Coincidiendo con el Día Mundial del Donante de Médula Ósea y de Sangre del Cordón Umbilical (SCU), hoy nos centramos en el pinzamiento tardío del cordón umbilical en los partos prematuros. Estudios recientes determinan que…
El ordeño del cordón umbilical o milking es una técnica que se utiliza como alternativa al pinzamiento tardío del cordón. Según algunos estudios, se recurre a él cuando es necesario reanimar al recién nacido o cuando la madre presenta alguna complicación grave. Sin embargo, la evidencia científica es difusa y no todos los profesionales están de acuerdo con esta técnica.
Una de esas profesionales es Sara Caamaño, matrona en Criar Con Sentido Común, que es firme defensora de que se intervenga lo mínimo posible en lo relacionado con el cordón umbilical y la placenta.
“Soy partidaria del pinzamiento óptimo (esperar lo necesario para que el cordón se vacíe y toda la sangre llegue al bebé) siempre que se pueda. Realmente el ordeño del cordón umbilical no es necesario, ya que el flujo sanguíneo hacia el bebé se mantiene durante los primeros minutos de vida si no se corta el cordón.
Se trata de una técnica que nace de intentar imitar eso en un pinzamiento precoz, que deberíamos evitar de forma rutinaria”
Sara Caamaño, a la que podéis consultar online en la Tribu CSC, tiene años de experiencia en su campo. Y asegura que no es un técnica “muy habitual”. “Ninguna compañera o compañero la practicó en ese tiempo, ni yo misma”, incide. De hecho, algunos estudios incluso desaconsejan el ordeño del cordón umbilical en el caso de bebés prematuros.
¿Qué es el ordeño del cordón umbilical?
La técnica del ordeño del cordón umbilical o milking consiste en extraer la sangre del cordón umbilical hacia el recién nacido en un corto periodo de tiempo (generalmente unos 20 segundos).
En teoría, se utiliza cuando el recién nacido necesita reanimación inmediata o cuando la madre requiere atención y no se puede esperar a que la sangre que transporta la placenta (y es del bebé) llegue a este con normalidad.
Para ello se agarra el cordón entre el pulgar y el dedo índice, apretando suavemente y empujando la sangre lentamente a través del cordón hacia el abdomen del bebé. Hay dos tipos de ordeño del cordón umbilical, según un artículo de la matrona Cristina Gómez (Hospital de Poniente, Almería):
- Ordeño de cordón intacto: Se realiza la extracción manteniendo conectado el cordón a la placenta. Esto mejora inmediatamente el flujo sanguíneo pulmonar y ayuda a la expansión pulmonar al inicio de la respiración.
- El ordeño corto: Cuando se extrae sangre una vez cortado y separado el cordón de la placenta. Se suele cortar uno 25 cm de cordón.
Tanto una como otra puede conllevar “riesgos” como la sobretransfusión, policitemia, hiperbilirrubinemia o ictericia, entre otros.
El ordeño del cordón umbilical: Una técnica controvertida
El propio artículo citado antes y publicado en 2021 en la revista “Ocronos” subraya que, a día de hoy, es difícil decir si el ordeño del cordón umbilical funciona o no.
“Ante la diversidad en la realización de la técnica, así como las diferentes edades gestacionales a las que se les aplica, hacen muy difícil conocer la efectividad de la técnica“, explica su autora.
Este estudio se ha basado en una revisión bibliográfica de todo lo publicado sobre el ordeño del cordón umbilical en los últimos 10 años.
También en la “Cochrane” se publicó en 2019 una revisión sobre este tema y la conclusión es que “no existen pruebas suficientes” para establecer “conclusiones confiables”. Es decir, que hay que seguir estudiando esta técnica.
Este análisis recopiló datos de 40 estudios que proporcionaron datos sobre 4.884 recién nacidos y sus madres. Esta misma revisión sí encontró evidencia de que el pinzamiento tardío en prematuros puede reducir el riesgo de muerte de los bebés, aunque “no hay prueba suficientes para relevar cuál es la mejor duración del retraso”.
Desaconsejado para prematuros de 23 a 27 semanas
Otro estudio realizado en 2019 con expertos de EEUU y Europa alerta de que el ordeño del cordón umbilical podría aumentar el riesgo de hemorragia intraventricular grave o sangrado de las cavidades llenas de líquidos del cerebro en bebés extremadamente prematuros.
Estas conclusiones obligaron a paralizar el estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, por “razones de seguridad”. El objetivo era buscar una alternativa al pinzamiento tardío del cordón (que implica retrasar el corte del cordón para que la sangre fluya naturalemente al sistema sanguíneo del bebé).
Pero se descubrió que los los recién nacidos extremadamente prematuros (23 a 27 semanas de gestación) en el grupo de ordeño de cordón tenían más hemorragias dentro de los ventrículos, en comparación con los primeros bebés prematuros en el grupo de pinzamiento tardío. El estudio se paralizó en el caso de prematuros extremos, pero no prematuros de a partir de 30 semanas que sí se siguieron estudiando.
El pinzamiento del cordón umbilical
El pinzamiento del cordón umbilical es una cuestión que genera mucho debate. Está demostrado que en bebés prematuros es positivo el pinzamiento tardío porque así el flujo sanguíneo entre la madre y el bebé puede continuar. Y eso ayudará al recién nacido a adaptarse a la vida extrauterina con un flujo de oxígeno asegurado.
También es recomendable en bebés nacidos a término. En este estudio publicado en “Anales de Pediatría” y que incluyó a 242 bebés nacidos a término, se establece que
“el pinzamiento tardío del cordón umbilical se asocia a un aumento en los niveles de hemoglobina, hematocrito y ferritina a las 48 horas de vida y en el número de casos de policitemia asintomática”.
Sin embargo, el pinzamiento tardío es incompatible con la donación de sangre del cordón. Sara Caamaño, aclara que en los primeros 60 segundos tras nacer el bebé no recupera toda su sangre (solo el 60-70%). Por eso, lo ideal es dejar el cordón al menos tres minutos.
Si se opta por un pinzamiento óptimo las matronas esperan todo el tiempo necesario para que el bebé recupere su sangre. Se espera a que el cordón se quede blanco (wait to white en Reino Unido). Sara Caamaño es más partidaria de esto último, dejar que el cordón se vacíe de manera natural e intervenir lo mínimo posible en este proceso.
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