Las otitis se producen tanto en invierno como en verano, pero no son el mismo tipo de infección. En verano suelen ser otitis externas. Afectan al conducto auditivo externo hasta el tímpano. No llegan al…
Artículo publicado el 18 Jul 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 31 mayo, 2022
La otitis de las piscinas es uno de los nombres con el que se conoce la otitis de verano o del nadador. Se trata de un tipo de infección que afecta al conducto auditivo externo hasta el tímpano, y que se llama así porque se suele dar en verano (aunque no únicamente) al estar mucho tiempo en el agua de piscinas, playas u otras zonas de baño.
Es una afección muy típica en menores de entre 7 y 12 años y, en general, en las personas a las que les encanta el agua y están mucho tiempo en ella durante la época estival. Las trompas de Eustaquio comunican la zona posterior de la nariz con el oído medio. Cuando el niño tiene mocos y estos pasan al oído por las trompas se produce una otitis media, que es diferente de la otitis externa. Esta se produce porque entra agua a través del conducto auditivo externo que es más corto y más recto en los niños.
Puede comprometer a cualquier grupo de edad, siendo más frecuente en niños entre 5 y 12 años de edad y es 5 veces más frecuente en nadadores. En este post, no obstante, os vamos a dar algunos consejos para evitar que la otitis de las piscinas se convierta en una pesadilla para nuestros hijos e hijas.
¿Qué causa la infección de oído en los niños?
Tal y como explica la pediatra del equipo de Criar con Sentido Común, Gloria Colli, “al estar la zona mucho tiempo sumergida, la piel y la mucosa que recubren el conducto se alteran, y eso favorece que las bacterias normales de la piel y los gérmenes que están en el agua no tan limpia de piscinas y zonas de baño, produzcan la infección”.
Por lo general están provocadas por bacterias (Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus son las más frecuentes), aunque también las hay generadas a raíz de la presencia de hongos. Lo habitual es que la otitis de las piscinas se dé en verano, pero no siempre es así. También puede aparecer en otras épocas del año si se tiene la piel muy seca o con eczemas y nos rascamos fuertemente. Una pequeña herida puede ser la puerta de entrada de una infección.
También puede provocarla el uso de bastoncillos de algodón, que están desaconsejados (en todo caso, para secar pliegues externos de la oreja). Un bastoncillo puede empujar hacia el interior el cerumen, que a su vez puede contener gérmenes, o incluso puede provocar la rotura del tímpano si se introduce bruscamente.
¿Qué síntomas tiene la otitis de piscina en los niños?
El dolor. Ese es el principal síntoma. Si has rozado la oreja de tu hijo y se ha quejado, si tiras un poquito hacia abajo y llora o si aprietas levemente la zona de entrada del oído y salta como un resorte, es muy probable que tenga esta infección. Quizás poco antes ha tenido sensación de oídos tapados o de picor. Son las señales más típicas.
También es posible que salgan por el oído secreciones que recuerdan al pus de las otitis medias pero que son en realidad secreciones procedentes del conducto auditivo externo. En algunas ocasiones puede aparecer fiebre, aunque no es muy habitual (suele aparecer en los casos más graves). Lo cierto es que el dolor de oído que les provoca tiende a ser fuerte y lo pasan mal. La otitis de las piscinas no se pasa sola y si no se trata puede empeorar. Hay que acudir al pediatra para que decida el tratamiento adecuado.
Normalmente, la otitis de las piscinas se trata con gotas antibióticas y suele mejorar en dos o tres días. El tratamiento, en cualquier caso, hay que seguirlo hasta el final. Y evitar que el peque se bañe hasta entonces o al menos que se moje la cabeza. Mi hija mayor la sufrió hace unos años y lo pasó regular. Le encanta el agua y es un pececito, pero se conformó con no bañarse “si se le quitaba el dolor”.
¿Cómo prevenir la otitis de los niños en la piscina?
Lo primero que debemos hacer es secarles bien el oído cuando salen de la piscina u otras zonas de baño. Podéis animarlos a que se sacudan ellos mismos los oídos para que salga el agua y luego secárselos bien con la toalla, suavemente pero por todas las zonas. Incluso podéis usar un secador en casa para ayudar a que la zona externa del oído se seque bien. Y recordad: ¡no hay que usar bastoncillos de algodón!
Para niños más mayores existen una gotas secantes a base de alcohol boricado o ácido acético que podéis usar después del baño. También es recomendable mantener los oídos de vuestros hijos limpios y evitar el exceso de cerumen. En la medida de lo posible, habría que asegurarse de que la piscina cumple con todas las medidas higiénicas. Es cierto la otitis de las piscinas puede producirse tras bañarse en agua limpia, pero si esta está contaminada o sucia el riesgo aumenta.
En cuanto al baño, en la medida de lo posible, nuestros hijos deberían evitar estar mucho tiempo buceando porque la presión al estar sumergidos favorece la entrada de agua en los oídos. Lo mismo ocurre con las zambullidas violentas.
Uso de tapones: ¿Es buena idea?
El uso de tapones no siempre es recomendable porque pueden producir irritación en el conducto auditivo (lo que aumentaría el riesgo de otitis de las piscinas). Pero si los toleran bien, se puede optar por ellos. Los hay de diversos tipos y materiales: ceras y resinas sintéticas; espuma; y silicona moldeada. Pero, ¿cuál elegimos?
La pediatra de CSC, Gloria Colli, subraya que se pueden usar tapones para prevenir la otitis pero no obligatoriamente: “Los tapones de cera pueden ser una buena solución para usar de vez en cuando. Son higiénicos y económicos pero pierden propiedades con el uso por lo que su duración es limitada. Si se prevé un uso más regular, es mejor un molde de baño hecho a medida por un audioprotesista“.
Además, nuestra especialista aclara que los niños con drenajes transtimpánicos (procedimiento quirúrgico para drenar o dejar paso a las secreciones del oído medio al oído externo) no precisan evitar el baño ni usar tapones. Otra opción recomendable es el uso de gorro de piscina, que suele tapar el oído y evita que entre mucha agua.
Todas estas medidas preventivas que os pueden ayudar en la prevención de la otitis de las piscinas. Si tenéis alguna duda más concreta, nuestras profesionales de la Tribu CSC os las pueden resolver de manera fácil y rápida. Formar parte de ella también os dará acceso gratuito a los más de 120 cursos sobre salud materno-infantil y crianza respetuosa. Y ahora, ¡a por el bañador y a darse un buen chapuzón!
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