Algo que he aprendido con el paso de los años en mi maternidad, es que el ser humano aprende a base de equivocarse, no de hacer caso de lo que dice la todopoderosa vecina del…
El estudio, publicado en Current Biology, y centrado en los beneficios del porteo, demuestra científicamente que el porteo materno reduce el llanto, el movimiento corporal y la frecuencia cardíaca de los bebés y, además, las respuestas calmantes en los bebés aumentan la eficacia de carga materna.
“Nuestro estudio ha demostrado por primera vez que la respuesta calmante del bebé al transporte materno es un conjunto coordinado de regulaciones centrales, motoras y cardíacas y es un componente conservado de las interacciones madre-bebé de los mamíferos. Nuestros hallazgos proporcionan evidencia y tienen el potencial de impactar la teoría y la práctica de crianza actual, ya que el llanto incontrolable es el principal factor de riesgo para el abuso infantil“, señala el trabajo.
Los bebés se calman cuando les cogemos en brazos
Para su estudio, los investigadores utilizaron monitores de audio, vídeo y electrocardiograma, lo que les permitió registrar las respuestas fisiológicas y de comportamiento del bebé. Usando estos métodos, investigaron las respuestas de una docena de bebés sanos de 1 a 6 meses “al transporte materno y los mecanismos sensoriomotores” y las compararon con las de cachorros de ratones, “para dilucidar el comportamiento cooperativo infantil durante el transporte materno en mamíferos”.
La increíble respuesta cooperativa del bebé: Ellos contribuyen al porteo materno
La naturaleza es tan maravillosa que hace que los bebés nazcan con el instinto de supervivencia necesario para saber de forma innata que “el vínculo madre-hijo es la relación social más temprana y crítica de los bebés mamíferos” – señalan los investigadores –. “Y para promover este vínculo, los bebés tienen el impulso innato de buscar la proximidad materna y protestar ante la separación”.
A lo largo de su investigación, los expertos de la Unidad de Comportamiento Social Afiliativo del RIKEN Brain Science Institute en Japón, observaron que “los bebés menores de 6 meses llevados por una madre que caminaba detuvieron de inmediato el movimiento voluntario y el llanto y exhibieron una rápida disminución de la frecuencia cardíaca, en comparación con una madre sentada”.
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Así se aseguran el vínculo parental continuo, necesario para su supervivencia
Las crías de mamíferos requieren el cuidado parental continuo para su supervivencia y desarrollo psicosocial. Y este comportamiento cooperativo de los bebés es tan esencial como la conducta de cuidado de los progenitores para el establecimiento del vínculo madre-hijo.
“La inmovilización y la adopción de una postura compacta facilita el porteo materno. Por lo tanto, las respuestas calmantes pueden aumentar la probabilidad de supervivencia del bebé”– escriben los autores – “y, en última instancia, trabajar para apoyar la relación madre-bebé. La conservación de esta respuesta calmante en especies de mamíferos altriciales respalda el valor adaptativo de este comportamiento en la relación madre-hijo y, como consecuencia, la supervivencia infantil.”
Y es que cuando se sienten en contacto con sus padres, los bebés les proporcionan a estos respuestas positivas que sirven a los progenitores de refuerzo, como la calma y la relajación que demuestran en respuesta al cuidado materno. Al mismo tiempo que aumentan los lazos materno-filiales.
Los recién nacidos de mamíferos altriciales tienen una capacidad ambulatoria limitada y requieren que la madre los lleve para el transporte. Las crías altriciales son aquellas que nacen prácticamente ciegas, sin los conductos auditivos abiertos, prácticamente sin pelo o plumas y con una movilidad muy limitada. Su organismo necesita madurar después del nacimiento, es por eso que estas crías precisan el contacto estrecho con sus progenitores para su supervivencia. En el caso de los bebés humanos, es lo que conocemos como exterogestación.
En la medida en la que el porteo aporta serenidad al bebé, también contribuye a su desarrollo, ya que disminuye su llanto. “El llanto infantil aumenta fuertemente la actividad física y altera significativamente el patrón respiratorio”, señalan los autores. Por eso es importante calmarlo. Los investigadores también advirtieron que el porteo relaja la frecuencia cardíaca de los bebés, tanto si están despiertos como dormidos.
No obstante, los movimientos preparatorios de la madre para ponerse de pie o el cambio de posición del bebé, provocaban una alteración transitoria de los latidos de los pequeños. Esto, según los investigadores, podría explicarse por un reflejo defensivo infantil (aceleración de la frecuencia cardíaca causada por estar alerta debido a una estimulación intensa y repentina). Lo que sugiere que, durante sus primeros meses de vida, los bebés están “alerta” a las alteraciones de su entorno. Algo, por otra parte, básico para su supervivencia.
