Problemas durante el parto: ¿Cuáles son los más frecuentes?

Artículo publicado el 27 Sep 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 16 abril, 2024

Es lógico que si estás embarazada te preocupe cómo será el momento del parto. En la mayoría de los casos es un proceso que se desarrolla sin problemas. Sin embargo, sí pueden existir ciertos problemas durante el parto que hoy repasamos en este post. Aunque, insistimos, no es lo habitual.

Problemas durante el parto: No es lo habitual

Lo primero que aclara nuestra matrona, Sara Caamaño, con la que podéis contactar en la Tribu CSC, es que “lo habitual es que todo salga bien”. Y recuerda que precisamente esa es la labor de las matronas, acompañar a la madre en un proceso biológico en el que es mejor no intervenir salvo que sea necesario. “Las matronas estamos ahí para vigilar que el curso del parto sea fisiológico y para acompañar en el proceso”.

Pero lo cierto es que hay ocasiones en las que el parto se complica. El Informe de atención perinatal en España del Ministerio de Sanidad que se publicó en 2020 (y recoge datos entre 2010 y 2018) recoge que en 2018, de los 368.368 partos que se produjeron en hospitales públicos de nuestro país, el 21,8% acabó en cesárea. La tasa fue del 36,5% en los hospitales privados. La cesárea suele ser un indicativo de complicaciones durante el parto. Por dar otro dato. El 34,2% de los partos en centros hospitalarios públicos fueron inducidos.

 

 

¿Cuáles son los problemas durante el parto más frecuentes?

¿Cuáles son los problemas en el parto? Aunque la lista puede ser muy diversa, Sara Caamaño destaca cuatro complicaciones concretas: sangrado, pérdida del bienestar fetal (sobre todo bradicardias), hipotensión materna por la epidural y malposición fetal. Existen otros riesgos como los desgarros perineales, la distocia de hombros o la asfixia perinatal. Vamos a describir algunos de los más comunes.

Sangrado excesivo

Que aparezca una pequeña cantidad de sangre mezclada con el flujo vaginal al final del embarazo puede ser normal. De hecho, incluso puede ser señal de que ha comenzado el parto. Sin embargo, si esa sangre es abundante debes consultar con un profesional sanitario. Cuando, además, tienes contracciones, fiebre, vómitos o mareo o el sangrado es intenso, has de acudir urgentemente al hospital.

La causa más frecuente del sangrado excesivo durante el parto es que el útero no se contrae para liberar la placenta. En cambio, permanece suelto y distendido. A esto se le llama atonía uterina.

 

 

También puede deberse a un desgarro en el útero o porque este se rompe. O puede estar relacionado con complicaciones graves de la placenta como desprendimiento o placenta previa, o amenaza de aborto.

La mayoría de las veces, dice Sara Caamaño, “todo queda en un susto” y únicamente se produce un pequeño sangrado derivado de la dilatación o la ruptura de algún capilar.

Pérdida del bienestar fetal (braquicardias)

La pérdida del bienestar fetal es una de las complicaciones durante el parto más grave y que puede precipitar una cesárea. Se produce, por lo general, porque el feto no recibe suficiente oxígeno.

Esa pérdida del bienestar fetal se puede traducir en una frecuencia cardíaca anormal durante el parto. Hay que aclarar que en muchas ocasiones esa frecuencia anormal no significa que haya un problema y se puede resolver sin consecuencias. Pero en otros casos sí es necesario precipitar el parto (cesárea) debido a las braquicardias.

 

 

La braquicardia fetal es la frecuencia menor de 120 latidos por minuto o menor de 30 “desde la línea de base de menos de 10 minutos”. Según Sara Caamaño, nunca se espera 10 minutos. Esto indica que hay dificultades en el riego sanguíneo y en la oxigenación fetal y requiere un intervención inmediata.

Hipotensión materna por la epidural

La anestesia epidural es la modalidad de anestesia durante el parto más conocida. Es eficaz para quitar el dolor y provoca un alivio casi inmediato, pero conlleva algunos riesgos. Entre ellos que puede generar hipotensión (caída de la presión arterial). Puede ocurrir un episodio transitorio de tensión muy baja en la madre tras la administración de la epidural. Y eso puede derivar en una caída de la frecuencia cardíaca del bebé.

Malposición fetal

En la última fase del embarazo, el feto se coloca en posición de parto. Normalmente esta supone que esté con la cabeza hacia abajo, con el occipital hacia el sacro de la madre y con la barbilla flexionada hacia el pecho y una presentación cefálica.

