Si tu peque se ha tragado una pila de botón ¡dale miel! (y corre al hospital)

Graves complicaciones médicas se presentan entre 2 y 12 horas después de la ingesta de una pila de botón
Siempre hemos escuchado la recomendación de acudir de inmediato al servicio de urgencias médicas de un hospital si una pila de botón deja de estar en su sitio o si creemos que nuestro peque podría habérsela tragado. Ahora, además, nuevas evidencias científicas ponen de manifiesto que darle miel a tu hijo si se ha tragado una pila de botón reduce el riesgo de lesión. Pero, eso sí, debemos dársela de camino al hospital, pues la atención médico-sanitaria sigue siendo necesaria.

El peligro de la ingesta de pilas de botón: Atragantamiento, asfixia y necrosis de los tejidos

Las pilas de botón se encuentran en múltiples dispositivos electrónicos de uso doméstico y también en muchos juguetes y constituyen una causa importante de accidentes en la edad pediátrica. No solo por el riesgo de asfixia, al ser objetos pequeños y redondos que pueden obstruir la vía respiratoria, sino también por la ingesta. Incluso se han visto lesiones derivadas de la introducción de estos pequeños objetos en oídos o nariz.

La edad de mayor riesgo de ingesta es en menores de 3 años mientras que en los niños entre 5 y 9 años también se producen accidentes por introducción de las pilas en la nariz o en el conducto auditivo. La gran mayoría de los accidentes de este tipo se producen por baterías de litio, pero pilas de botón con otros componentes también pueden resultar peligrosas.

 

Si tu peque se ha tragado una pila de botón ¡dale miel! (y corre al hospital)

 

Cuando la pila de botón se queda enclavada en el esófago se producen lesiones cáusticas, como quemaduras, y pueden producirse complicaciones por perforación de las estructuras afectadas o cicatrices que producen estrechamiento del esófago, por ejemplo. El sitio donde más frecuentemente se queda enclavada la pila es en la zona del esófago que corresponde a la entrada del tórax. Las pilas nuevas producen mayor daño que las usadas, pero incluso estas pueden producir lesiones.

Cuando la pila entra en contacto con los tejidos, se produce una hidrólisis del agua celular liberando iones de hidrógeno lo que conecta el polo positivo y negativo de la batería, cerrando el circuito. El resultado de este proceso es un líquido fuertemente alcalino que produce la necrosis de los tejidos. Literalmente funde las superficies que toca, las desintegra, como en una quemadura. Las lesiones pueden verse muy rápidamente, incluso en 15 minutos y pueden presentarse complicaciones serias en menos de 2 horas. Después de retirar la pila, las lesiones pueden agravarse si no se limpia adecuadamente la zona. 

Síntomas y complicaciones de la ingesta de una pila de botón

Cuando se produce la ingesta de una pila de botón es importante averiguar el tipo de batería, el estado de carga, el número de baterías, la hora de la ingesta, si puede haber ingerido algún elemento magnético a la vez y si hay antecedentes de patología del esófago o cirugías previas.

Si la ingesta no ha sido presenciada y no es sospechada, los síntomas asociados a la ingesta de pila de botón muchas veces son vagos y se parecen a cualquier infección vírica respiratoria o gastrointestinal. Los casos de evolución grave a veces permanecen asintomáticos hasta que se producen complicaciones como las perforaciones. Los síntomas más comunes de las lesiones por ingesta de pilas de botón son dificultad para tragar, tos, vómitos, dificultad para comer, incluso fiebre. Los más pequeños pueden tener irritabilidad, rechazo del alimento o babeo.

 

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En el caso de que la pila de botón haya pasado a las vías respiratorias pueden aparecer síntomas propios de una neumonía por aspiración con tos, vómitos, diarrea, dificultad para respirar y fiebre. Las pilas introducidas en la nariz pueden producir secreción nasal sanguinolenta o purulenta y maloliente, fiebre, obstrucción nasal, inflamación de la cara o celulitis periorbitaria, una infección grave de los tejidos que rodean el ojo. En el conducto auditivo pueden producir síntomas similares a una otitis externa.

