Qué hacer en verano con bebés: Planes de vacaciones con bebés recién nacidos o muy pequeños

Viajar con bebés es posible si entendemos que somos nosotros quienes debemos adaptarnos a sus necesidades y ritmos, y no al revés

El verano es una estación que nos ofrece muchas posibilidades. Los días son más largos, el clima es amable y, a menudo, contamos con algunos días de vacaciones para poder viajar. Sin embargo, puede que este verano sea vuestro primer verano como padres o madres y no sepáis si ir de vacaciones o dejarlo para cuando vuestro bebé sea un poco más mayor. Si estáis dudando, en este post os vamos a dejar algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de decidir qué hacer en verano con bebés.

¿Qué hacer en verano con un bebé recién nacido?

El buen tiempo nos anima a hacer planes fuera de casa. Durante unos meses, dejamos atrás los abrigos, los gorros y todas esas prendas que, cuando se tienen hijos/as, hacen que tardes dos horas en conseguir salir de casa. Los días son más largos e, incluso, se pueden disfrutar de algunos días de desconexión. Los planes se multiplican. Pero, este año resulta que tienes un bebé recién nacido y te preguntas si podrás llevar a cabo alguno de esos planes que tanto te apetecen.

Lo primero que debes tener en cuenta es que tu bebé recién nacido ha estado 9 meses protegido en un entorno cálido, silencioso y agradable. Esto hace que el bebé vaya a necesitar un tiempo para adaptarse a la vida fuera de mamá. Mientras eso sucede, los bebés son muy sensibles a los cambios de temperatura, a los sonidos fuertes, a cambios de rutinas y de lugares

 

Qué hacer en verano con bebés recién nacidos

 

Por supuesto, cada bebé es diferente. Algunos duermen mejor, otros regular, unos parece que tienen un reloj programado para las tomas, a otros les entra hambre de improviso, unos lloran más y otros menos. Y todo ello es normal, pero es importante tenerlo en cuenta para que adaptes tus planes dependiendo de cómo sea tu bebé.

Y, ¡atención!, no solo debes adaptar los planes según las características del bebé sino también a las tuyas propias. Hay familias más atrevidas, otras que se lo piensan dos veces antes de salir de casa, unas que se agobian mucho si el peque llora y otras que se lo toman con más calma. Así que, tenedlo también en cuenta.

Hoy vamos a revisar algunos de esos planes típicos del verano y sopesar si son viables, si son adaptables o si, por el contrario, son una mala idea.

Comer fuera

Y, quien dice comer, dice cenar o terracear. En este caso habría que tener en cuenta el lugar elegido. Si te apetece salir a tomar algo, busca un lugar tranquilo en el que no haya demasiados ruidos y la temperatura sea adecuada. Si es un interior, ten cuidado con el aire acondicionado. En el caso de que se trate de una terraza, asegúrate de que haya sombra, que puedas dejar el carro en un sitio seguro si el bebé se duerme o que tengas sitio alrededor para poder caminar un poco si necesitas portearlo si se inquieta. Salir a un restaurante con un bebé recién nacido no es imposible, aunque quizá haya cosas que las termines comiendo frías. Tenlo en cuenta.

 

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Música en directo

¿Antes de tener hijos/as organizabas tu verano de festival en festival? ¿Disfrutas cantando a grito pelado en los conciertos? En este caso, tenemos un problema. El elevado volumen de la música y la aglomeración de gente no convierte este tipo de eventos en el plan ideal. Además, los recintos no suelen estar adaptados para bebés.

Aun así, si vas a ir, es importante que eches un vistazo a la política sobre menores de la organización del evento ya que en algunos no se permite la entrada de menores y en otros hay que firmar un consentimiento expreso y pagar entrada por el menor. Si echas de menos la música en directo, quizá puedas matar el gusanillo con algún concierto gratuito de los que suelen ofrecer algunos ayuntamientos. Así, si el bebé se inquieta, podrás marcharte o alejarte un poco.

