Alcohol y embarazo: No hay una cantidad mínima segura de consumo

Entre el 40 y el 60% de las embarazadas consumen algo de alcohol según el Ministerio de Sanidad, que alerta de que cualquier cantidad es perjudicial

El 15 de noviembre se celebra el Día Mundial sin Alcohol y aprovechamos para recordar que no existe una cantidad mínima segura de alcohol durante el embarazo. Ni una copa de vino eventual, ni una cerveza de vez en cuando ni un brindis. Incluso en mínimas cantidades, el consumo materno de alcohol durante el embarazo se asocia con efectos adversos neuroconductuales en los peques, incluyendo menor coeficiente intelectual y afectación de la función ejecutiva, entre otras.

En una sociedad como la nuestra, donde el consumo de alcohol está tan interiorizado, puede parecer exagerada la afirmación inicial de este post. Pero así lo recoge el último informe sobre Alcohol, embarazo y trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF), publicado en noviembre de 2021 por el Ministerio de Sanidad.

Este informe hace una revisión de los datos actuales sobre este problema y analiza una de las consecuencias más graves del consumo del alcohol durante el embarazo: el trastorno del espectro alcohólico fetal. La prevalencia de esta patología es difícil de establecer, según este informe. Pero las consecuencias para un bebé son muy graves, como vamos a ver.

 

Alcohol y embarazo: No hay una cantidad mínima segura de consumo

 

¿Tan malo es el alcohol durante el embarazo?

El alcohol es una sustancia psicoactiva. Una droga. El problema es que nuestra percepción sobre ella está adulterada. Es una sustancia tóxica aceptada que nos acompaña en muchas ocasiones de nuestra vida social. Sin embargo, se asocia con al menos 200 problemas de salud y lesiones, así como muerte prematura. Según el último informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2016 unos tres millones de muertes, es decir, un 5,3% del total mundial, se atribuyeron al consumo de alcohol.

Y sí, el consumo de alcohol durante el embarazo “es un factor de riesgo que puede producir muerte fetal, aborto espontáneo, parto prematuro, retraso del crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer“. El informe subraya que es muy importante tener en cuenta que el útero materno “es la mayor ventana de vulnerabilidad del neurodesarrollo ya que es el único entorno fetal durante el crecimiento y desarrollo prenatal”.

 

Alcohol y embarazo: No hay una cantidad mínima segura de consumo

 

No solo es perjudicial cualquier cantidad de alcohol, sino que durante la búsqueda del embarazo la mujer debería dejar de consumir alcohol (y cualquier sustancia psicotrópica). Incluso el hombre, en caso de que sea una pareja heterosexual, debería dejar de hacerlo. Los autores de este estudio apuntan a que consumir alcohol tiene consecuencias también en el semen.

¿Cuál es la prevalencia del consumo de alcohol durante el embarazo en España?

Según el informe del Ministerio de Sanidad, en España hasta un 40-60% de mujeres gestantes consumen alcohol durante el embarazo, en menor o mayor cantidad. Son datos que proceden de cuestionarios y estudios con biomarcadores “en matrices alternativas” como el meconio fetal y el pelo materno.

En el estudio, no obstante, los autores reconocen que “no resulta fácil” establecer la prevalencia del consumo de alcohol durante el embarazo. Primero porque no hay una “conciencia clara del riesgo” de consumir alcohol embarazada y, por otro lado, porque es habitual que las embarazadas no reconozcan en la práctica clínica ese consumo. Además, la detección en el meconio fetal solo se puede realizar en el segundo y tercer trimestre del embarazo. Y los análisis se usan en investigación, no en el seguimiento del embarazo en cualquier centro de salud u hospital.

 

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Sí existen investigaciones donde se establece que alrededor del 40% de las mujeres consumen alcohol durante el primer trimestre del embarazo, y alrededor del 20% en el segundo y el tercero. Un estudio de dos hospitales de Barcelona en 2016 y 2018, por su parte, observaron los biomarcadores antes citados, y determinaron que el consumo de alguna cantidad de alcohol durante cualquier momento de la gestación se produce entre el 45 y 60% de los casos.

