Día Mundial de la Audición – Sordera en el niño pequeño: ¿Cómo saber si mi hijo tiene hipoacusia?

Artículo publicado el 3 Mar 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 3 marzo, 2024

Los signos de la hipoacusia en niños no siempre son evidentes. Te explicamos a qué señales debes prestar atención y te proporcionamos una guía del desarrollo de la audición y el lenguaje en los niños pequeños para que sepas identificarlas.

¿Qué es la hipoacusia infantil?

Se denomina hipoacusia a la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos. La audición puede quedar dañada a cualquier edad, de forma progresiva e indolora, pero aproximadamente de dos a tres bebés por cada 1.000 nacidos vivos tienen algún grado de hipoacusia al nacer. Es decir, la mayoría de las hipoacusias o sorderas infantiles graves o profundas están presentes en el momento de nacer. Más de un 60% de estas sorderas pueden tener origen genético.

Pero la hipoacusia también se puede desarrollar en niños que tenían audición normal cuando eran bebés. La pérdida puede ocurrir en uno o en ambos oídos y puede ser leve, moderada, grave o profunda. La hipoacusia profunda es lo que se suele denominar sordera.

 

 

Algunos casos de hipoacusia son progresivos (empeoran con el tiempo), mientras que otros permanecen estables y no empeoran. También hay hipoacusias transitorias, como las que provocan las otitis en niños algo más mayores.

¿Por qué se produce?

La hipoacusia o sordera es una deficiencia auditiva provocada por factores muy diversos:

• A veces se debe a un mal funcionamiento del sistema auditivo.
• En otras ocasiones, es síntoma o consecuencia de enfermedades o infecciones, como la otitis de repetición.
• La causa también puede ser algún factor hereditario. Sin embargo, la mayoría de peques sordos son hijos de padres que oyen bien.
• Incluso puede deberse a una exposición prolongada a ruidos intensos.
• Otras sorderas congénitas son debidas a situaciones que han pasado durante el embarazo o al nacer: recién nacidos con peso menor de 1.500 gramos, infecciones como meningitis o infecciones durante el embarazo (rubeola, toxoplasma, citomegalovirus, etc.) o bebés nacidos con algunas malformaciones.

 

 

¿Oye bien mi bebé?: ¿Cómo saber si un niño tiene hipoacusia?

La hipoacusia en niños pequeños no siempre es fácil de determinar, a continuación te indicamos algunas de las señales que pueden ayudar en su detección precoz. De forma aislada no tienen por qué indicar nada, pero si se dan varias de ella de forma repetida, es recomendable pedir consejo a un logopeda infantil.

¿Cómo se sabe si un niño no escucha bien?: Signos de hipoacusia en los niños

Para detectar las posibles señales de una hipoacusia en niños, la familia debe observar el comportamiento del bebé durante sus primeros meses de vida ante los estímulos sonoros:

• Durante los dos primeros meses de vida, el bebé parpadea, se despierta o se asusta ante ruidos fuertes y de alta intensidad; la voz de su madre es capaz de tranquilizarlo y pone atención en escucharla.
• Entre los tres y cinco meses dirige la mirada y gira la cabeza hacia la fuente de sonido.
• Entre los seis y nueve meses es capaz de buscar la fuente de la voz o del sonido, moviendo la cabeza y el cuerpo para poder observarla.

Si se advierten señales de alarma, se aconseja consultar al pediatra si se piensa que el bebé no oye bien. En la Tribu CSC puedes consultar, durante todo un mes gratis, a nuestro equipo de profesionales en salud y desarrollo infantil.

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La consecuencia más grave: La ausencia del lenguaje

La consecuencia más grave de la sordera, si no se detecta a tiempo, es la ausencia del lenguaje. Sin embargo, en ocasiones esta es difícil de detectar cuando el peque es aún muy pequeño. Un niño o una niña que no oye bien puede tener un desarrollo aparentemente normal hasta los 18 o 24 meses de vida, en los que un retraso en la adquisición del lenguaje puede ser normal, por lo que se puede pasar por alto que la niña o el niño sea sordo.

El problema de una detección tardía es que estos niños no hablan porque no oyen, por lo que la detección y el tratamiento deben ser lo más precoces posibles para que el niño desarrolle el lenguaje.

 

 

Pero, ¿cómo saber si un niño tiene problemas auditivos?

¿Cómo hablan los niños con hipoacusia?

Los signos de alarma en el desarrollo del lenguaje que deben hacer sospechar de la presencia de una hipoacusia son:

• No emite sonidos a los seis meses. El peque dejó de balbucear y de experimentar con producir sonidos.
• No reacciona a sonidos fuertes.
• No busca ni detecta de dónde vienen los sonidos.
• No reacciona a las voces, ni siquiera cuando se le sostiene en brazos.
• No oye sonidos a los 12 meses (timbre, teléfono, etc.)
• No puede comprender lo que se le dice a no ser que esté mirando directamente al interlocutor.
• No reconoce su nombre con 15 meses.
• A los 24 meses aún balbucea, pero no progresa a un habla más comprensible.
• Si a los tres años no dice 10 palabras ni emite frases de dos palabras. Es decir, está atrasado con respecto al habla y a las habilidades de comunicación.
• No sigue o no comprende instrucciones simples, como “coge tu abrigo”.
• Muestra signos de problemas de comportamiento o dificultades sociales.
• A los cuatro años no es capaz de hacer frases sencillas, se frustra con facilidad hablando, le cuesta y tiene muchos errores en la comunicación.
• Si el peque ya está en edad escolar, presenta problemas para mantenerse al día en la escuela o sus calificaciones son bajas. Además, puede estar cansado al final de la jornada lectiva por concentrarse para entender el habla. La hipoacusia en niños de edad escolar es más fácilmente detectable, pero lo ideal es que pueda ser diagnosticada y tratada con anterioridad ya que provoca un bajo rendimiento escolar, marginación por parte de sus compañeros, aislamiento social y problemas emocionales.