Ferias

A lo mejor sois de los que pasan las vacaciones en el pueblo. Y, cuando juntamos verano y pueblo, salen inmediatamente las ferias. Podéis imaginar que, meterse en una feria con un bebé recién nacido no es la mejor de las ideas. Los estímulos auditivos y visuales de las atracciones son extremos así que quizá tengan que pasar un par de años hasta que podáis volver a disfrutar de un día de feria.

 

Qué hacer en verano con bebés recién nacidos

 

Salida cultural

Si lo que te gusta es visitar museos o salas de exposiciones, estás de enhorabuena. Durante el verano los museos se convierten en una actividad muy agradable si aprovechamos meses como el de agosto en el que mucha gente está en la playa. Salas con menos afluencia de público, temperatura agradable, silencio…

Si puedes, dosifica las visitas culturales y no intentes visitar todos los museos de la ciudad en el mismo día. Es mejor menos lugares con más calma que terminar estresados porque no llegamos a todos.

Día de playa o piscina

Pasar un día de playa o piscina suele ser el plan vacacional por excelencia, pero, si vamos con un bebé, hay algunas cosas que debemos valorar. No es conveniente que los bebés estén expuestos al sol por lo que deberás evitar la playa o la piscina en las horas centrales. Aprovechar las primeras horas de la mañana o el atardecer es más apropiado. Aun así, recuerda buscar sombras y utilizar crema solar con pantalla total si el bebé tiene más de 6 meses ya que la piel de los bebés es muy delicada.

 

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Día de campo o montaña

El campo o la montaña son una gran opción a la hora de salir con bebés. La temperatura suele ser menos extrema y dar paseos por el campo entre vegetación más refrescante. Si llevas una mantita, podrás disfrutar de ratitos de conexión con tu bebé al aire libre. Cantarle canciones, contarle cosas o dedicarle unas caricias en plena naturaleza es una experiencia enriquecedora para todos.

Y si vas a viajar con tu bebé…

Antes de comenzar, cuando viajamos con bebés es importante llevar una buena planificación para que podamos hacer frente a los imprevistos que puedan surgir. Además, si deseáis que todo salga lo mejor posible, es necesario ajustar las expectativas. No esperes que tu viaje sea como los viajes que hacías antes de tener hijos/as. Por supuesto, no me refiero a que las vacaciones serán peores, sino distintas.

Si habéis decidido ir de vacaciones… ¡comenzamos!

Viajar en verano con bebés: Cómo elegir el medio de transporte

Lo primero a decidir será elegir el medio de transporte. El tren es un medio cómodo que te permite poder caminar si, por ejemplo, necesitas portear a tu bebé para que se duerma. Quizá uno de los inconvenientes sea que son muy pocos los trenes que disponen de cambiador, por lo que tendrás que cambiarle en los asientos. Si el viaje es muy largo, la opción del trenhotel en el que poder viajar de noche puede ser muy práctica.

 

Qué hacer en verano con bebés recién nacidos

 

Viajar en autobús con un bebé puede resultar incómodo, puesto que el movimiento dentro de él está muy restringido. En cualquier caso, si decidís viajar en autobús, es fundamental que comprobéis si cuenta con sistemas de retención adecuados. Si tienes dudas sobre cómo viajar con tu bebé en diferentes medios de transporte, puedes consultar a nuestra experta en seguridad infantil, María Arenzana, en la Tribu CSC.

Para largas distancias el avión es el medio más indicado. Solo debemos tener en cuenta que, tanto en el despegue como en el aterrizaje, nuestro bebé puede tener molestias en los oídos exactamente igual que los adultos. No obstante, la solución es sencilla: basta con ofrecerle el pecho o un chupete y la molestia desaparecerá.

Uno de los medios más utilizados en nuestros desplazamientos vacacionales es el coche. Te permite organizar el viaje como mejor te convenga y, además, realizar diferentes desplazamientos en el lugar de vacaciones. Así, puedes elegir la hora de salida, cuándo parar a descansar y llevar todo lo necesario a mano.

