Rebeca Pastor: “Nuestros hijos nos recordarán por nuestras comidas. En Navidad, también”

"Toda comida tiene una historia que queremos contar a nuestros hijos, la de nuestras vivencias, y se convierten en recuerdos de infancia"

Artículo publicado el 15 Dic 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 21 diciembre, 2023

Rebeca Pastor es madre de dos hijas, Dietista-Nutricionista Infantil y Familiar y Tecnóloga de los Alimentos. Cocinar es una de sus pasiones. La otra, ayudar a las familias dándoles el paso a paso para que sus hijos-as coman de una forma más saludable. Sin presionarlos, ni obligarlos, motivándolos a disFRUTAr de los cambios.

Desempeña su profesión en su consulta privada (también online), en el Hospital de Molina y en Criar con Sentido Común. Como miembro de nuestro equipo de profesionales infantiles, asesora online de forma gratuita a las familias miembro de la Tribu CSC, donde es popular por su carácter alegre y divertido.

P: Durante esta época del año los niños y niñas van a comer más dulces que nunca… ¿Crees que nos volvemos más permisivos de la cuenta con su alimentación en Navidad? 

R: Definitivamente, sí. Pero todo tiene su historia. La historia que queremos contar a nuestros hijos e hijas de nuestras vivencias en estos días navideños o en cualquier festejo. Un olor, un sonido, un objeto… despierta en cada uno de nosotros, los padres, una sensación grabada en nuestro cerebro y en nuestro corazón. La cual nos lleva a una emoción totalmente vinculada a un recuerdo de nuestra infancia.

Toda comida tiene una historia que queremos contar a nuestros hijos e hijas, la de nuestras vivencias, y se convierten en recuerdos de infancia

Recuerdos que nos hicieron estar en familia, con esa abuela que nos consentía todo, con los primos cuando cantábamos villancicos y nos regalaban polvorones, con el roscón de reyes que comíamos con la familia frente a la chimenea… En estas fechas, un dulce o un plato típico es la forma de transmitirle a nuestros hijos nuestra historia, queremos generar la felicidad con ese dulce.

En estas fechas, un dulce o un plato típico es la forma de transmitirle a nuestros hijos nuestra historia, queremos generar la felicidad con ese dulce

Y os hablo de dulces, porque el dulce en Navidad está presente, de forma perenne y muy abundante. Y aunque no es saludable físicamente, es importante que aprendamos a poder hacer que los-as niños-as lo disfruten realmente.

Ahora bien, una cosa es ser permisivos y otra es dejar abandonado el sentido común. Es maravilloso compartir con vuestro hijo el primer bocado a un mazapán típico de vuestra tierra, pero en el desayuno, para almorzar, en el postre, merienda y ya para terminar el día… como que no. No está recomendado negar, pero démosle al botón del sentido común y no lo ofrezcamos tantas veces porque es Navidad. Y sé que muchas veces incluso a nosotros, las mamás y papás, deseamos hacerlo.

Una cosa es ser permisivos y otra es dejar abandonado el sentido común

Y yo me pongo a pensar… ¿Realmente, los niños y las niñas comen tantos dulces navideños? Sí, me refiero al típico polvorón, mazapán, turrón blando de almendras, tortas de Pascua… ¿O están comiendo más turrones de chocolate, bombones y galletitas decoradas con arbolitos de Navidad?

P: ¿Cuáles son los excesos más frecuentes y cómo podemos evitarlos o qué alternativas podemos contemplar como más saludables para toda la familia?

R: La sobreexposición a productos supuestamente navideños desde mucho antes de las fechas navideñas. En los lineales del supermercado, desde noviembre ya se encuentran productos comestibles llenos de azúcar, jarabes y grasas de mala calidad haciéndonos creer que eso es la Navidad. Turrones de chocolate, bombones de mil sabores y mil colores, etc.

Hay sobreexposición a productos, supuestamente navideños, llenos de azúcar, desde mucho antes de las fechas navideñas, que fomenta el consumo inconsciente de dulce en las familias

Y aquí se inicia el consumo inconsciente de tanto dulce en las familias. Es importante recordar que si lo hemos comprado se va a comer, y en estas ocasiones se comerá más rápido. Así se les enseña que en Navidad deben de comer dulce sí o sí (¡cómo si el resto del año no comieran!). Están a la vista y ello hará que los reclamen.

Ante esto, os recuerdo que “Un Frutero variado es tu mejor aliado” es la mejor forma de conseguir que tus hijos-as se sientan motivados a probar la fruta. Pues con los dulces en estas fechas ocurre igual. Es típico en muchas familias el tener el plato navideño lleno de dulces, para los invitados, y si no hay invitados pues para los que viven en ella. Dulces a la vista… ¿Sabéis cómo termina la frase?

