El desarrollo de la autonomía es un objetivo básico en la educación de los peques, pero ¿qué significa exactamente que un bebé o un niño pequeño sea autónomo? Aunque nos resulte chocante, un bebé puede…
El día 7 de mayo se celebra el Día Mundial de la Risa. Durante los últimos años, los especialistas en educación, crianza y psicología infantil han prestado cada vez más atención el empleo del sentido del humor en la educación de nuestros hijos. Los beneficios que el sentido del humor tiene para el desarrollo son múltiples y variados, abarcan desde lo emocional hasta la forma de concebir el aprendizaje. Por eso, conocerlos abre las puertas a nuevas formas de enseñar y aprender.
El sentido del humor, el ingrediente mágico de la felicidad
El sentido del humor está relacionado con grandes aptitudes para la vida, como el pensamiento positivo, la capacidad de relativizar o la resiliencia. Su máxima expresión es la risa. Todos los seres humanos conciben la risa como algo placentero y promotor de felicidad.
Según los investigadores Seligman y Peterson, la risa es una de las 24 fortalezas o virtudes del ser humano que nos permite desarrollar de forma saludable nuestras áreas vitales y están presentes en todas las realidades culturales del mundo. Dichos autores, especialistas en psicología positiva, sostienen que el sentido del humor mejora la autoimagen y constituye una fortaleza que forja conexiones y “provee de significado a la vida”.
Otros autores como Patch Adams (quien inspira una película sobre el humor y su uso en la relación asistencial), Norman Cousins o Lee Berk subrayan la capacidad que tiene la risa para relajarnos, olvidar momentáneamente los problemas y hacernos sentir bien gracias a las emociones positivas que genera.
Un niño feliz aprende más y más rápido
En la actualidad, hay una premisa que cobra cada vez más vigencia y es la de que un niño feliz está más dispuesto a aprender. De ahí la importancia del sentido del humor en la crianza y la educación de nuestros hijos e hijas. La risa es una estrategia mediadora para el desarrollo y el aprendizaje.
Todo aprendizaje ligado al humor se recuerda por mayor tiempo. Esto también facilita una relación entre padres e hijos, docentes y alumnos; caracterizada por la comunicación abierta y eficaz, fluida, confiada y recíproca. En definitiva: nos permite criar niños felices.
Utilizar el sentido del humor en la educación y la crianza de los peques no implica ser divertido, gracioso o chistoso para provocar la risa; sino aprender a exhibir los conocimientos desde un punto de vista alegre y positivo. Si los niños y niñas consideran el aprendizaje divertido, lo interiorizan y memorizan mejor.
También interpretan con mayor exactitud los conceptos y recuerdan lo que han querido significar en un contexto dado las ideas. Las herramientas frecuentemente usadas por los docentes en sus clases suelen ser:
- Anécdotas personales, historias, analogías, metáforas, chistes cortos y sencillos…
- Fábulas, relatos breves, ocurrencias, observaciones, juegos…
Para ello los educadores emplean el mismo lenguaje que los pequeños, para que cualquier tema les resulte familiar, ya que la formalidad dificulta y causa resistencia al aprendizaje.
El humor es un excelente recurso didáctico que facilita la integración en el aula y constituye un mediador del proceso educativo. Ofrece soluciones creativas a los razonamientos que perdurarán por mayor tiempo en las mentes de los más pequeños. Además, si disfrutan y se divierten, aprenden mejor y más deprisa.
La crianza también requiere de buen humor
El adquirir aprendizajes con un enfoque positivo favorece el desarrollo de habilidades únicas en cada niño y niña. Además, el sentido del humor aporta múltiples beneficios al desarrollo de nuestros hijos:
- Potencia la imaginación.
- Alivia la tensión física, relaja y disminuye el nerviosismo.
- Reduce del estrés.
- Ayuda a canalizar las malas experiencias o situaciones conflictivas.
- Favorece la resolución de problemas personales e interpersonales.
- Facilita la socialización.
- Ayuda a asumir riesgos y desafíos.
- Combate la frustración y estimula la aceptación de los errores.
- Aporta serenidad, seguridad y confianza.
- Mejora la autoimagen y la autoestima.
- Favorece el desarrollo de la inteligencia emocional y la gestión de sentimientos.
Qué duda cabe que el sentido del humor proporciona no solo un ambiente agradable donde crecer, sino un excelente caldo de cultivo para desarrollar habilidades. El entorno positivo es básico para suministrar a los pequeños un medio psicológico saludable para su proceso madurativo.
Cuando solo se ríe el adulto
Muchos adultos se sienten superiores a los niños, simplemente porque son personas mayores que ellos, con más experiencia y conocimiento que nos permiten desenvolvernos mejor en el mundo. Pero los niños son personas igual que los adultos y, por tanto, se les debe mostrar respeto. Es más, el respeto es básico y hay que recordar que muchas veces no entienden las bromas como lo hacen los adultos.
Las bromas pesadas que se pueden hacer a los niños pueden ser las típicas de: “a tu madre se la ha comido el lobo”, “si no te portas bien, tu papá no va a venir a por ti nunca más” o quizás una burla del tipo “¡ay, pero qué tonto eres!”.
Los pequeños se toman las cosas muy a pecho, no entienden la ironía y asumen las palabras de forma literal. No entienden que hay cosas imposibles. Su imaginación desarrolla un tipo de pensamiento mágico que hace que sientan que esas palabras son reales. Por eso las “bromas pesadas” pueden hacer mucho daño a un pequeño.
Muchos adultos repiten inconscientemente comportamientos que les hicieron a ellos mismos de pequeños. Cuando se les señala lo inapropiado de su actitud, se defienden diciendo que no pasa nada… En este punto es conveniente reflexionar sobre cómo se sentían ellos en ese momento, cómo puede haberles afectado y cómo les gustaría que se hubieran dirigido a ellos.
Un ambiente en el que se emplee el sentido del humor de forma sana en la educación y la crianza, siempre tendrá en cuenta el respeto hacia el niño y a su etapa evolutiva. Este tipo de sentido del humor positivo agiliza y fortalece el desarrollo y el aprendizaje significativo. Crea y potencia un clima motivador y ameno que además, también sirve para resolver los trastornos psicológicos y emocionales, ya que funciona como un importante agente terapéutico.
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