 

 

Cuando se viaja con un bebé en coche es importante no viajar en las horas centrales del día y parar frecuentemente. Por supuesto, hay que revisar que el sistema de retención infantil es el adecuado y está bien colocado.

Ahora es el turno de la maleta: ¿Qué debemos llevar? ¿Será suficiente?

Por supuesto, este aspecto depende de factores como la cantidad de días que estaremos fuera, el transporte elegido o el lugar donde nos alojaremos. Lo más práctico es realizar una lista unos días antes para asegurarnos de que no olvidaremos nada. Es interesante revisar la lista días diferentes puesto que, a veces, lo que no se te ocurre un día, se te ocurre otro. También puede ser de utilidad que repasen la lista dos personas diferentes.

Lleva ropa suficiente si no vas a poder lavar en el destino elegido. Recuerda que son frecuentes los escapes del pañal cuando son chiquitines. Intenta adecuar la ropa a la temperatura que habrá durante las vacaciones. Además, prepara los productos de higiene necesarios: jabón, crema para después del baño, protector solar… 

Algún juguete, una minicuna o cuna de colecho, el cochecito o la mochila de porteo dependerán de los meses que tenga el bebé y de si dispones en el destino de alguno de estos objetos. No olvides un pequeño botiquín, la documentación (incluyendo la cartilla de vacunación) y el teléfono del centro de salud o del pediatra más cercano.

 

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Tras escoger el medio de transporte y tener lista la maleta, debemos pensar el destino y dónde nos alojaremos.

Elegir destino: Planes de verano con bebés

Este primer verano con un bebé es recomendable no viajar a lugares exóticos, tanto por la necesidad de vacunación como por el riesgo de contraer enfermedades.

Aunque cuando estamos de vacaciones solemos olvidar nuestras rutinas, en el caso de viajar con un bebé es importante mantener algunas de ellas, aunque podamos flexibilizarlas un poco.

Por eso, muchas familias con bebés prefieren alojarse en un apartamento. Este tipo de alojamiento permite disponer de espacios diferenciados en los que pasar las horas de más calor y descansar. Además, cuentan con cocina en caso de que tu bebé haya iniciado la alimentación complementaria. Sin embargo, en los hoteles los horarios de las comidas son más rígidos y puede ser más incómodo si hay que pasar mucho tiempo dentro de la habitación.

 

Qué hacer en verano con bebés recién nacidos

Actividades de verano con bebés recién nacidos

Viajar con bebés muy pequeños es posible siempre y cuando entendamos que vamos a ser nosotros los que nos adaptemos a sus ritmos y no al revés.

Puede que al bebé le cueste adaptarse porque extraña su entorno cotidiano o el clima así que tendremos que hacer un ejercicio de comprensión y ajustar de acuerdo a sus necesidades.

 

Qué hacer en verano con bebés recién nacidos

 

Por otra parte, no hagáis muchos planes. Es mejor llevar un planteamiento relajado, eso que ahora llaman slow travel, que planificar tres excursiones por día y frustrarnos porque no se pueda hacer ninguna. Procurad no hacer planes muy largos y llevar un planteamiento relajado y flexible. Si, además, podéis aprovechar los ratitos de sueño del bebé para dedicaros unos minutos, mejor que mejor.

Viajar con bebés puede ser una oportunidad de aprendizaje para todos si ajustamos nuestras expectativas para evitar tanto el sentimiento de frustración si los planes no salen según lo previsto como el de culpa porque el bebé lo pase mal.

Y, si este verano no te atreves, no pasa nada. Podéis hacer alguna pequeña excursión a algún lugar cercano o disfrutar del verano en tu lugar de residencia. Quizá, el próximo verano, sea el momento.

En cualquier caso, decidáis lo que decidáis, recordad que salir con un bebé es posible si ajustamos el plan. Y los planes que no se puedan ajustar… ¡ya llegarán!

 

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