Debemos intentar que el consumo de los alimentos menos saludables sea algo algo puntual y especial; en lugar de frecuente, normalizado y habitual

Os propongo algunas alternativas: evitar comprar dulces muchos días antes de la celebración; preparar un tradición familiar para la compra de algunos alimentos típicos navideños, generando una expectativa a los-as niños-as para ese día, que les despierte la curiosidad, la ilusión y la alegría (al igual que el día de colocar el árbol o el Belén). Debemos recordar que esto es un momento muy especial porque es Navidad, y generamos de forma agradable la acción de comer “algo no muy saludable en estas fechas” como algo puntual y especial; en lugar de frecuente, normalizado y habitual.

Os pongo un ejemplo: el día 4 de enero hay que ir a la panadería a encargar en roscón de reyes todos juntos por la tarde, cantando villancicos, adivinando a quién le saldrá el haba, etc. Las madres y padres deberíamos de sacar nuestro lado más infantil. 

También estaría bien excluir el típico plato navideño para todos los días, como forma decorativa. Os recuerdo que si está al alcance de la vista y de la mano, se comerá sin ser conscientes de ello. Preparar este plato, con esmero y detalle, el día justo de la celebración sería lo más recomendado. Además, que se implique a los niños y las niñas en ello.

Tenemos que implicar a nuestros hijos e hijas en la cocina. El olfato es el primer estímulo que nuestro cerebro reconoce. Y si lo vinculamos al tacto, es decir, a que cocinen ellos mismos manipulando los alimentos, generamos un extra en sus sensaciones

Cocinar con los-as niños-as distintas recetas navideñas es algo genial. Incluso iniciar en vuestra familia un plato típico (saludable) para Navidad. Con los años, veréis que no será el plato en sí, será que ese plato forma parte de vuestra historia familiar. Una cocina que huele a comida rica, de la que se desprenden olores familiares… motiva a que nuestros hijos prueben estos platos. El olfato es el primer estímulo que nuestro cerebro reconoce. Y si lo vinculamos al tacto, es decir, a que cocinen ellos mismos manipulando los alimentos, generamos un extra en sus sensaciones.

Es importante no negar los productos menos saludables fuera de casa, esto genera más deseo de comerlos. Basta con evitar tenerlos en casa porque ya los van a comer fuera

Asimismo, debemos evitar ofrecer en casa productos no muy saludables. ¡Seguro que los comerán fuera! Por ello, es importante no negar fuera de casa, esto genera más deseo de comerlos. También podemos preparar siempre en las celebraciones aperitivos o primeros platos con verduras y hortalizas. Recetas que sean coloridas, apetecibles, llamativas y divertidas. Es una forma de tener accesible la ingesta de verduras y hortalizas. ¡Que en fechas festivas se siguen vendiendo!

Hay que generar un buen ambiente en la mesa y enseñar a nuestros hijos e hijas a DisFRUTAr de cada bocado, no dramatizar si de vez en cuando se consume algo no muy saludable y no recriminárselo en público

Y, por supuesto, hay que enseñarles a DisFRUTAr de cada bocado, para tener una relación agradable con la comida. Generar un buen ambiente es la mesa es importantísimo. Tampoco hay que dramatizar si se come no muy recomendado en estos días. Es más importante lo que se come de Navidad a Navidad, que lo que se come “en” la Navidad. Por ello, no debemos recriminar en público al niño o la niña, si ha comido más o menos de ese producto no muy saludable.

P: En las celebraciones navideñas solemos degustar platos y productos que no solemos comer habitualmente. ¿Es este el mejor momento del año para intentar que nuestros hijos e hijas coman de todo, o es mejor prepararles un menú infantil a parte con recetas e ingredientes sencillos para ir a lo seguro?

R: Es un momento maravilloso para crear un escenario distinto en la mesa, el cual puede ayudar a que los-as niños-as prueben otros alimentos. Una mesa sin presión, sin prisas, con villancicos de fondo, con una ambiente de alegría y de festejo, provoca a toda la familia una disminución del estrés diario. Y con ello, generamos emociones alegres que nos ayudan a estar más predispuestos a probar, y los niños eso lo notan.

La Navidad es un momento maravilloso para crear un escenario distinto en la mesa. Las emociones alegres ayudan a que los niños y las niñas estén más dispuestos a probar alimentos

La familia es una tribu, sentada alrededor de la hoguera, que en casa sería nuestra mesa. Donde todos podemos compartir experiencias, que nos hacen estar más unidos. Y los alimentos provocan que estemos juntos comiendo. Por ello, el menú debe de ser igual para todos, siempre pensando en la familia.

