Y ahora, ¿qué hago con la crema solar que había comprado?

La importancia de utilizar bien un protector solar incluso si la OCU dice que deben retirarse

Hace tiempo causaba cierto jaleo la noticia de que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado, tras analizar 17 cremas solares, la posible falta de eficacia protectora de dos cremas solares infantiles, afirmando que no cumplen con la protección prometida en el envase.

Aunque ISDIN (la otra marca es Babaria) ya emitió un comunicado asegurando que sus estudios avalan que la protección es adecuada, todavía queda por esperar la resolución de este conflicto. Las autoridades sanitarias son quienes determinan en estos casos si es cierto o no y, en caso de demostrarse, toman las medidas oportunas y probablemente retirarían los lotes afectados.

¿Y si tengo esas cremas solares?

Para dar respuesta a esta pregunta es importante explicar qué significa el factor de protección y qué puede implicar que no coincida con lo publicitado.

El factor de protección solar (FPS) es una medida que indica el nivel de protección de la crema contra los rayos UVB, que son los más energéticos y los máximos responsables de las quemaduras y el cáncer de piel.

Los rayos UVA, menos energéticos, también producen quemaduras solares y cáncer, además de contribuir al envejecimiento de la piel, pero la protección que confiere la crema contra este tipo de radiación no se puede medir, así que la crema solar solo nos indica si la protección contra los rayos UVA es al menos 1/3 de la protección contra los rayos UVB. Si esto se cumple, el fabricante pondrá un círculo alrededor de la sigla UVA para identificar que la protección es alta.

 

 

El número del FPS indica el número de veces por el que podemos multiplicar el tiempo que tolera nuestra piel sin protección solar antes de ponerse roja. Es decir, si mi piel se pone roja porque está empezando a quemarse después de 5 minutos, un factor de protección solar 20 me protege durante 5 minutos por 20, es decir, me protege durante 100 minutos.

Si mi piel tolera 10 minutos sin ponerse roja, un factor 20 me protege durante 200 minutos. Pero en la práctica si mi piel tolera 10 minutos, la protección será prácticamente igual si uso un FPS 15 o un FPS 30 porque pasados 120 minutos tendría que volver a aplicarlo.

 

Protector solar para niños

 

Si bien es cierto que un factor de protección alto (y se considera alto cuando está por encima de 30) también bloquea un poco mejor los rayos solares, esta mejoría tampoco es espectacular: un FPS30 bloquea un 92% de los rayos UVB y un FPS 50 hasta un 97%. En la práctica la diferencia es mínima.

Por eso, si tienes una de estas cremas en casa y te da miedo usarla mientras no te aseguren que realmente protege lo que prometen, piensa que aun protegiendo el equivalente a un FPS 15, si tu piel tolera unos 5-10 minutos sin quemarse cuando te expones sin protección, puedes seguir usando la crema tranquilamente, ya que seguirá protegiendo adecuadamente.

Será si la aplico correctamente, ¿no?

Para que el protector solar actúe es importante aplicar la crema adecuadamente. Se debe aplicar al menos unos 5 minutos antes de la exposición. Clásicamente se decía 30 minutos, pero estudios recientes demuestran que 5 minutos son suficientes para que empiece a hacer efecto.

Debemos usar una cantidad adecuada, que sería unos 35 gr para un adulto. En niños aplicaríamos una porción equivalente a una cucharadita por cada zona corporal: 9 porciones en total: cara y cuello, pecho, abdomen, 2 para la espalda, 1 para cada brazo, 1 para cada pierna sin olvidarnos de las zonas más vulnerables como las orejas, los labios y el dorso de los pies.

 

 

Además de volver a aplicar la crema cuando hayan pasado 2 horas, también debemos volver a usarla después del baño, aunque sea una crema resistente al agua o waterproof. Las cremas water resistant nos aseguran 40 minutos de protección en el agua y las waterproof 80 minutos. Una vez los peques salen del agua y ya están secos hay que volver a ponerla siguiendo las mismas directrices de una cucharadita por cada zona corporal.

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