La importancia del juego simbólico durante la primera infancia

Te contamos en qué consiste el juego simbólico y por qué es importante que los peques lo practiquen tanto como quieran

Durante la primera década de su vida los peques aprenden prácticamente todo mientras juegan. Los juegos y los juguetes son su herramienta principal de aprendizaje y desarrollo. El juego simbólico es, curiosamente, uno de los que realizan sin que nadie se lo enseñe.

Les basta imitar a personas y situaciones para desarrollarlo y, mientras lo practican, aprenden. De ahí que su importancia sea tal, que muchos psicopedagogos afirmen que si no existieran materiales para desarrollar el juego, las niñas y los niños se los inventarían.

Qué es el juego simbólico y por qué es tan importante para el desarrollo

El juego simbólico es aquel que les permite adoptar diversos roles y reproducir situaciones que ven a los adultos protagonizar en la vida real. Cuando juegan a ser médicos, profesores, papás y mamás, conducen coches de juguete, cuidan a sus muñecos o mascotas de peluche… están desarrollando el juego simbólico.

Gracias a esta práctica, los peques reproducen y ensayan situaciones que ven en su día a día (como cocinar, curar a un perrito o cuidar a un bebé, ser policía o bombero, etc.) a modo de teatro o experimento.

 

 

Es un tipo de juego muy importante en la infancia por cuanto les ayuda a decodificar y entender el mundo que les rodea. También les ofrece experiencia práctica con actividades que más tarde aplicarán como adultos, en el escenario de la vida real. Y, gracias a él, desarrollan la capacidad de empatía al interpretar diferentes papeles que, como niños y niñas, nunca podrían desarrollar (jugando pueden ser astronautas, deportistas, superhéroes, padres, madres, científicos, policías…).

Cuando nuestros hijos se involucran en el juego simbólico o de imitación, son capaces de investigar y aprender libremente sobre el mundo que les rodea. Además les ayuda a desarrollar el lenguaje y las habilidades sociales al tiempo que deja ver, como ningún otro, los rasgos más característicos de la personalidad de cada niño y sus gustos personales. 

Beneficios del juego simbólico

El juego simbólico, de imitación o de roles además de desarrollar su imaginación, proporciona importantes beneficios educativos para el desarrollo intelectual y social. También, gracias a él, adquieren multitud de habilidades que les resultarán muy útiles el día de mañana.

1. Imaginación y creatividad

Para jugar a las casitas, las cocinitas o los policías necesitan poner en marcha su imaginación. De esta forma, recrean escenas y situaciones con sus juguetes dentro de escenarios representados o imaginarios.

Cada día el juego puede variar, hay infinitas posibilidades y miles de situaciones que los niños y las niñas pueden recrear jugando solos o en grupo. Por eso, el juego simbólico desarrolla más que ningún otro su creatividad.

 

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2. Madurez y autonomía

Este tipo de actividad lúdica les ayuda a madurar y a reforzar su autonomía. En el mundo real, el rol natural de la niña y el niño es seguir a los adultos. Sin embargo, en sus juegos ellos tiene el poder de mando, toma de decisiones y asunción de responsabilidades. Pueden asumir el papel de papá o mamá, el profesor o la pediatra; convirtiéndose dentro del juego en adultos con poder de actuación y responsabilidad.

3. Habilidades sociales

Los pequeños ensayan situaciones sociales al representar jugando las situaciones cotidianas. Por ejemplo: con las casas de muñecas, los carritos de limpieza o las cocinitas pueden hacer que sus muñecos coman, vean la tele o se metan en la cama.

Todas estas actividades cotidianas son clave en el proceso de socialización tanto de las niñas como de los niños. ¡Y por eso es tan importante prescindir de absurdos roles de género en sus juegos!

Jugando a interpretar diferentes roles y a realizar diversas actividades, repiten comportamientos y practican las acciones más básicas, aquellas que les permiten integrarse socialmente dentro de su entorno.

4. Desarrollo del lenguaje

Este juego de roles hace que las niñas y los niños exploren y desarrollen el diálogo (tanto si juegan solos como acompañados, ya que suelen hablar en voz alta mientras lo practican), y esto les ayuda a desarrollar habilidades sociales, emocionales e intelectuales.

 

juego simbólico

 

De hecho, según los expertos, este tipo de juego les ayuda a adquirir confianza y sentido de sí mismos, y también es un componente clave para su aprendizaje.

5. Ensayar nuevas situaciones

Si es la primera vez que las peques van a hacer algo nuevo como ir al cole, subirse a un avión o practicar natación, la novedad puede causarles algo de ansiedad debido a la rotura de sus costumbres o a la incertidumbre de lo desconocido.