El diagnóstico es sencillo si existe el antecedente. Si la sospecha es alta se debe realizar una radiografía, donde se puede ver la sombra circular de la pila rodeada de un típico doble anillo debido al reborde que tienen en la parte externa. Si la pila no se extrae rápidamente, las lesiones en el esófago pueden cicatrizar dejando una disminución de la luz del esófago que puede dificultar el paso del alimento.

Si el esófago se perfora y la pila sale a la cavidad torácica o abdominal, dependiendo de la zona donde se haya quedado la pila enclavada, puede producirse una mediastinitis que es una grave inflamación de la bolsa que rodea el corazón, una fístula traqueoesofágica que conectaría la tráquea con el esófago con el riesgo de que pasen alimentos a los pulmones ocasionando neumonías de repetición, parálisis de las cuerdas vocales, perforación intestinal, peritonitis, alteraciones cardiovasculares, entrada de aire o líquido a la cavidad de los pulmones, afectación de grandes vasos con hemorragia que puede llegar a resultar fatal, etc.

 

Si tu peque se ha tragado una pila de botón ¡dale miel! (y corre al hospital)

 

Estas complicaciones relacionadas con la perforación se pueden producir incluso a las 12 horas de la ingesta, lo que hace que el diagnóstico y el tratamiento sean urgentes.

Protocolo de actuación: Darle miel a tu hijo si se ha tragado una pila de botón reduce el riesgo de lesión, pero has de acudir a urgencias de inmediato

En un intento de ver si era posible neutralizar está reacción se probaron distintos líquidos ácidos como limón, zumo de naranja o bebidas de cola, pero, curiosamente, lo que mejor funcionó fue la miel o el sucralfato, ambos ligeramente ácidos. El sucralfato es un edulcorante con sabor a cerezas que sirve como protector de la mucosa gástrica y que se usa en el tratamiento de la úlcera gástrica.

La miel, gracias a su sabor agradable, su viscosidad y su carácter ligeramente ácido también fue útil en la prevención de las lesiones por ingesta de pilas de botón. Tanto la miel como el sucralfato forman una barrera física entre la pila de botón y los tejidos, neutralizando la reacción cáustica que provoca la pila y reduciendo las quemaduras.

Aunque habitualmente no se recomienda neutralizar las reacciones cáusticas por riesgo de que la reacción de neutralización aumente la temperatura y produzca quemaduras, en estos casos se ha comprobado que, aunque se produzca un pequeño aumento de temperatura a nivel del esófago, no se llegan a producir quemaduras.

 

Si tu peque se ha tragado una pila de botón ¡dale miel! (y corre al hospital)

 

Gracias a los estudios que demuestran la utilidad de la miel antes de la extracción de la pila, se han actualizado los protocolos de tratamiento de estos accidentes. Lo ideal sería que entre la ingesta y la extracción no pasen más de 2 horas para evitar lesiones graves y prevenir complicaciones. Actualmente se recomienda acudir inmediatamente a urgencias y comenzar a administrar miel en cuanto tengamos la sospecha de la ingesta y luego cada 10 minutos, 10 ml de miel hasta llegar al hospital en niños que tengan al menos un año de edad.

En el hospital continuarán con la administración de sucralfato hasta administrar al menos 9 dosis previas a la extracción, aunque pueden ser más si es necesario retrasar la extracción, que se hará habitualmente bajo anestesia general mediante endoscopia para poder ver directamente la pila y extraerla bajo visión directa. Si se sospecha que ha pasado a la vía respiratoria puede ser necesario hacer una broncoscopia.

Después de extraer la pila se lava la zona con un líquido ácido que terminará de neutralizar la reacción cáustica. Si se ha producido una perforación se colocará una sonda nasogástrica durante unos días. 

Es importante revisar periódicamente los dispositivos que lleven pilas de botón y verificar que no estén deteriorados y que las pilas no resulten fácilmente accesibles para los niños y niñas pequeños. Pero si la ingesta ya se ha producido o hay una alta sospecha, hay que acudir a urgencias inmediatamente administrando 10 ml de miel cada 10 minutos hasta llegar al hospital, si el peque tiene más de 1 año. 

 

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