Comprender los hitos del desarrollo de la audición y del lenguaje puede resultar tremendamente útil a las familias a la hora de valorar si su peque tiene hipoacusia infantil:

 

 

No obstante, la logopeda infantil del equipo de Criar con Sentido Común, Elena Mesonero, matiza que:

“Debemos tener en cuenta que las dificultades en el desarrollo del lenguaje secundarias a hipoacusia son muy variables. Cuando la hipoacusia es profunda, el lenguaje puede no aparecer pero, cuando la pérdida auditiva es leve las dificultades son tan sutiles como no discriminar y/o pronunciar dos fonemas similares como s y z. Por ello, es importante el diagnóstico diferencial que nos haga descartar o no la hipoacusia“. 

¿Cómo ayudar a un niño con hipoacusia?: Qué hacer si crees que tu hijo tiene hipoacusia

Se debe solicitar a un profesional médico de la audición especializado en todos los tipos de soluciones auditivas, (incluidos los implantes auditivos), que le haga una prueba de audición. Incluso si las prótesis auditivas tradicionales no pueden ayudar al peque, quizás se pueda beneficiar de otras soluciones auditivas, como los implantes cocleares o los implantes de conducción ósea.

Hoy en día se puede detectar la hipoacusia infantil en el primer mes de vida y diagnosticarla antes de los cinco meses para iniciar el tratamiento en los primeros seis meses de vida. Así se evitan o minimizan importantes alteraciones en el desarrollo del peque. La única manera de alcanzar este objetivo es mediante la implantación del cribado auditivo universal a todos los recién nacidos.

 

 

Se utilizan cuatro métodos para evaluar la capacidad auditiva del bebé.

• Dos se emplean para cribado:
  • OEAt: Se evalúa el funcionamiento del oído interno al ser estimulado. Es una prueba muy sencilla que sirve para el cribado de la sordera en los recién nacidos.
  • PEATCa: Permite diagnosticar un pequeño grupo de sorderas congénitas que se pueden dar en niños con alteraciones del nervio auditivo y que las OEAt no son capaces de detectar.
• Los otros dos son pruebas diagnósticas complementarias una de la otra:
  • PEATC: Permiten valorar el alcance de la pérdida auditiva.
  • PEAee: Informan de la pérdida frecuencial.

A menudo se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen para identificar la causa de la pérdida de audición y establecer el pronóstico. En la mayoría de los niños se realiza una resonancia magnética nuclear (RMN) y, si se sospechan anomalías óseas, se realiza una tomografía computarizada (TC).

 

 

El programa de detección precoz de hipoacusia en recién nacidos permite:

• Identificar desde el nacimiento cualquier deficiencia auditiva.
• Iniciar cuanto antes el tratamiento y rehabilitación.
• Conseguir un mejor desarrollo del lenguaje oral.
• Conseguir la integración del niño con discapacidad auditiva.
• Mejorar su comunicación y desarrollo intelectual, emocional, social, rendimiento escolar y futuro profesional.

¿En qué consiste el tratamiento?

Cuando el niño es diagnosticado de hipoacusia el tratamiento debe ser interdisciplinar con la colaboración del pediatra, otorrinolaringólogo, logopeda, psicólogo y audioprotesista. Es fundamental en el momento del diagnóstico la colaboración con la escuela, en función de su edad, y la ayuda de las asociaciones de sordos.

El tratamiento consiste en:

• La atención temprana del bebé.
• Un tratamiento logopédico adecuado.
• Adaptación audioprotésico (hay audífonos tanto para lactantes como para niños mayores) o bien tratamiento quirúrgico mediante un implante coclear (un dispositivo electrónico que puede ayudar a oír a personas sordas. No restablece la audición normal, sino que proporciona al niño sordo una comprensión útil de los sonidos ambientales y le ayuda a comprender el habla).

También puede ser necesario un sistema alternativo y/o aumentativo para apoyar el desarrollo del lenguaje, como por ejemplo enseñar el lenguaje de signos.

 

 

El tratamiento de las causas reversibles de pérdida auditiva y de defectos auditivos consigue recuperar la audición. Por ejemplo, las infecciones del oído pueden tratarse con antibióticos o mediante cirugía, el cerumen se puede extraer manualmente o disolviéndolo con gotas óticas (gotas para los oídos) y los colesteatomas se pueden extirpar quirúrgicamente. Sin embargo, con mayor frecuencia, la causa de la pérdida de audición en el niño es irreversible y el tratamiento contempla el uso de un audífono para compensar el deterioro lo mejor posible.

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DR P. MARAZZI/SCIENCE PHOTO LIBRARY

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El implante consiste en un procesador de sonido que se coloca detrás de la oreja y que transmite las señales de sonido al transmisor (circular) conectado al cuero cabelludo. El transmisor envía la información a los electrodos implantados en la cóclea del oído interno. Los impulsos eléctricos procedentes de la cóclea pasan al cerebro, lo que le permite a la persona oír.

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