El modelo de la escuela democrática

Hace tiempo que escuchamos hablar cada vez con más frecuencia y mayor interés sobre modelos educativos respetuosos y escuelas alternativas. Montessori, Waldorf, escuelas activas, escuelas libres… La oferta educativa se amplía, aunque aún es difícil el acceso a este tipo de escuelas ya que la inmensa mayoría de ellas son privadas y no en todas las ciudades existen estas opciones. Entre todas esas corrientes educativas innovadoras nos encontramos también con el modelo de la escuela democrática.

Rudolf Dreikurs, considerado uno de los “padres” de la Disciplina Positiva, hablaba ya hace décadas de “Educación democrática”. Existe una Comunidad Europea de Educación Democrática (EUDEC), en la cual sólo constan cinco escuelas inscritas como escuelas democráticas en España.

 

 

Características de la escuela democrática

Si nos planteamos cómo construir una escuela democrática debemos tener en cuenta algunas de sus características principales:

• Participación en la toma de decisiones. La esencia de la democracia es la participación. En la escuela democrática las decisiones esenciales sobre el funcionamiento de la escuela no se toman de manera jerárquica sino que se fomenta la participación del alumnado en todas las cuestiones que afectan a su educación y al funcionamiento de la escuela.  
• Relaciones horizontales. Las relaciones entre el profesorado y el alumnado tampoco se conciben de manera jerárquica sino que se favorecen las relaciones horizontales en las que todas las partes pueden aportar ideas y tomar decisiones. 
• Papel del educador/a. El papel del profesorado se entiende como una figura que sirve de guía y acompaña al alumnado en su proceso de aprendizaje en lugar de ser un mero transmisor de conocimientos. 
• Papel del alumno/a en su proceso de aprendizaje. El alumno dirige su propio proceso de aprendizaje decidiendo en qué momento quiere abordar cada uno de los aprendizajes en base a sus centros de interés. 
• Aprendizaje experiencial. Los aprendizajes se basan en experiencias, vivencias y juegos, en contraposición al aprendizaje memorístico fomentado en la escuela tradicional.
• Respeto a los ritmos individuales. Este sistema favorece que cada alumno/a pueda ir adquiriendo aprendizajes y desarrollando destrezas respetando su propio ritmo.
• Ausencia de calificaciones. Las calificaciones, tal y como están concebidas en la escuela convencional, no existen. Se valora el proceso y los logros del alumnado.
• Los errores como parte del aprendizaje. Los errores no son penalizados, se entienden como parte esencial del proceso de aprendizaje. 
• Implicación de todos los sectores de la comunidad educativa. Se favorece la participación activa y la implicación en la escuela de todos los sectores de la comunidad educativa: familias, alumnado, profesorado, personal administrativo…
• Fomento de la responsabilidad. Se favorece el desarrollo del sentido de la responsabilidad, tanto en los procesos individuales como con respecto a la comunidad. 

 

 

¿Por qué la escuela debe ser democrática?

Cualquier escuela del mundo debería ser democrática. En teoría, cualquier escuela pública comparte muchos de los principios de la escuela democrática, ya que existen mecanismos oficiales de participación para todos los sectores de la comunidad educativa. Pero, en la práctica, el sistema educativo convencional es absolutamente jerárquico y el papel del alumnado sigue siendo secundario. 

Si aspiramos a construir una sociedad en la que la ciudadanía desarrolle el pensamiento crítico y ejerza su derecho a participar en la toma de decisiones de la vida política y social; se hace imprescindible comenzar a fomentar estos valores desde la escuela. El desarrollo de habilidades para la vida se inicia desde la más tierna infancia.

 

 

Debemos asumir que no se puede aprender a tomar decisiones obedeciendo a ciegas y a pies juntillas; ni se puede aprender a ser responsable sin tomar decisiones. Hablar de constructivismo y de aprendizajes significativos mientras se siguen impartiendo lecciones magistrales desde el encerado y fomentando el aprendizaje memorístico es una incoherencia que la escuela tradicional necesita abordar con urgencia.

 

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