La comida reúne a la familia en torno a la mesa y nos hace estar más unidos, compartir experiencias

Para un-a niño-a, y para cualquier adulto, no hay nada más frustrante que tener hambre y que en la mesa no haya nada que le guste. Por ello, os recomiendo que tengáis en la mesa algún alimento o plato que sabéis que le apetecerá. Esto asegura que comerá, el resto estará al alcance de su mano para probar, y en un escenario tan festivo, agradable y motivador, es más probable que lo haga. Y encima puede disfrutarlo. El que los niños y las niñas, preparen alguna receta sencilla para todos, ayudará también. 

P: ¿Qué alimentos típicamente navideños están prohibidos para los peques que comienzan la alimentación complementaria? 

R: ¡Bienvenidos a la etapa más nutritiva de la la crianza, la alimentación complementaria! Para estos días, es importante tener algunas claves. Por ejemplo, estar en todo momento junto al bebé cuando le ofrecemos algo de comer, para evitar riesgo de atragantamiento. Comer junto a él y no perderle ojo. En estos días, la conversación nos puede provocar un despiste.

También hay que evitar ofrecer alimentos nuevos esos días, ya que no sabemos las posibles reacciones alérgicas. Y no ofrecerle alimentos potencialmente alérgenos (pescados, mariscos, frutos secos, soja, cacahuetes, huevo, etc.) si todavía no los ha probado.

El bebé debe estar en la mesa con toda la familia

Recordad que lo ideal es que el bebé esté en la mesa con toda la familia. Si estáis en los primeros meses, también es fundamental que la textura de los alimentos permita que estos se puedan aplastar con la lengua y el paladar, o con los dedos. Los mariscos y moluscos, por sus texturas gomosas, es remendados que los deis triturados; por ejemplo, en forma de paté. Y cuidado con las formas redondeadas o la texturas duras de algunos alimentos por riesgo de atragantamiento.

P: ¿Cuáles son mejores para los niños y niñas que se inician en la BLW y cuáles pueden ser peligrosos? 

R: Los mejores alimentos para nuestros bebés son los alimentos que se consumen en casa. Eso sí, que sean saludables. En días puntuales podemos ofrecer alimentos que ya hayan comido anteriormente y son simples. Por ejemplo, un típico asado de pescado. ¡Facilísima receta y muy festiva! Pero es importante que ya haya probado el pescado.

Los mejores alimentos para nuestros bebés son los alimentos que se consumen en casa, siempre que sean saludables

El plato al final será igual para toda la familia. Unos trocitos de pescado asado (muy suaves para coger con la mano), una tiras de patatas y unas rodajas de berenjena, o tiras de verdura. Igual nos puede pasar con un asado de carne. Se podría ofrecer también un trocito de carne asada tiernecita cortada en tiras, con corte longitudinal para romper la posible fibra de la carne.

Si os da un poco de impresión la carne, queda genial picadita (ya asada) con la tijeras. Podemos añadir patata y verdura de asado y chafarlas con un tenedor hasta conseguir una textura suficiente para hacer palitos o bolitas. Es ideal y muy fácil. También podemos ofrecerle unas patatas asadas con humus o con un paté de mejillones.

Al bebé se le ofrece y no se le presiona si no quiere. Lo importante es que disfrute de la alimentación saludable en familia

En estos eventos es importante ofrecer y listo. Hay que evitar pensar que el bebé comerá como todos los días porque puede que los estímulos de la fiesta hagan que coma más o menos. Lo importante es que veáis al peque disfrutar de la alimentación saludable en familia.

Y, fundamental, prestar atención a algunos alimentos que pueden provocar un susto: los frutos secos siempre se ofrecerán tostados sin sal, triturados o en crema, pero nunca enteros. La verdura o fruta de textura dura como la manzana, la pera, la piña o la zanahoria siempre deben presentarse cocinadas.

Las formas redondeadas como las del tomate cherry, las cerezas, las uvas, los arándanos, las moras, las aceitunas… siempre hay que ofrecerlas cortadas en tiras en cuatro trozos. Y hay que evitar las texturas crujientes tipo patatas fritas, colines o picos de pan, rosquillas… Y sé que os gustan los dulces navideños, pero a los bebés NO SE LES OFRECEN, ni como broma. Presentan azúcar y miel que no deben consumir.

Nuestros hijos y nuestras hijas nos recordarán por nuestras comidas

Para terminar os hago una pregunta… ¿Cuál era tu comida favorita cuando eras peque? Nuestros-as hijos-as nos recordarán por nuestras comidas.

Deseo que este año, tengáis la ilusión, la alegría, la fuerza y la constancia necesaria para poder cumplir vuestros objetivos, y que llenar vuestra vida de salud forme parte de ellos.

Os dejo en el tercer cajón de la cocina una tonelada de paciencia, un montón de calma, un abrazo “apretao” de los que duran y una pizca de compañía para momentos difíciles. Para poder crear vuestra mejor receta.

Os espero dentro de la Tribu.

 

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