Portear caminando, ¡lo que más les gusta!
“La caminata materna puede ser la estimulación más relevante desde el punto de vista etológico y proporciona a los bebés estímulos sensoriales calmantes de manera sinérgica, lo que puede ser más efectivo para calmar a los bebés que otros tipos de movimientos rítmicos, como el balanceo mecánico“, señala el trabajo.
No es la primera vez que investigadores japoneses añaden ciencia a lo que los bebés nos llevan diciendo desde hace siglos. Un estudio anterior, pero también reciente, nos mostraba de forma concluyente que a los bebés se calman y duermen mejor cuando les cogemos en brazos. Pero, además, ¡les encanta el movimiento!
No, el cochecito no es igual que los brazos de mamá
Les gusta el movimiento, sí; pero no cualquier movimiento. Por ejemplo: prefieren que su madre camine con ellos en brazos que en el cochecito. Estudios anteriores también avalan que los bebés se calman más y dejan de llorar antes si nos ponemos de pie con ellos en brazos. Los expertos creen que ya desde el útero a los bebés les tranquiliza el ser transportados por sus madres.
“Esta respuesta calmante al transporte materno puede desarrollarse incluso antes del nacimiento en humanos; a las 36-40 semanas de gestación, los fetos son más activos cuando la madre no está activa en un día.”
El estudio menciona cómo Vrugt y Pederson descubrieron una curiosidad: que la eficacia de mecerse para calmar a los bebés era mayor cuanto mayor era la frecuencia de mecerse de las madres. Esto sugiere a los investigadores la importancia de la respuesta tranquilizadora, especialmente durante la marcha materna rápida en una emergencia.
“Sin embargo, en el presente diseño experimental, no controlamos ni medimos la velocidad real de la marcha materna. Se requerirán estudios futuros con mediciones precisas de la velocidad de la marcha materna para caracterizar con precisión su efecto sobre la calma de los bebés”, señalan.
Un hallazgo que refuerza la importancia de la crianza con respeto
Basándose en sus hallazgos actuales y la literatura científica anterior, los autores proponen “que la calma inducida por el transporte representa un conjunto canónico de respuestas fisiológicas y de comportamiento en los bebés” que además facilita una “relación madre-bebé eficiente”. Asimismo, dota de información útil a las madres, ya que cuando estas se pregunten “¿Por qué mi bebé solo quiere estar en brazos?”, sabrán que el comportamiento de sus bebés es perfectamente normal y natural, y no le sucede nada malo ni ellas lo están haciendo mal.
Asimismo, consideran que sus resultados favorecen que las prácticas de crianza de las familias sean positivas, tanto para los bebés, como para los progenitores. Aunque también alertan sobre la necesidad de reconocer la causa del llanto del bebé.
“El presente estudio proporciona implicaciones inmediatas para las prácticas generales de crianza. Los efectos identificados del porteo en la activación parasimpática y la reducción del llanto fueron significativos y sólidos, por lo que un breve período de porteo podría ser un enfoque eficaz para calmar el llanto causado por irritaciones transitorias como vacunas o ruidos aterradores.
Sin embargo, debido a que el efecto calmante se limitaba al período de caminata real de la madre, el bebé podía volver a llorar si la causa subyacente permanecía después del final de la caminata, como el hambre o el dolor crónico.
Una comprensión científica de esta respuesta fisiológica infantil podría evitar que los padres reaccionen de forma exagerada al llanto infantil. Tal comprensión sería beneficiosa para los padres al reducir la frustración, porque el llanto incontrolable es un factor de riesgo importante para el abuso infantil”.
Además, los investigadores declaran que su ensayo sobre el porteo de bebés podría utilizarse para el campo de investigación de la neurociencia, así como en la evaluación de las funciones autónomas y las integraciones sensoriales de los trastornos neurológicos en la primera infancia, como los trastornos de integración sensorial o los trastornos del espectro autista (TEA), ya que estos últimos tienen dificultades en el ajuste cooperativo de sus cuerpos a la tenencia parental.
Y, concluyen los autores: “lo que es más importante, estos resultados pueden contribuir a la elucidación de los mecanismos neurobiológicos que rigen el vínculo social y la cooperación entre los mamíferos“.
Hola, me encanto este articulo. Soy consultora de lactancia materna y esto es exactamente lo que se enseña y promueve con la lactancia.
Por ejemplo algo que se enseña mucho es el hacer piel con piel o cuidado de kangarooi, sobre todo con los prematuros y entiendo que hay mucha evidencia científica al respecto.
Gracias por la información, espero oír de uds pronto.