El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2020 acaba de publicar una guía actualizada de ayudas y servicios sociales para las familias. Se trata de un documento en el que se recogen, entre otras, las…
¿No os ha pasado que a veces alguien os ha sacado de vuestras casillas hasta tal punto que te dices a ti misma: “Señor, dame paciencia porque como me des fuerza lo mato, lo entierro y bailo Paquito el chocolatero sobre su tumba?”.
Pues bien, como matar está feo, enterrar ensucia y es muy cansado, no son fiestas y no se puede bailar Paquito el chocolatero, y encima además vas a la cárcel y ni te ponen con los famosos ni ná… he tenido que buscarme otra alternativa menos violenta y más pacifista Happy flower para no acabar arrancándome hasta los pelos de las pestañas del cabreo…
A mí es que lo del “be water my friend” siempre me sonó al señor Roca, y así sin ningún glamour no se pueden hacer las cosas, de manera que para no fluir cual catarata desbocada, mejor me dediqué a estar enganchada como matojo a suelo firme e inmutable siendo un junco, pero no cualquier junco… uno hueco, esponjoso, terso y mecido por el viento. Muy Zen todo.
Y es que desde que he sido madre hace ocho meses y pico, he descubierto un nuevo mundo de cosas que me sacan de quicio y que antes ni siquiera habría podido imaginar, hasta el punto de que hay mañanas que un “buenos días, toma, un café” puede suponer la diferencia entre tener un buen día o formar parte de los extras de The Walking Dead mojados, hambrientos y sin cobrar… Obviamente, sin café no hay vida inteligente, me limito a vegetar cual ameba tratando de mantener con vida al pequeño terrorista que me cuelga de la teta derecha con una mirada en su cara de “te kill you la vida como te muevas, mother foca”.
Pero vamos al junco, que me disperso… la cosa es que cuando me sacan de quicio, me revuelven los higadillos y se me sube la hiel a la garganta tengo dos opciones: o echo espumarajos como la niña del exorcista, se monta un sarao y normalmente me quedo en las mismas porque la gente es temeraria y le gusta jugarse la vida desatando mi furia… o me transformo en un junco hueco movido por el viento al que nada le afecta y siempre sigue en pie, como el del dúo este que no se ha repetido nada en el confinamiento. De fondo suena la música esta de don’t worry, be happy, me resbala hasta el papel de lija, respiro y pienso lo bonito que sería teletransportarme a las Maldivas con un mojito en la mano y un libro en la otra, ambas cosas bastante imposibles siendo mamá, además lactante y además mileurista. Aunque a veces precisamente por este conjunto de hechos te den ganas de darte a la bebida, más concretamente al agua. De cocotero. De una playa. En una isla desierta. D-E-S-I-E-R-T-A.
El junco es un estado mental… bueno, y también un cantante que decía eso de “hola mi amorrrrr, tengo que hablar contiiigo…” pero en mi caso, es el salvoconducto que me impide no acabar como el flequillo de Juana de Arco en fallas…
Iréis aprendiendo de esta filosofía y sus múltiples usos y modalidades en breve, de momento os dejo con la primera lección, breve y concisa, que tengo al niño jugando a ser una bola de demolición con las barras de la cuna y se me va a escogorciar (endevé, niño tate un minuto paraooo):
La maternidad es dura, pero más dura es la verdura, el junco hueco todo LO–CURA!!
Seguidnos si queréis más consejitos sobre maternidad real, escapadas imaginarias a islas desiertas o cómo evitar bailar Paquito el chocolatero sobre la tumba de alguien que te toca la fibra.
Jajaja me ha hecho mucha gracia el escrito! La verdad es q es cierto q la maternidad es un momento maravilloso para descubrir esas cosas q tanto nos sacan de quicio pero sobre todo para preguntarnos el por qué! Por qué esta situación en concreto saca lo peor de mi? Q es lo q tanto me molesta? Y lo mejor de estas preguntas y situaciones no es convertirse en junco hueco sino llegar a descubrir la verdad sobre nosotros mismos, sobre quienes somos en realidad , y como hemos llegado a ser quienes somos! Y aquí apareció en mi vida Laura gutman! Para todos aquell@s q estén dispuest@s a saber más sobre ellos mismos en esta oportunidad increíble q nos ofrece las maternidad precisamente por ponernos en el límite de nosotros mismos aconsejo hacer lo q ella llama la biografía humana. Un camino de indagación personal en el q el junco hueco no hará falta crearlo nunca más para sobrevivir y anestesiar la sensación de ahogo con el bebé porque una verdad nueva asomará maravillosa para quedarse.