El 18 de noviembre se celebra el Día Europeo del uso prudente de antibióticos. Oímos muchas voces advirtiendo de un aumento preocupante de las resistencias a los antibióticos. Incluso la OMS y el Ministerio de…
La resistencia a los antibióticos y otros medicamentos antimicrobianos producido, principalmente, por el abuso de estos, es un problema de salud pública que preocupa a nivel internacional. Utilizar antibióticos cuando no es necesario tiene consecuencias para el ser humano.
Algunos datos sobre la resistencia a los antibióticos
Desde el año 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra en noviembre la Semana Mundial de Concienciación sobre el uso de antibióticos. En 2020 se incluyó el término “antimicrobiano”, puesto que la resistencia de los microorganismos también se extiende a otros medicamentos y no solo a antibióticos.
Según la OMS, actualmente mueren al menos 700.000 personas al año por infecciones causadas por bacterias que se han vuelto resistentes a los antibióticos. En abril de 2021 la Asamblea de la ONU lanzó una advertencia sobre el abuso de los antibióticos:
“Si no se toman medidas urgentes, estas enfermedades podrían causar diez millones de muertes anuales para 2050, además de provocar daños económicos tan catastróficos como la crisis financiera global de 2008-2009”, dijo el presidente de la Asamblea General, Volkan Bozkir.
Este organismo internacional advierte de que si continúa así la tendencia, intervenciones que requieren el uso de antimicrobianos como la atención a bebés prematuros, los trasplantes de órganos, el reemplazo de articulaciones o la quimioterapia contra el cáncer se volverán “demasiado peligrosas y no serán posibles”.
En 2017 la OMS realizó un listado de las bacterias que ya eran resistentes a los antibióticos y para las que ya eran necesarias urgentemente nuevos medicamentos. Entre ellas están bacterias como Acinetobacter, Pseudomonas y varias enterobacterias como Klebsiella, E. coli, Serratia, y Proteus. Estas pueden provocar infecciones graves y a menudo letales, como infecciones de la corriente sanguínea y neumonías.
El abuso de antibióticos: El mito de que lo curan todo
Tal y como explica la pediatra Gloria Colli en un post anterior de nuestro blog sobre los antibióticos, existen distintos motivos por los que las bacterias que causan infecciones se vuelven resistentes a los antibióticos que veníamos usando. Sin embargo, “el principal es porque se hace un uso excesivo e inadecuado de estos medicamentos, que tantas vidas han salvado desde que se empezaron a utilizar a mediados del siglo pasado”.
Seguro que os ha pasado. El peque está resfriado, con dolor de garganta y algo de fiebre. Y alguien nos recomienda “tienes que ir al pediatra a que le recete un antibiótico”. Como si el antibiótico fuera la solución a cualquier problema de salud. Sin embargo, estos son inútiles en el caso de que se trate de un virus.
Los antibióticos solo se utilizan contra las bacterias y siempre bajo prescripción médica. No es infrecuente que muchas personas se automediquen con antibióticos que ya han tomado cuando tienen un malestar similar. Y así se va gestando ese abuso de los antibióticos que, en realidad, provoca que los microorganismos a los que supuestamente combaten, se hagan más fuertes.
Consecuencias del abuso de antibióticos en bebés
Durante la gestación, el bebé permanece estéril dentro de la madre. Es en el momento de nacer cuando comienza a tener contacto con microorganismos que irán colonizándolo para formar su propia microbiota. Esta es el conjunto de bacterias, virus y hongos que están dentro de nuestro cuerpo y que realizan funciones vitales para el ser humano.
La bacterias son predominantes en la microbiota y tienen gran influencia sobre nuestra salud. Regulan numerosos procesos fisiológicos como la protección frente a otros organismos patógenos, la interacción con el sistema inmunológico o la síntesis de vitaminas. ¿Qué ocurre con los antibióticos?
“Cuando se toma un medicamento que puede matar a una buena parte de esa enorme cantidad de bacterias, el resultado final es impredecible. Podemos haber destruido bacterias peligrosas, pero también caerán en la redada muchas bacterias que son necesarias y beneficiosas para nuestra salud.
Pero ojo, el verdadero problema no es ese, sino que muchas de ellas se verán afectadas por el antibiótico pero sin llegar a morir. Entonces tendrán la oportunidad de adoptar mecanismos que las hagan resistentes al antibiótico.”, explica Gloria Colli.
En muchas ocasiones, a los bebés prematuros e incluso a los nacidos por cesárea se les administra antibióticos para prevenir infecciones como sepsis. Y, aunque se recomienda un uso racional, es una práctica habitual que se convierte en otra forma más de abuso de antibióticos. Según este artículo de Anales de Pediatría, solo entre el 1-3% de los neonatos con sospecha de sepsis la desarrolla realmente:
“La exposición prolongada a los antibióticos durante el período neonatal se ha asociado con morbilidades significativas, como candidiasis sistémica, enterocolitis necrosante (ECN), sepsis de inicio tardío, displasia broncopulmonar, retinopatía del prematuro, aparición de microorganismos multirresistentes, alteraciones del microbioma intestinal por muchos años, y también aumento de la mortalidad.”
¿Qué pasa si un niño pequeño toma antibióticos sin necesitarlo?
Este mismo artículo apunta que el abuso de antibióticos durante el primer y segundo año de vida:
“Aumentan el riesgo de obesidad infantil en un 10-15%, y también se ha descrito mayor riesgo de asma infantil y otras afecciones alérgicas, enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn (siete veces mayor riesgo), artritis idiopática juvenil y, tal vez, cáncer intestinal“.
Es decir, que utilizar antibióticos sin estar claramente indicado tiene consecuencia para bebés y niños. Y es que, aunque aparentemente tras administrar un antibiótico por una infección viral (imaginemos un catarro) puede hace pensar que funciona porque la infección remite a los pocos días, lo cierto es que estamos promoviendo esa resistencia a los antibióticos de ciertas bacterias que en su próxima aparición serán más resistentes y, por tanto, agresivas y peligrosas.
En muchas ocasiones, son más eficaces las vacunas y otras medidas preventivas para combatir enfermedades provocadas por microorganismos. Además, la protección indirecta de la vacunación (inmunidad de rebaño) puede ayudar a evitar ese abuso de antibióticos.
La responsabilidad de las familias para evitar el abuso de los antibióticos
Las bacterias se adaptan, como otros microorganismos, y eso es un proceso natural. Lo único que deberíamos evitar es ponérselo fácil abusando de los antibióticos. ¿Qué hacemos entonces como padres? Primero, tomar conciencia sobre este problema y contribuir a utilizar los antibióticos adecuadamente.
La prevención de enfermedades con buenos hábitos de salud (algo tan sencillo como enseñarles a lavarse las manos) y alimentarios permitirá que la salud de bebés y niños en general sea férrea. En el caso de los bebés, está demostrada la protección que ofrece la lactancia materna.
Y si el pediatra prescribe antibióticos a nuestro hijo o hija, seguir las recomendaciones de Gloria Colli: darles la dosis adecuada repartidas en el número de veces adecuada y completar el tratamiento. Si tienes alguna duda más, puedes contactar con nuestra pediatra y el resto de profesionales de Criar con Sentido Común en la Tribu CSC.
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