7 Señales de que el/la peque está preparado para dejar el pañal

Dejar el pañal es un proceso madurativo, a pesar de que muchas veces las circunstancias obligan a quitar el pañal a los peques

¿Cómo saber si mi hijo ya está listo para dejar el pañal? Hay diferentes señales que pueden ayudarnos a identificar que nuestro peque está preparado para el control de esfínteres y dejar el pañal. 

Dejar el pañal es un proceso madurativo. No se les quita el pañal, lo dejan ellos solos. Sin embargo, la realidad a la que se enfrentan los padres y madres con sus peques suele ser muy distinta ya que la mayoría de colegios obligan a los peques con 3 años a ir sin pañal. Una situación que obliga a retirar el pañal justo el verano de antes antes de volver al cole, cuando muchos de ellos tienen aún 2 años. 

Por ello, en torno a los 2 o 3 años suele ser siempre el momento elegido para quitar el pañal, lo que no significa que nuestro peque esté preparado o haya una edad concreta para hacerlo. De hecho, cada niño o niña es diferente y no tiene por qué alcanzar este hito del desarrollo a la misma vez que el resto.

¿Cómo saber si tu hijo está listo para dejar el pañal?

No hay nada como observar a nuestros peques para saber si están preparados para dejar el pañal. Así, hay algunas señales claras que nos indican que pueden y quieren hacerlo. Entre ellas, se encuentran: 

  1. Tiene curiosidad cuando los adultos van al baño e incluso quiere imitaros. Puedes aprovechar para explicar lo que se hace en el baño y animarlo a hacer lo mismo.
  2. Muestra interés en usar el orinal o el wáter.
  3. Está incómodo y avisa cuando tiene el pañal sucio.
  4. Aguanta varias horas con el pañal seco.
  5. Se quita el pañal solo.
  6. Hace gestos o posturas que indican que tiene ganas de ir al baño, como ponerse de pie y mover las piernas nervioso o agacharse.
  7. Muestra signos de independencia y pudor yendo a otra habitación para estar solo o escondiéndose detrás de una puerta.

 

¿Cómo saber si mi hijo ya está listo para dejar el pañal? - CSC

 

Junto a estas señales relacionadas directamente con el control de esfínteres, habría que tener en cuenta otros indicios más vinculados con el propio desarrollo del peque. Así, habría que valorar si es capaz de subirse y bajarse los pantalones solos; anda solo y tiene buena coordinación con las manos o sigue instrucciones como sentarse en la silla. Y quizás, la muestra más clara es cuando definitivamente piden hacer pipí o caca y van solos al baño o piden que los acompañemos.

Por supuesto, podemos ayudarles en el proceso de dejar el pañal, especialmente cuando el propio colegio nos “obliga” a quitárselo a nuestros peques para empezar el curso. Así, puedes hacer partícipe en cada cambio de pañal a tu peque, explicándole que haces y por qué.

También puedes contarle que es el pipí y la caca y por qué lo hacemos en el wáter, para lo que puedes recurrir a algún cuento. Si además le quitas la ropa y ellos mismos ven el pipí y la caca y cuál es la consecuencia de no ir al baño, le podemos mostrar la alternativa a hacerlo en otro sitio que no sea el pañal. Y todo ello sin agobiarles porque en el momento en el que se sienten presionados, suelen dar un paso atrás.

¿Qué ocurre si quieren volver a ponerse el pañal?

Como en todo los procesos madurativos de los peques, puede haber una regresión y que nos pida volver a usar pañal. De hecho, ningún proceso de maduración de los niños y niñas es lineal y puede haber retrocesos, especialmente si ocurren de forma paralela hechos importantes como la llegada de un hermanito o la separación de los padres, por ejemplo.

Y aunque antes se creía que una vez retirado no era bueno volver a ponerlo, lo cierto es que no ocurre absolutamente nada por hacerlo. Tampoco va a suponer un nuevo retraso en el proceso volver a usar pañal sencillamente porque el peque no había dado ningún paso hacia delante. De hecho, lo único que indica es que su proceso de maduración no era el adecuado y el peque aún no estaba preparado para dejar el pañal. Pero volver a ponerlo no afectará en ningún caso a su evolución física o psíquica.

 

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La clave es acompañar el proceso de dejar el pañal con mucha paciencia y respeto. Así, podemos invitarlos a hacer pipí o caca en el wáter como papá o mamá, en lugar de presionarlos con frases como “ya eres mayor” o “solo los bebés usan pañal”.

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