 

 

También puede colocarse con la cabeza hacia adelante. Sin embargo, puede adoptar otras como presentación de cara, frente, nalgas y hombro o posición posterior, que -aunque no supone una dificultad para el bebé-  a veces conlleva partos más complicados. Estas suponen una de las complicaciones durante el parto y se conocen como malposición fetal. Existen distintas maniobras para girar al bebé, pero en ocasiones no queda más solución que recurrir a la cesárea.

Otros posibles problemas durante el parto

Hay otras complicaciones excepcionales que pueden presentarse al momento de dar a luz. Veamos algunas de ellas:

Cuando el trabajo de parto no progresa

Existen varias razones para la no progresión de parto, es decir, que el parto “se para” o no progresa. Es posible que las contracciones se debiliten, o que el cuello uterino no se dilate lo suficiente o el bebé no desciende adecuadamente por el canal de parto. Normalmente está relacionado con una dificultad del bebé para encontrar su espacio o su camino o por una malposición.

Lo habitual en los hospitales es que se le administren a la mujer medicamentos para aumentar las contracciones y acelerar el trabajo de parto. En muchas ocasiones se recurre a la cesárea.

 

 

Desgarros perineales

Otras de las complicaciones durante el parto son los desgarros perineales. El desgarro es una rotura natural de los tejidos durante el parto. Existen cuatro tipos: mucosa vaginal (solo afecta a la piel); musculatura del periné; esfínter anal; y esfínter anal y mucosa rectal.

Salvo desgarros muy leves, lo habitual es que se necesite sutura. En mi primer embarazo tuve un desgarro importante y necesité muchos puntos. Eso complicó el posparto porque era realmente incómodo y por el riesgo de infección.

En ocasiones esos desgarros son instrumentales y se les conoce como episotomía. Hace algunos años se realizaban de forma habitual para evitar desgarros, pero hoy en día está desaconsejada. No es, en absoluto, necesaria salvo en contadas ocasiones.

 

 

Problemas durante el parto con el cordón umbilical

Sara Caamaño explica en este post sobre el cordón umbilical corto que:

“El cordón umbilical es la unión entre el bebé y la placenta. Por sus vasos sanguíneos pasa la sangre del bebé para oxigenarse y cargarse de nutrientes y volver, es decir, el cordón es el vehículo de unión entre ambos, no consta de entidad propia (por eso la sangre de cordón no existe)”. 

La mayoría de anomalías no perjudican al bebé, pero algunas sí pueden causar problemas. En el parto el cordón umbilical puede quedar atrapado en un brazo o pierna del bebé mientras este pasa a través del canal de parto. En otras ocasiones puede enrollarse en el cuello del bebé sin que esto suponga en la mayoría de los casos un problema para el bebé. Sin embargo, estas situaciones solo se complican si el cordón queda aprisionado y se interrumpe el riego sanguíneo al feto.

En 1 de cada 1.000 partos se produce el prolapso del cordón umbilical que implica que este precede al bebé a través de la vagina. Es una situación poco frecuente pero requiere una cesárea de urgencia.

 

 

Distocia de hombros

Esta es otra de las complicaciones durante el parto, aunque no es muy habitual. Supone que un hombro del feto se encaja contra el hueso púbico de la madre y el bebé queda atrapado en el canal del parto. No se trata de una complicación frecuente pero sí es grave porque el bebé puede tener dificultades para respirar porque tanto el tórax como el cordón umbilical se quedan comprimidos.

Esto obliga a que el personal médico tenga que recurrir a diversas técnicas para desatascar el hombro, pero en algunas ocasiones el bebé puede sufrir alguna lesión en el hombro y/o brazo por estas maniobras. Si las técnicas son infructuosas, se recurre a la cesárea.

Asfixia perinatal, una de las complicaciones durante el parto más graves

Esta se produce cuando el feto no recibe suficiente oxígeno en el útero durante el trabajo de parto o justo después de nacer. Supone un riesgo muy grave para el bebé porque puede causar su muerte. Durante el parto esta puede producirse por diferentes motivos: porque el cordón umbilical está comprimido en algún punto; por la existencia de preeclampsia; por la prolongación del parto más de lo debido, etc.

 

 

Estas son algunas de las complicaciones durante el parto más o menos frecuentes. Hay otras como la rotura prematura de la bolsa amniótica. También pueden requerir más atención los partos que han sobrepasado las 42 semanas, en mujeres de más edad o con alguna patología previa.

Sin embargo, en la mayoría de casos el parto se desarrolla sin dificultades y las matronas y el resto de profesionales sanitario solo acompañan a la mujer en el feliz proceso de dar a luz un bebé.

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