Precaución con los alisados de pelo: No todos son compatibles con la lactancia materna

Artículo publicado el 12 Jul 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 27 abril, 2024

¿Estás pensando en alisarte el cabello y le das el pecho a tu bebé? Pues debes tener precaución porque la lactancia materna no es compatible con algunos productos para el alisado del pelo. Varios contienen formaldehído o glutaraldehído, que tienen capacidad mutagénica y son potencialmente cancerígenos.

Componentes incompatibles con la lactancia materna

De hecho, su uso se ha limitado en muchos países. La propia Unión Europea ha debatido en los últimos años sobre el uso del formol en sanidad. Sigue estando autorizado en este ámbito, pero de forma limitada.

Según la web de referencia e-lactancia, ambas sustancias se encuentran en algunos de los productos que se usan para alisar el pelo, principalmente el de keratina y el alisado brasileño. Dentro de la escala de riesgo de e-lactancia (muy bajo, bajo, alto y muy alto), el formaldehído está en la categoría de riesgo alto. Hay pocos datos científicos sobre su transferencia a la leche materna, pero aún así se desaconseja el uso de este tipo de tratamientos de belleza si se está dando el pecho. En el caso del glutaral, el riesgo es bajo.

 

 

El proyecto e-lactancia surgió gracias a APILAM, una Asociación para la Promoción e Investigación científica y cultural de la Lactancia Materna. En la web se puede buscar prácticamente cualquier medicamento (la compatibilidad con la lactancia materna es una de las dudas más frecuentes) pero también procedimientos, contaminantes, etc. Las recomendaciones se actualizan continuamente y se basan en publicaciones científicas recientes.

Recomendaciones de e-lactancia frente al uso del alisado del pelo

No todos los productos de alisado del pelo contienen estas dos sustancias químicas. Algunos tratamientos utilizan el hidróxido sódico, el hidróxido de litio, el hidróxido de calcio o el tioglicolato de amonio (que son los que componen el llamado “alisado japonés”) que “no son mutagénicos y se consideran seguros”.

“Se recomienda limitar su uso, evitar los productos que contengan formaldehído, cumplir las normas de seguridad de empleo que vienen en los envases, mantener área del pecho limpia y llevar pelo corto o recogido a fin de evitar la absorción de compuestos potencialmente tóxicos por parte del lactante“, recoge e-lactancia.

Y es que quizás no se han encontrado transferencia directa a través de la leche, pero sí se han observado alteraciones hormonales en mujeres expuestas laboralmente a mezclas de solventes orgánicos entre los que se encontraba el formaldehído. Además, pueden quedarnos restos en la ropa o el pecho que sí pueden transferirse al bebé en el momento de la toma.

 

 

La web también recuerda que las trabajadoras de la peluquerías están más expuestas y “deben cumplir estrictamente las normas de seguridad” y utilizar productos “legalmente autorizados”.

¿Qué es el formaldehído?

El formaldehído es un agente químico ampliamente utilizado en el sector sanitario para el fijado y conservación de las muestras biológicas. Es un gas muy volátil que puede provocar irritación respiratoria, ocular y cutánea. Además de en sanidad, se utiliza en distintos sectores industriales como el cosmético (también madera, plásticos o fotografía).

Sin embargo, desde hace varios años se considera un producto cancerígeno. Tanto es así que la Sociedad Española de Anatomía Patológica publicó en 2016 un documento recomendando, entre otras cosas, la sustitución progresiva de la fijación con formol a través de fijadores alternativos. El formol es un producto barato y es un buen conservante. Sin embargo, conlleva importantes riesgos para la salud, de modo que para prevenir esos riesgos se aconseja que se sustituya por otros productos.

 

 

Es un producto de riesgo por lo que se recomienda buscar un puesto alternativo a aquellas mujeres lactantes que laboralmente estén expuestas a él. Por eso, a la hora de evaluar el riesgo para la lactancia materna, se clasifica como un producto de riesgo alto, es decir, que podría provocar efectos adversos “moderados o graves” sobre la lactancia o el lactante.

Glutaral, riesgo bajo pero tampoco se recomienda

La otra sustancia que puede llevar el alisado de pelo es el glutaral o glutaraldehído. En este caso, el riesgo es menor. Se considera bastante seguro y probablemente compatible con la lactancia materna. Es un desinfectante bactericida. Se suele utilizar como desinfectante de instrumental médico y de tratamientos de enododoncia. También se usa para tratar verrugas e hiperidrosis (sudor excesivo).

No hay datos científicos que indiquen que sea un producto que contamine la leche materna, aunque sí se recomienda que, en caso de uso tópico como tratamiento de verrugas, no se aplique sobre el pecho para evitar que el bebé pueda ingerirlo.

 

 

En el caso de la madre, solo la inhalación aguda y prolongada de glutaral pueden causar irritación de las mucosos de las vías respiratorias, asma de origen profesional y nerviosismo. También puede provocar irritación y dermatitis si es por contacto cutáneo.

Y si llega a la sangre, rápidamente se metaboliza a dióxido de carbono. Este se elimina por los riñones o a través de las vías respiratorias. En el entorno laboral, no es necesario que la madre lactante tenga que ser cambiada de puesto de trabajo. Sí se aconseja el uso de guantes, lavado de manos y cambio de ropa.

Precaución frente a los alisados de pelo

Lo cierto es que la lactancia materna genera dudas a muchas mujeres relacionadas con la belleza: ¿me puedo depilar? ¿puedo hacerme un tatuaje? En el caso del cabello, sí puedes someterte a esta técnica siempre que se usen alisados de pelo libres de estas dos sustancias tóxicas (con la modalidad de alisado japonés, por ejemplo).

 

 

Si decides hacértelo, puedes tomar una serie de precauciones:

• Lo primero es asegurarte de que el producto que te vas a aplicar no contiene sustancias incompatibles con la lactancia.
• Cumple las normas de seguridad que vienen recogidas en el prospecto o el propio envase.
• En caso de que te lo aplique una profesional, busca una peluquería de confianza y en la que te aseguren que los productos que utilizan no contienen formaldehído o glutaraldehído. Y que sea un lugar en el que se cumplen con las medidas higiénicas necesarias (para evitar el contacto con otras sustancias incompatibles con la lactancia).
• Cuando llegues a casa, cámbiate de ropa y aseate bien inmediatamente, y lávate el pelo cuando puedas.
• Mantén el área del pecho limpia y lleva el pelo corto o recogido para evitar la exposición directa del bebé a los compuestos químicos del producto.
• Si ya te lo has hecho, tranquila. No podemos viajar al pasado y cambiarlo. La exposición habrá sido mínima. Evita que el bebé te toque el pelo y cambia de producto para la próxima ocasión.

 

 

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