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Los niños y niñas con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), comienzan hablando poco o mal, o teniendo dificultades para comprender o utilizar el lenguaje. La detección temprana es muy importante, por lo que lo indicado es acudir al logopeda cuando se detecta un retraso en las primeras habilidades lingüísticas.
“Ya hablará”
“Mi hija tiene dos años y apenas dice 10 o 12 palabras, ¿es normal?”. “Mi hijo ha empezado a hablar pero no se le entiende nada, ¿qué hago?” “Le hablamos pero parece que no comprende lo que le decimos, es como si fuera sordo aunque nos han dicho que oye bien”.
Estas son algunas de las consultas que suelo recibir a diario. En la mayoría de los casos, se acompañan de comentarios como “me dice todo el mundo que ya hablará, pero a mí me parece que otros niños de su edad hablan mejor”.
Cuando un niño con dos años apenas habla y con tres no hace frases de más de dos elementos, es fácil acogerse al “ya hablará”, sobre todo cuando socialmente está tan aceptado que incluso algunos pediatras lo dicen todavía y no le dan la menor importancia.
Afortunadamente, cada vez contamos con más profesionales sensibles a las características del desarrollo de nuestros peques y a las posibles dificultades que pudieran surgir.
Empecemos por el principio. Si bien es cierto que en el proceso evolutivo de nuestros bebés hay algunos márgenes de normalidad en la adquisición de cada una de las áreas (motora, cognitiva, del lenguaje…), existen algunos ítems que nos marcan hitos del desarrollo y pueden indicar si hay algún tipo de retraso o dificultad.
Hitos del lenguaje e indicativos de posibles dificultades
En el caso del lenguaje, se establecen como hitos:
- La comprensión de vocabulario cotidiano hacia los 12 meses.
- La aparición de las primeras palabras entre los 12 y los 15 meses.
- La producción de frases de dos palabras a los 24 meses.
- La comprensión de órdenes sencillas a los 24 meses y de órdenes complejas a los 36.
Efectivamente, hay niños que presentan un inicio tardío del lenguaje pero que después alcanzan el desarrollo normal en unos meses o, como mucho, en unos años, equiparándose a sus iguales. Sin embargo, los niños con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), también comienzan hablando poco o mal, o teniendo dificultades para comprender o utilizar el lenguaje.
Por eso es tan importante acudir al logopeda cuando se detecta un retraso en las primeras habilidades lingüísticas. No se trata de alarmar, se trata de prevenir o, al menos, anticiparnos y paliar las consecuencias en caso de que exista un problema.
¿TEL o retraso del lenguaje?
Incluso para los profesionales, en estas primeras etapas, nos es difícil delimitar inicialmente si se trata de un retraso del lenguaje o de un TEL. Necesitamos valorarlo mediante tests e inventarios de desarrollo, y no fiarnos de una valoración intuitiva. De hecho, en casi todas las ocasiones, el diagnóstico se realiza a partir de la evolución:
- Los niños con inicio tardío del lenguaje evolucionan de manera favorable y son muy receptivos a la intervención.
- Los niños con TEL presentan una mayor resistencia al tratamiento y su desarrollo del lenguaje no sigue los parámetros habituales.
Pero, ¿qué es el TEL?
Tradicionalmente se ha considerado el TEL como un trastorno que afecta a la adquisición del lenguaje desde sus inicios, se prolonga durante la infancia y la adolescencia y puede dejar incluso secuelas en la edad adulta. El trastorno afecta a una o varias áreas del lenguaje pero no se observan déficits cognitivos, neurológicos, sensoriales ni motores. Es decir, la dificultad afecta específica y exclusivamente al lenguaje.
Sin embargo, las últimas investigaciones apuntan a que, en ocasiones, se pueden encontrar algunas dificultades añadidas. El obstáculo para establecer unos criterios diagnósticos claros radica en que el lenguaje es una habilidad tan sumamente compleja que existen tantos perfiles de TEL como niños con TEL.
Así, el TEL puede afectar a la comprensión y/o a la expresión del lenguaje. Y, dentro de esta última, puede encontrarse alterado el desarrollo fonético-fonológico (la pronunciación), el desarrollo morfosintáctico (la construcción de frases), el léxico (el vocabulario) y la pragmática (el uso que le damos al lenguaje).
Todos estos componentes del lenguaje pueden estar alterados de manera aislada o combinada y en mayor o menor medida. Fijaos la cantidad de perfiles diferentes que puede haber.
¿Cuáles son sus síntomas?
Aunque, como decimos, existe una gran variabilidad de síntomas, sí que se han observado algunas características comunes en todos los perfiles. Estas características incluyen el retraso en la adquisición del lenguaje, la lenta adquisición de las habilidades lingüísticas, dificultades para mantener una conversación, vocabulario escaso y conductas de compensación.
Las dificultades lingüísticas hacen que, a pesar de no existir déficit cognitivo, puedan desarrollar dificultades tanto de aprendizaje como sociales.
Por tanto, en caso de observar cualquier tipo de retraso en el desarrollo del lenguaje, es importante acudir al logopeda para que pueda valorar las características lingüísticas del niño y establecer un programa de trabajo para estimular las áreas alteradas y dar pautas concretas.
Mientras tanto, en casa, podéis ayudar hablándoles mucho y bien, cantándoles canciones, leyéndoles cuentos y muchas actividades más que podéis ver con detalle por edades en los seminarios de desarrollo del lenguaje de Criar con Sentido Común. Y, si tenéis alguna duda o consulta, ya sabéis que estoy a vuestra disposición en la Tribu CSC, donde podéis encontrarme en el grupo “Logopedia para bebés y peques”.
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