Existen dos tipos de tos y te explicamos qué significa y ocasiona cada una para que aprendas a identificar los tipos de tos en niños. ¿Qué es la tos? La tos es un mecanismo de…
La tosferina (tos convulsa o coqueluche) es una infección respiratoria muy contagiosa producida por una bacteria que afecta principalmente a niños y jóvenes. Se caracteriza por un tipo de tos muy intenso y persistente. La enfermedad solo se encuentra en seres humanos, en los bebés más pequeños puede ser muy peligrosa y causar incluso la muerte.
¿Qué es la tosferina y cómo se contagia?
La tosferina o tos persistente es una infección que está causada por una bacteria, la Bordetella pertussis. Afecta al aparato respiratorio (pulmones y vías respiratorias).
¿Qué es la tosferina y cuáles son los síntomas?
Su principal síntoma es una tos muy característica e intensa que provoca en los niños sensación de ahogo (tienen que dar grandes bocanadas de aire) y que produce un sonido muy característico (ataque de tos seguido de un silbido para coger aire).
Es una enfermedad que puede afectar a personas de cualquier edad, pero en adolescentes y adultos suele ser más leve que en bebés y niños pequeños. Precisamente esa levedad hace que muchos adultos no sepan que tienen tosferina y acaben contagiando a personas de su alrededor, sobre todo a niños y niñas pequeños. Según la Asociación Española de Pediatría, en 8 de cada 10 casos la infección procede de un adulto.
Existe entre un 80-90% de probabilidades de contagio si hay contacto con una persona enferma. El riesgo de contagio se activa desde el inicio de los síntomas hasta 3 semanas después de la aparición de estos.
Tosferina: Contagio
El contagio de la tos ferina se produce por contacto directo entre personas infectadas. Es una enfermedad altamente infecciosa, por lo que hay que tener muchas precauciones si alguien de nuestro entorno la padece. En la Tribu CSC contáis con la pediatra Gloria Colli, que os puede asesorar en este sentido y en cualquier otra cuestión relacionada con la salud infantil.
Sobre cómo se contagia, la bacteria se transmite por los aerosoles nasofaríngeos, que son la gotitas de saliva expulsadas cuando hablamos o tosemos. Es decir, que la tos ferina se transmite al hablar, toser o estornudar cerca de otras personas. Como decía antes, muchos bebés contraen la enfermedad de sus propios progenitores, hermanos/as o de las personas que los cuidan, que a veces no saben que padecen la enfermedad.
En caso de presentar síntomas se recomienda acudir al médico, seguir el tratamiento y aislar al enfermo para evitar nuevos contagios. En el caso de los peques, lo recomendable es que se queden en casa.
Síntomas de la tos ferina
Según la AEPed, los síntomas de las tos ferina aparecen entre 7 y 10 días después del contagio, pero incluso pueden pasar más semanas antes de que aparezcan. La enfermedad se desarrolla en 3 fases:
- Fase catarral. En la primera fase la tos ferina es como un resfriado común: congestión nasal, mocos y estornudos. Puede aparecer algo de tos e incluso fiebre.
- Fase paroxística. En la siguiente fase, varios días después de este resfriado, aparecen los síntomas más tradicionales de la tos ferina, que son los ataques de tos con el silbido característico para coger aire (gallo); vómitos con la tos; y agotamiento después de los accesos de tos.
- Fase convalecencia. La tos intensa puede durar unas dos semanas para luego ir disminuyendo. Sin embargo, la persona enferma puede tardar meses en recuperarse totalmente.
¿Cuáles son las consecuencias de la tosferina?
La tosferina puede complicarse y aparecer la neumonía, la otitis media, la insuficiencia respiratoria, la encefalopatía y las convulsiones.
La complicación más grave, que puede causar incluso la muerte, es la apnea (detención en la respiración) y el fallo respiratorio progresivo.
Tosferina: Tratamiento
¿Cómo se elimina la tos ferina? El tratamiento de la tosferina es con antibióticos, que son más efectivos si comienzan a administrarse cuando los síntomas son aún leves. La Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP-AEP) indica que los lactantes y niños con enfermedades deben ser hospitalizados para su mejor evaluación.
“Se evaluará el número de paroxismos y la gravedad de los accesos de tos, debe vigilarse la nutrición, hidratación y oxigenación y permitir la recuperación de las crisis mediante el reposo. Deben monitorizarse de forma continua la frecuencia cardíaca y la saturación de oxígeno, y los paroxismos deben ser presenciados por personal sanitario“.
La mejor medida preventiva contra la tosferina es la vacunación. De hecho, la medida de la que hablamos al principio sobre la vacunación a embarazadas logró disminuir el porcentaje de casos de esta enfermedad en España.
Esta vacuna se administra en el primer año de vida, dentro de las vacunas hexavalentes, en 3 dosis: a los 2, 4 y 11 meses. También se incluye en la vacuna tetravalente que se inocula a los 6 años. Solo en Asturias se vacuna nuevamente a los adolescentes, como recomienda la Asociación Española de Pediatría.
Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de personas no vacunadas que están en contacto con enfermos de tosferina se contagia; de ahí la importancia de la prevención mediante vacunas.
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