En este otro estudio en Málaga, en el que participaron 451 embarazadas, también se determinó que el consumo de alcohol fue del 40,7% en el primer trimestre, 23,1% en el segundo, y 17,1% en el tercero. Las autoras creen que los datos son suficientemente llamativos como para que se pongan en marcha medidas preventivas contra este consumo de alcohol durante el embarazo.

¿Cómo afecta el alcohol en el desarrollo embrionario?

El que “no pasa nada por tomar un copita de vino de manera aislada” es falso. Es un mito más de los que rodea al embarazo. Esto, según los investigadores:

Se contradice con el principio científico de que la ausencia de evidencia no es lo mismo que la evidencia de ausencia de riesgo y, en este caso, la falta de evidencia concluyente de daño de un consumo puntual no significa evidencia de falta de daño“.

El alcohol es el “agente teratógeno más importante” y una de las principales causas de retraso en el neurodesarrollo. Puede producir muerte fetal, aborto espontáneo, parto prematuro, retraso del crecimiento intrauterino, y bajo peso al nacer.

 

Alcohol y embarazo: No hay una cantidad mínima segura de consumo

 

Y, además, consumir alcohol durante el embarazo es la única causa del Síndrome Alcohólico Fetal (SAF). La forma clínica más grave y visiblemente identificable del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF). Se trata de una patología 100% prevenible: si la madre no consume alcohol durante el embarazo, el bebé no sufrirá este trastorno.

¿Qué es el Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF)?

El Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) es un término que se utiliza para hacer referencia a un amplio rango de problemas físicos, mentales, conductuales y cognitivas permanentes. Son problemas irreversibles pero que se hubieran podido evitar si durante el embarazo la madre no hubiera consumido alcohol.

El TEAF se incluye dentro del Síndrome Alcohólico Fetal (SAF). Es el caso más grave de hecho. El SAF depende de varios factores, según la matrona, Esther Esteban:

  • La dosis de alcohol al que se expone al feto.
  • El momento del desarrollo fetal (la etapa más crítica es el primer trimestre).
  • Las condiciones individuales de cada feto.

 

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Las consecuencias para el bebé son las siguientes:

  • Características anormales faciales, cabeza pequeña, estatura más baja y bajo peso corporal.
  • Problemas físicos de audición y vista, cardíacos, renales y óseos.
  • Retrasos en el habla y el lenguaje.
  • Problemas de succión y sueño.
  • Discapacidad intelectual o coeficiente intelectual bajo.
  • Mala memoria y dificultades en el aprendizaje (especialmente en matemáticas).
  • Problemas emocionales y conductuales, incluso con inteligencia normal.
  • Problemas sociales.
  • Capacidad de razonamiento y juicio deficientes.

La incidencia del TEAF no se ha podido precisar con exactitud en España, pero según el Ministerio de Sanidad la prevalencia podría ser de entre el 4-7% de los bebés.

La prevención es fundamental para evitar el TEAF

Según el Ministerio de Sanidad, y teniendo en cuenta que el Trastorno del Espectro Alcohólico es 100% prevenible, “las estrategias preventivas deben dirigirse a la reducción del consumo de alcohol desde la etapa preconcepcional tanto a la mujer como a su pareja”.

 

Alcohol y embarazo: No hay una cantidad mínima segura de consumo

 

También se apuesta por poner en marcha estudios sobre la efectividad de estas estrategias “empleando variables objetivas sobre el consumo de alcohol”. Es decir, no restar importancia a los efectos del alcohol en general, por mucho que hayamos normalizado su consumo.

Por otro lado, es importante el diagnóstico precoz del TEAF porque eso puede mejorar el pronóstico y la atención a estos niños de manera temprana. Desarrollar estrategias de formación y cribado para los profesionales de salud también mejorarían los resultados, según el informe. Es necesario, por otro lado, identificar a las poblaciones de riesgo (hay estudios que han detectado niveles altos de TEAF en los niños adoptados procedentes de la Europa del Este).

Si estás buscando un bebé o estás embarazada, recuerda que una copita sí hace daño, por mínima que sea.

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