¿Y si mi hijo tiene varicela y yo no la pasé de pequeña?

Artículo publicado el 6 Sep 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 9 febrero, 2024

La varicela es una de las enfermedades más contagiosas que existen. Si hasta hace unos años lo habitual era que prácticamente todos los niños pasaran la enfermedad, poco a poco, y gracias a la vacuna, su incidencia va en descenso.

Sin embargo, eso no significa que se haya erradicado por completo. Por ello, siguen asaltando las dudas: ¿Qué pasa si mi hijo coge la varicela y yo no estoy vacunada?

La varicela, una enfermedad extremadamente contagiosa

La varicela se produce cuando el virus varicela-zóster afecta por primera vez a una persona. Aunque en el caso de los niños sanos suele revestir sin gravedad, en adolescentes mayores de 15 años, adultos o personas inmunodeprimidas puede llegar a tener consecuencias graves.

Su vía de contagio es a través del aire o el contacto directo con las vesículas o ampollas que contienen el virus, así como la saliva o las mucosidades.

Tras pasarla, el virus permanece inactivo en el sistema nervioso el resto de la vida y puede reactivarse más adelante causando el herpes zóster, una erupción de la piel bastante dolorosa y que suele ocurrir pasados los 60 años. Aunque es poco probable, sí es cierto que se puede contraer la varicela por segunda vez, algo que suele ocurrir en niños que la pasaron antes de cumplir su primer año vida. Cuando esto ocurre, lo habitual es que se pase de forma leve.

 

 

La enfermedad no tiene tratamiento, por lo que la mejor forma de evitarla es la vacuna. En España se administran dos dosis: a los 15 meses y a los 3-4 años.

Eso sí, hay que tener en cuenta que las mujeres embarazadas no se pueden vacunar contra la varicela. Lo mismo ocurre con las mujeres en edad fértil, que deben evitar el embarazo durante el mes siguiente a la vacuna. En el caso de los adultos, se suministran dos dosis separadas cuatro semanas, por lo que deberían evitar el embarazo hasta un mes después de la segunda dosis.

¿Si mi hijo coge la varicela puede contagiarme?

Lo cierto es que la varicela es una de las enfermedades más contagiosas que existen y se transmite con suma facilidad a las personas que nunca la han padecido o aquellas no vacunadas. Y para ello es clave saber que se contagia desde dos días antes de la primera erupción y hasta que todas las heridas se han secado totalmente.

Por ello es prácticamente imposible la detección precoz y evitar el contagio en casa. Tanto es así que, tras un contacto intrafamiliar, el 96% de las personas desarrollan la enfermedad en menos de un mes, según la AEPD.

Es decir, una vez que la enfermedad ha entrado en casa, lo más probable es que la contraigan todos los miembros de la familia. Además, el segundo niño que coge la varicela en una misma familia suele sufrirla con más intensidad, con más fiebre y mayores erupciones.

 

 

Hay que tener en cuenta también que no solo los niños pueden contagiar a los adultos, sino que nosotros también podemos transmitir la enfermedad en el caso de salir de casa, por ejemplo. La legislación española no contempla un permiso para el cuidado de los hijos con enfermedades comunes, por lo que, en caso de que nuestro hijo tenga la varicela y nosotros no, no nos darán la baja médica y tendremos que ir a trabajar.

Dentro de casa no tiene sentido aislarse ya que la posibilidad de contagio es muy alta antes de que hayan aparecido los primeros síntomas. Lo que sí recomienda la pediatra del equipo de Criar con Sentido Común, Gloria Colli, es la vacunación a la familia incluso después de que la enfermedad haya sido diagnosticada al menor. El motivo es sencillo: “la vacuna administrada entre tres y cinco días después del contacto protege entre el 80 y el 100% de las formas más graves”. 

En caso de estar embarazadas, sí debemos tener especial precaución al no poder vacunarnos. La madre puede sufrir complicaciones durante el embarazo, aunque el feto es el que corre mayores riesgos. De hecho, si sufrimos la enfermedad en el primer o segundo trimestre de embarazo, puede provocar malformaciones, ceguera y alteraciones en el sistema nervioso central que pueden provocar la muerte del feto. Si se contrae en los días previos o posteriores al parto, puede provocar la varicela postnatal en el recién nacido, que suele ser muy grave y llegar a ser mortal.

 

 

¿Qué hago si mi hijo coge la varicela?

La varicela en niños no es dolorosa, pero sí bastante molesta. Por ello, hay una serie de recomendaciones básicas que os ayudarán a pasar mejor la enfermedad.

• Puedes usar una loción de calamina para aliviar el picor.
• En caso de dolor puedes darle paracetamol, pero en ningún caso debes dar aspirina a un niño con varicela ya que puede provocarle una enfermedad grave conocida como síndrome de Reye.
• Corta las uñas para evitar que se quite las costras, lo que puede provocar una infección.
• Evita la exposición al sol.

Puedes bañar a tu hijo (incluso varias veces al día) con total normalidad, incluso cuando se trata de una erupción grave ya que el agua ni la extiende ni la empeora. Para hacerlo, usa un gel suave o baños de avena que pueden ayudar a aliviar el picor. Los baños le ayudarán a prevenir una infección bacteriana, típicas cuando el niño se rasca las heridas y se levanta la costra. Eso sí, no frotes y seca después muy bien dando pequeños toquecitos con la toalla.

 

 

Además, es normal que un niño con varicela pierda el apetito. Aún así, sigue ofreciendo alimentos y líquidos con normalidad. Si existen vesículas en la boca pueden dificultar comer. Por ello, evita los alimentos ácidos o salados y elige comidas ligeras con alimentos fríos y blandos.

¿Puede salir a la calle un niño con varicela?

En ningún caso un niño con varicela debe salir de casa o, al menos, hacerlo en casos imprescindibles. Así, no debe acudir a la escuela hasta que todas las lesiones se hayan secado por completo para evitar el contagio al resto de compañeros del cole.

Esto suele ocurrir pasada una semana desde la primera erupción. Aunque veas que sigue habiendo algunas heridas en la palma de los pies o de las manos, estas no son contagiosas si las que hay en el resto del cuerpo se han secado.

Sin embargo, hay salidas que sí pueden resultar necesarias en este momento, como ir al pediatra. Eso sí, deberías avisar en recepción o incluso antes de llegar para que, en la medida de lo posible, os ubiquen en una sala de espera aparte y no en la sala común junto a otros niños para evitar nuevos contagios.

 

 

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