En estas situaciones les puede venir muy bien que juguemos con ellas en escenarios similares a los que después se encontrarán. Hoy en día hay prácticamente cualquier tipo de juguete para imitar situaciones de la vida real, pero tampoco hacen falta… Para desarrollar el juego simbólico solo es necesaria la imaginación.

6. Diversos escenarios cotidianos: en casa y por la ciudad

La diversidad de escenarios recreados en sus juegos les permiten aprender situaciones cotidianas que incluso traspasan las paredes de nuestro hogar.

Por ejemplo: recrear un supermercado de juguete en casa nos ofrece una genial oportunidad para practicar con ellos situaciones que se dan fuera del hogar y enseñarles dónde podemos ir a comprar el pan, la leche o las verduras y que hay que pasar por caja y pagar antes de marcharnos.

Jugar a los coches o montar una ciudad, nos posibilita enseñarles normas de educación vial y convivencia que irán asimilando poco a poco, a través de su práctica real y también mediante el juego de escenificación.

7. Trabajar los temores infantiles

Los escenarios o juguetes que recrean la consulta de un doctor, por ejemplo, pueden ser fantásticas oportunidades para trabajar con los peques el miedo a ir al médico o al dentista.

Podemos recrear con ellos la situación antes de acudir al médico para que el niño o la niña sepa y entienda lo que sucederá a continuación en la consulta del pediatra y se sienta familiarizado con el escenario.

 

La escarlatina no es una enfermedad del pasado

 

Los hospitales y ambulancias de juguete también son escenarios fascinantes. Con ellos podemos inculcarles la necesidad de guardar silencio o hablar bajito, hacer caso a los médicos si van a tratarnos alguna enfermedad o no correr por los pasillos si vamos de visita, porque en las habitaciones hay personas que necesitan descansar.

Pero no solo eso, algunos elementos del juego simbólico, como los peluches o las muñecas, son juguetes afectivos, que ayudan a exteriorizar sus sentimientos cuando algo les preocupa o entristece.

8. Actividades de observación y creatividad

Podemos animar a los peques a buscar y utilizar distintos objetos y materiales que tengamos por casa para crear o improvisar juguetes. Por ejemplo: el típico cazo con una cuchara de madera puede convertirse en un tambor.

De esta forma, además de enseñarles dónde están las cosas en casa, pasaremos tiempo con ellos realizando manualidades y les ayudamos a desarrollar habilidades creativas. También les estaremos educando en valores, ya que les transmitiremos una importante cualidad: la práctica del reciclaje.

9. Ejercicios de empatía

Animarles a adoptar diferentes roles en la familia en torno a una misma historia propuesta, les ayuda a comprender puntos de vista diferentes a los suyos. Por ejemplo: la próxima vez que a tu peque le cueste recoger, juega con él o ella adoptando el papel del niño y déjale que asuma el papel del adulto. Así le resultará más fácil comprender cómo se siente mamá o papá cada vez que se da esa situación.

 

juego simbólico

 

Con las casitas de muñecas, por ejemplo, podemos recrear prácticamente cualquier problema cotidiano y pedirles que ofrezcan una solución: ¿qué pasa si todos los miembros de la familia quieren comer, pero a cada uno le apetece algo diferente?

10. Juegos para inculcar responsabilidad

Cuando juegan con un oso de peluche o un perrito de juguete, están aprendiendo sin saberlo a responsabilizarse de una mascota. Lo mismo sucede cuando juegan a los papás y las mamás: están aprendiendo a cuidar de un bebé.

También pueden simular mediante el juego todo el trabajo doméstico que se debe hacer diariamente en una casa para mantener limpio y ordenado el hogar: fregar los platos, barrer el suelo, hacer la comida, lavar la ropa, etc.

En resumen: el juego simbólico les ayuda a formarse como futuros adultos maduros, responsables, autónomos, capaces y funcionales.

11. Educar en igualdad

Ofrecer muñecas, cocinitas o casas de muñecas tanto a niños como a niñas les permite crecer en igualdad. Son juguetes perfectamente idóneos para ambos y, a través de ellos, podemos fomentar el juego de roles pidiendo que asuman el papel de mamá o papá en casa, que cuiden al muñeco bebé mientras la muñeca mamá o el muñeco papá descansa, o simulando preparar la comida para la familia.

 

juego simbólico

 

Como veis, son muchas las actividades que tanto las niñas como los niños pueden simular y practicar jugando que les ayudan a convertirse en adultos funcionales.

Además de ser uno de sus juegos favoritos, el juego simbólico es una estupenda herramienta de apoyo a su desarrollo y aprendizaje. 

Si quieres más información o necesitas asesoramiento, en la Tribu CSC puedes consultar con nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil, desarrollo y crianza respetuosa. 

 

2 comentarios en "La importancia del juego simbólico durante la primera infancia"

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