponden, de manera inconsciente, les estamos mandando un mensaje de incapacidad sobre sí mismos. “Mamá tiene que hacerlo por mí o ayudarme a hacerlo porque yo no sé, no soy capaz de hacerlo sola/o”. “Papá hace esto mejor que yo porque a mí no se me da bien”. Sin quererlo, podemos estar incluso perjudicando su autoestima.

Podemos interferir, sin querer, en su proceso de aprendizaje

A pesar de que el sistema educativo ha cambiado menos de lo que a muchas personas nos gustaría desde que éramos estudiantes a hoy en día, siempre hay algunos aspectos que varían incluso de un colegio a otro. Sabemos que lo ideal es que el proceso se adapte a cada niño y a cada niña, pero, a veces, en un intento de ayudar a los niños a hacer los deberes, podemos explicarles cómo hacer una división, por ejemplo, de manera distinta a cómo se lo han explicado en clase y conseguir que se confundan aún más.

Podemos enmascarar dificultades de aprendizaje

Las tareas que hacen en casa no son el único indicador que tenemos las maestras y maestros para conocer la evolución de un/a alumno/a, por lo que es bastante improbable que el hecho de que les ayudemos a hacer los deberes dificulte al profesorado diagnosticar una dificultad importante. Sin embargo, en el caso de que haya algún aprendizaje concreto que no estén entendiendo en la escuela, el hecho de que les ayudemos a hacerlo en casa sí puede hacer que su maestra/o piense que lo tiene adquirido cuando en realidad aún está en proceso.

No fomentamos su autonomía ni su responsabilidad

En muchas familias sucede que se empieza a ayudar a los/as peques a hacer sus tareas escolares cuando comienzan la escolarización y ya no se sabe cómo ni cuándo frenar. Y nos encontramos con casos en los que, incluso finalizando ya la etapa de Educación Primaria, algún alumno se justifica diciendo que su madre no le ha metido en la mochila el libro o el material que necesitaba para ese día. Hacer sus tareas, organizar y preparar su mochila, revisar su agenda… son actividades que les corresponden y que les ayudan a desarrollar su autonomía y su sentido de la responsabilidad. A veces, debido a nuestra interferencia, no saben ni cómo organizarse para hacer los deberes.

¿Cómo ayudar a los hijos con los deberes?

Pero, al principio, necesitan que les ayudemos a organizarse y pueden tener dudas o querer que les acompañemos, ¿qué hacemos entonces?

Puede ser positivo que les ayudemos o les enseñemos a organizar su tiempo y sus actividades en casa. Podemos hacer de manera conjunta una tabla de rutinas en la que establezcamos en qué momento de la tarde realizarán sus actividades del cole. Si lo necesitan podemos permanecer a su lado mientras las realizan, pero, en la medida de lo posible, será mejor que no intervengamos. Podemos incluso aprovechar ese tiempo para hacer alguna otra actividad como leer un libro o trabajar en el ordenador. Si nos preguntan o nos piden ayuda con algo puntual, como por ejemplo el significado de una palabra, no hay ningún inconveniente en que les ayudemos a resolver esa duda, aunque también podemos animarles a buscar el significado en un diccionario.

 

Si nos preguntan por algo más complejo que vemos que no han entendido en el colegio, será mejor que les animemos a preguntarlo en clase para que su maestra/o pueda aclarar esa duda y sepa que aún no ha quedado claro ese concepto.

De manera progresiva, lo ideal es que cuando no lo necesiten, vayamos retirándonos y les permitamos hacerse cargo de sus responsabilidades sin nuestra supervisión.

En caso de que exista alguna dificultad y desde el centro educativo nos soliciten colaboración en casa, podemos acordar con la maestra/o cómo organizar esta ayuda para que sea efectiva y no afecte de manera negativa a la vida familiar. Si este es tu caso, y no sabes muy bien cómo hacer deberes con los hijos o te cuesta hacer un buen planning de organización familiar, respetuoso y equilibrado con todos los miembros de la casa, puedes consultarnos online en la Tribu CSC.

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