Cada día recibo en consulta adolescentes y preadolescentes que, aquejados de alguna lesión, generalmente deportiva, acuden a nosotros para recuperarse lo antes posible y volver a su actividad diaria normal. No le sobreprotejas y deja…
La maternidad también se trunca. Tener un hijo es lo mejor que nos puede regalar la vida. Es felicidad, es conocer el amor más sincero, puro, el de verdad. Pero la realidad es que también es complicado…
A veces el embarazo va mal, a veces hay abortos, un parto regular, malo o bueno, tenemos miedos… El miedo siempre parece que nos acompaña y la verdad es que hasta que no los tenemos en brazos no terminamos de estar tranquilos.
En nuestra familia tenemos dos peques. Uno de 6 años y otro de 26 meses, y otro en camino.
Sobre este pequeñito de 26 meses hace unos meses nos dijeron que podía tener una enfermedad inmune, su cuerpo destruía sus plaquetas. Cualquier enfermedad es un golpe. Y consulta tras consulta con la especialista, lo acabas asumiendo y tu vida parece que vuelve a la normalidad con ciertas precauciones, pero vuelve.
Pero ¿alguna vez os habéis preguntado si la vida quiere más y decide enseñaros lo que de verdad importa? A veces la vida es un huracán que te desestabiliza, algo cruel que te enseña el miedo de frente, mirándote a los ojos, un miedo que se apodera de ti, te abraza, te susurra.
Esto ocurre cuando de repente, sin esperarlo, vas a urgencias porque algo no va bien y te dan la peor noticia.
Tu hijo tiene leucemia. En ese momento sientes miedo de verdad, sientes cómo cada minuto te ahoga, sientes que vas perdiendo tu vida en cada bocanada de aire que coges, lloras mucho, tienes ansiedad, crisis en las que te atienden también, quieres gritar, correr y no mirar atrás, huir… Y solo te preguntas: ¿por qué él y no yo?
Pues sí, la vida es cruel y ahí te das cuenta que de verdad darías tu vida solo porque tu hijo se cure, nuestra vida importa poco cuando se trata de un hijo.
Simplemente ves que te has pasado toda tu vida preocupada por cosas absurdas, una casa, un trabajo bueno, intentando dar a tus hijos lo mejor ¿y sabes para qué? Para nada, no sirve de nada tu riqueza, porque tu riqueza la tienes a tu lado llamándote Mamá.
En estos casos ves la fortaleza de tu hijo, que no ve más allá del aquí y el ahora. Y eso solo eres tú: papá o mamá.
Ellos no miran el miedo, simplemente le dan la espalda o juegan con él. Mientras tanto, somos los padres los que lo miramos de frente, los que sabemos que nos acompaña las 24 horas del día, no un miedo cualquiera, el peor.
Pero esto es una lucha larga, una lucha de superhéroes contra villanos, una lucha en la que queremos vencer.
Por eso simplemente deja de buscar, deja de pensar en lo mejor, gírate y mira a tu hijo dormir, jugar, míralo, ámalo, siéntelo, huélelo y disfruta, porque eso es lo que de verdad importa en esta vida.
Mientras tanto nosotros seguimos aquí luchando, porque solo nos queda eso. Luchar para ganar la peor batalla de nuestras vidas. Te amamos mi súper H.
Estefanía es una de las mujeres que forman parte de nuestra Tribu CSC y quiso contarnos su historia y la de su familia en el blog de Criar con Sentido Común para que seamos conscientes, aunque sea a través del peor de los miedos, de qué es lo verdaderamente importante en la vida.
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