Cómo no debemos hablar a las niñas si queremos avanzar en igualdad

Artículo publicado el 13 Feb 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 19 marzo, 2024

En las últimas semanas hemos publicado varios post relacionados con la Educación en Igualdad y hemos tratado el tema de la importancia del lenguaje. Cuando hablamos de hacer un uso sexista del lenguaje no solo nos referimos a decir “los niños y las niñas”. Lo que comunicamos y cómo lo hacemos va mucho más allá. Por eso, hoy vamos a hablar de cómo NO debemos hablar a las niñas si queremos avanzar en igualdad.

Cómo NO debemos hablar a las niñas si queremos avanzar en igualdad

A menudo me encuentro con gente que opina que niños y niñas son diferentes por naturaleza, que todo es cuestión de genética. Y claro, sí pero no. Hay diferencias que son biológicas, eso es evidente. Tenemos órganos genitales distintos y glándulas que segregan distintos niveles de hormonas, sobre todo, a partir de la adolescencia. Ahora bien, ni en nuestro ADN ni en nuestras hormonas viene determinado que a las niñas les gusta el rosa ni que llevan coletas ni que usan vestidos de flores.

La inmensa mayoría de las ideas que asociamos a ser hombre o ser mujer son constructos sociales. Y, sin embargo, es algo que hemos interiorizado de forma tan natural desde nuestra más tierna infancia que damos por hecho que es así. Si pensáis que hoy en día se educa de igual manera a niños y a niñas y que las diferencias que existen son naturales os invito a visitar la planta de maternidad de cualquier hospital y escuchar desde el pasillo cómo hablan al bebé e intentar adivinar su sexo. ¡Hasta el tono de voz que usamos cambia!

No es raro escuchar a algún orgulloso papá presumir de su “machote”, de lo grande que es, de que está “hecho un toro”… Así, desde sus primeras horas de vida. En cambio, de las niñas escucharéis decir que son preciosas, tranquilas, buenas… o incluso lloronas. Pero no escucharéis que han tenido una “hembrota” o que está “hecha una mula”. Ser grande y fuerte no son cualidades positivas que se asocien a una niña.

“Es que ya no se puede decir nada sin que suene machista”. Que noooo. Que se trata de tomar conciencia. Que si un día te sale decirle a tu hija que es preciosa no se acaba el mundo. Pero si se pasan la infancia escuchando “qué guapa eres”, “qué bonito ese vestido”, “qué linda estás con ese peinado”… acaban (acabamos) interiorizando que la cualidad más destacable de una mujer es su belleza. Y no.

Las niñas tienen un abanico de cualidades tan amplio que es absolutamente injusto que el 90% de los halagos que reciben hagan referencia a su físico o su indumentaria. Las niñas pueden ser fuertes, creativas, inteligentes, rápidas, tenaces, bondadosas, líderes, constructivas, ambiciosas, perspicaces, divertidas… pueden ser buenas razonadoras, tener sentido del humor, capacidad de superación… pero, ¿qué es lo que escuchan la mayoría de las veces que alguien quiere echarles un piropo o decirles algo bonito? Básicamente, que son guapas.

Y es algo que tenemos tan interiorizado que nos va a salir sin pensar. Yo también me quedo embobada mirando a mi hija y pienso que es la niña más bonita que he visto en mi vida. Claro, que también lo pienso con mi hijo. Así somos las madres. Pero si queremos liberar a nuestras hijas de esa losa de exigencia estética que pesa sobre la espalda de las mujeres por imposición social, tendremos que empezar a cambiar el discurso.

Cómo hablar a las hijas para fomentar la igualdad

En la Tribu CSC hablamos de esto a menudo: No es solo lo que les decimos en casa. Las niñas crecen escuchando palabras como “princesa”, “preciosa” o “reina” en todas partes: en la escuela, en la calle, en el entorno familiar y social… Y un mensaje tan repetitivo, al final, cala.

¿Qué cosas podemos decirles a las niñas para evitar estar todo el día con el “guapa” en la boca? En Disciplina Positiva procuramos huir de los halagos y cambiarlos por palabras de aliento.

 

 

Si conseguimos dejar de emitir juicios sobre nuestras hijas e hijos y nos limitamos a agradecer su cooperación y a expresarles nuestro amor incondicional, mucho mejor. Pero si no lo podemos evitar o si, de vez en cuando, queremos decirles algo que valoramos de su personalidad, al menos, diversifiquemos el mensaje.

Fuerte

La fuerza es una cualidad que casi siempre asociamos al sexo masculino. Nuestras hijas también pueden ser fuertes físicamente hablando. Pero, además, la fuerza es mucho más que una capacidad física. El mundo está lleno de mujeres (y hombres) fuertes que jamás han levantado una pesa.

Valiente

La valentía es otra cualidad que solemos atribuir de manera mayoritaria a los niños. Y tan injusto es que demos por hecho que ellos deben ser unos temerarios como que no valoremos la valentía que ellas demuestran en muchos de sus actos.

Creativa

La creatividad es una de las cualidades más valiosas para la vida. Una persona con una mente creativa tendrá capacidad para resolver problemas de forma ingeniosa, encontrará soluciones para cualquier dificultad y disfrutará de esa necesidad de plasmar de alguna manera todo lo que lleva dentro de sí.

Talentosa

Todas las personas tenemos talentos. Centrémonos en ellos y valoremos nuestras fortalezas. Si tu hija tiene un talento especial para algún tema en concreto, házselo saber.

Capaz

No hay mejor piropo para alimentar la autoestima que este. Y ni siquiera tenemos que vestirlo de piropo. Una de las frases más potentes que podemos decir a nuestras hijas es: “confío en ti”.

Amable

Esta quizá sea una de las cualidades más bonitas que pueda tener alguien. No tenemos que ser complacientes y buscar siempre satisfacer a las demás personas; pero una persona que sabe gestionar las distintas situaciones con amabilidad, es alguien a quien siempre queremos tener cerca.

Divertida

Para mí, esta es la top number one de las cualidades. ¿Se puede ser algo mejor que una persona divertida? Alguien con quien te diviertes es alguien con quien te gusta compartir tu tiempo.

Resolutiva

Ser inteligente está bien, pero no tiene ningún mérito. Nacemos con unas capacidades u otras como nacemos con un color de ojos determinado. Pero ser una persona resolutiva es una virtud que nos hace la vida más fácil a cada paso que damos.

Convincente

Nuestras hijas también tienen capacidad de liderazgo. Si sus argumentos te convencen o, incluso, te hacen cuestionarte cosas y cambiar de opinión, ¡díselo!

Feliz

Ojo, que una niña feliz no es una niña que está siempre contenta como un cascabel y que jamás se enfada o llora. Las emociones son sanas y necesarias. Todas. Pero ser una persona que, en líneas generales, está satisfecha con su vida y con su personalidad… no tiene precio.

Insisto en que, en líneas generales, para saber cómo hablar para fomentar la igualdad, debemos huir de las etiquetas y evitar el exceso de elogios y halagos. Pero, como decía, si no los podemos evitar de vez en cuando, démosle un poco de variedad. Y, sobre todo, nunca emitas juicios de valor sobre el físico de tu hija ni sobre el físico de otras mujeres delante de ella. Todas las mujeres tenemos un cuerpo perfecto. Uno que nos sirve para vivir en él.

Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar con nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil y crianza respetuosa.

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