¿Qué es lo que debe saber un niño o niña de primaria? Tanto como ellos mismos quieran, dicen los expertos. Los cuentos para la educación sexual infantil son una fantástica herramienta para saciar su curiosidad…
La intimidad de cada familia y cómo vivirla es una cuestión que solo compete a esas personas. La desnudez en la infancia puede ser vivida con naturalidad en muchos hogares y ser menos aceptada o vivida con vergüenza en otros. Hoy nos preguntamos precisamente sobre eso. ¿Es positivo o negativo mostrarse desnudos ante nuestros hijos? ¿Hay límites? ¿Cómo deberíamos actuar?
El cuerpo de cada persona solo le pertenece a ella. Y eso vale tanto para adultos como para niños. En mi casa somos cinco. Siempre hemos vivido la desnudez de una forma natural. Sin embargo, a medida que nuestras hijas han ido creciendo, ellas mismas han ido estableciendo sus propios límites. Y nosotros, como padres, los respetamos, a la vez que las hemos enseñado a respetar nuestra propia intimidad y las de sus hermanas.
La desnudez en la infancia: Normalizar los cuerpos desnudos sin sexualizarlos
La psicóloga de Criar Con Sentido Común, Mamen Bueno, no ve ningún problema en que nuestros hijos e hijas puedan vernos desnudos. Pese a los prejuicios culturales, mostrar el cuerpo a nuestros peques de manera natural puede ayudarles a ver la corporalidad como algo normal, a conocerlo y aceptarlo. Y a comprender cómo irá cambiando a medida que crezcan.
En los años 90, el psicólogo de la Universidad de Los Ángeles, Paul Okami, estudió sobre cómo repercutía en los niños y niñas la exposición a la desnudez de sus padres. Los menores que entre 0 y 6 años habían vivido la desnudez en sus familias con naturalidad tenían mejor autoestima y se sentían más cómodos con sus cuerpos.
Mostrarnos tal y como somos, sin sexualizar los cuerpos, les ayuda también a comprender que somos diversos y que no hay nada malo en el cuerpo humano. Eso no significa que si te sientes incómoda o incómodo tengas que mostrarte desnudo/a ante ellos. Como decía al principio, cada familia es un mundo. Como resume Mamen Bueno:
“Es importante no impostar una desnudez en una familia que no se siente cómoda con ella, ni taparse si no se suele hacer. La naturalidad es lo mejor. Pero sea como sea, lo importante es respetar cuando aparece el pudor infantil“.
¿Dónde está el límite? La aparición del pudor
Tal y como explica Mamen Bueno, a quien podéis consultar online en la Tribu CSC cualquier duda, hasta los 3 años las diferencias sexuales les son “indiferentes” a los peques. A partir de este momento suele aparecer el pudor.
En este contexto, los menores pueden sentir al mismo tiempo “curiosidad y vergüenza”. Y, aún así, la desnudez en la infancia sigue siendo algo sin connotaciones negativas siempre que se respete ese pudor. De hecho, en el caso de existir hermanos mayores, Mamen Bueno recomienda que a estos les transmitamos la necesidad de respetar ese pudor y esa necesidad de intimidad. También explicarles que es necesario tener en cuenta esa intimidad “si vienen visitas a casa”.
Ellos mismos, a medida que crecen, van a ir estableciendo sus límites y reclamando su necesidad de intimidad. En mi caso, yo les animo a ello a mis hijas e intento respetar, por ejemplo, si mi hija mayor está en el baño. Siempre pregunto antes de entrar.
¿Y qué ocurre si nuestros hijos se exhiben fuera o se tocan sus partes íntimas delante de otras personas o fuera de casa? En ese caso, explica nuestra psicóloga, simplemente le podemos decir que “no hay nada malo en ello, que los adultos también lo hacemos, pero solemos hacerlo en la intimidad. Y tú también deberías hacerlo en la intimidad”.
La desnudez en la infancia: Prevención de abusos sexuales
Tener un buen autoconcepto y aceptar su cuerpo es una de los aspectos positivos de la desnudez en la infancia. Sin embargo, como padres debemos ir enseñando a nuestros hijos los límites de la desnudez con respecto a otras personas. Su cuerpo es suyo y nadie tiene por qué tocarlo.
Si te preocupa que tu hijo o hija pueda ser víctima de abuso sexual, existen ciertos comportamientos sexuales que son inadecuados según qué edad. Y a esos comportamientos debemos prestarles atención. En este cuadro, elaborado por la Academia Americana de Pediatría, se establece qué es normal y qué no lo es en menores de 2 a 6 años.
Por ejemplo, a esa edad es normal masturbarse o tocarse los genitales en público o en privado, o mirar o tocar los genitales de un amigo o hermano.
En cambio, es menos normal intentar introducir la lengua en la boca para dar un beso; imitar de manera explícita el coito; o cualquier comportamiento sexual en el que participen niños y niñas que tengan más de cuatro años de diferencia entre sí (casi nunca es normal esto último).
Algunas recomendaciones para proteger a nuestros hijos frente a los abusos sexuales
La Academia Americana de Pediatría ofrece algunas recomendaciones para proteger a los niños pequeños de abusos (entre los 3 y los 5 años):
- Utilizar un lenguaje adecuado. Cada parte de su cuerpo tiene un nombre concreto: pene, vagina, pechos, nalgas, etc. Si le damos otro sobrenombre, nuestros hijos pueden sentirse confusos y pensar que hay algo malo en esos nombres. Según los estudios existentes, llamar a los genitales por su nombre y no con eufemismos puede evitar abusos sexuales. Además, hay que explicarles cuáles son sus partes íntimas sin metáforas.
- Respeto al pudor (explicado anteriormente).
- No forzar a dar besos o abrazos a cualquier persona, incluso familia, si no quieren. Así, después, no se sentirán en la obligación de obedecer a cualquiera que les pida un contacto íntimo, creyendo que tienen que ser “educados” o “buenos”.
- Diferenciar entre contacto bueno y contacto malo. Este segundo es aquel que no le gusta y que desea que acabe de inmediato. Debe aprender a decir no a un contacto que no le gusta o le da miedo y que es necesario que nos lo diga.
- Dejarles claro que no es bueno para nadie que le toquen sus partes íntimas, incluso si tienen la ropa puesta.
- Control ante los medios de comunicación y contenido no apropiado para su edad.
- Insistir en que deben comunicar a sus progenitores cualquier comportamiento inapropiado hacia ellos que no les guste o les haga sentir incómodos.
- Repasar estas normas de vez en cuando, esperar y aceptar las preguntas que su curiosidad les genere. Sin reírnos y siendo breves y comprensibles para ellos.
Y como siempre, si tienes alguna duda o necesitas alguna aclaración, nuestro equipo está disponible para ayudaros en esta y otras cuestiones sobre crianza respetuosa.
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