Cómo elegir el cambiador del bebé para que sea seguro y qué precauciones debemos tener al usarlo para evitar lesiones y caídas

La mayoría de las lesiones en los cambiadores ocurren en el primer año de vida

Los cambiadores de bebés se utilizan para realizar el aseo y cambio de pañal a los niños, pero su uso está relacionado con accidentes que pueden producir lesiones graves.

El cambiador del bebé: ¿Es realmente necesario?

Durante los dos primeros años de vida del bebé tenemos que cambiar muchos pañales. El cambiador del bebé no es indispensable para ello (muchas familias cambian al bebé sobre la cama), pero su objetivo es hacer la tarea del cambio de pañal mucho más fácil, cómoda y rápida. Y es que al elevar la superficie donde tumbamos al bebé, nuestra espalda se resiente mucho menos que si, por ejemplo, le tumbamos sobre una cama. Por eso muchos progenitores optan por tener uno en casa.

También se suponen más seguros que la superficie de una mesa; ya que pueden incluir, entre otras cosas, cinturón de seguridad. Es decir, la función de un cambiador es proporcionar al bebé una superficie acolchada, cómoda, suave, limpia y segura que lo proteja de zonas peligrosas, duras, sucias y frías durante el cambio de pañal.

 

 

Asimismo, también protege las superficies de los escapes o fugas del pañal, al tiempo que ofrece una alternativa impermeable y fácilmente lavable, todo lo cual significa tener que limpiar menos. En resumen, no son un accesorio imprescindible (yo jamás usé ni utilicé ninguno en casa), pero a muchas familias les facilita el trabajo.

¿Por qué pueden ser peligrosos los cambiadores de bebés?

Según la European Injury Database (IDB), y tal y como recoge la “Guía de seguridad de productos infantiles” potencialmente peligrosos elaborada por la Alianza Europea para la Seguridad Infantil, de los 28 estados miembros de la Unión Europea, aproximadamente 5.500 niños de entre 0 y 4 años sufren lesiones relacionadas con cambiadores lo suficientemente serias como para necesitar asistencia sanitaria.

Otros organismos, como la U.S. Consumer Product Safety Commission, el Centro Nacional para la Seguridad y Salud de los Niños o el Sistema Nacional de Vigilancia de Lesiones Pediátricas de Israel (NAPIS) recogen información similar.

 

 

La mayoría de las lesiones relacionadas con los cambiadores ocurren cuando los bebés caen del cambiador al suelo en un descuido de los adultos. En la mayoría de los casos, la caída sucede cuando los niños no están sujetos al cambiador y/o el cuidador les deja solos un instante para contestar el teléfono, abrir la puerta o alcanzar un objeto.

La vida útil de un cambiador para bebés es bastante larga en comparación con la de otros productos infantiles, ya que se suele utilizar hasta que el bebé no entra en el cambiador o hasta que los cambios de pañal son más espaciados, alrededor de los 12-16 meses. La mayoría de estas lesiones ocurren en el primer año de vida del bebé (tiempo en el que se suelen utilizar los cambiadores).

Consejos para elegir un cambiador

Las consideraciones, respecto a su seguridad, que debemos tener en cuenta al comprar o antes de utilizar un cambiador son:

  • Asegurarse de que el cambiador cumple la norma europea de seguridad EN 12221-1:2008 para cambiadores de uso doméstico.
  • Buscar un cambiador con una base amplia para que sea estable, paneles laterales y frontales elevados y cinturón de seguridad.
  • Asegurarse de que el cambiador permita tener todo el material necesario al alcance de la mano.

 

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¿Cuáles son los mejores cambiadores para bebés?

Los cambiadores de pañales son un artículo con mucha demanda, por lo que podemos encontrarlos en cualquier sitio: pequeñas tiendas locales de artículos para bebés, tiendas especializadas, grandes almacenes o incluso tiendas online. En todas ellas encontraremos diversos tipos de cambiadores y diferentes modelos de cada uno de ellos:

  • Colchón-cambiador. Se trata de una colchoneta diseñada para cambiar pañales. Está rellena de una espuma firme pero suave y tiene una superficie plastificada, impermeable y transpirable. Este colchón se puede colocar en un mueble cambiador o utilizarse sobre cualquier superficie lisa y segura de la casa.
  • Bañera o cómoda cambiador. Son muebles multiusos, una bañera o una cómoda que llevan incorporadas un cambiador para ahorrar espacio. En el caso de la cómoda, es un mueble útil con cajones que sigue siendo práctico incluso cuando deja de ser necesario el cambiador del bebé.
  • Bolsa-cambiador. Este es el modelo más popular, adquirido y práctico para sacar a la calle, pues se pliega formando una bolsa que se puede transportar fácilmente dentro de un bolso de maternidad o en la cesta de una sillita de bebé. Además de tener una superficie acolchada e impermeable para hacer el cambio de pañal, también cuenta con espacio para otros accesorios del bebé como toallitas, pañales, pomadas o gasas.
  • Cambiador hinchable. Este tipo de colchón-cambiador abulta mucho, por lo que no es ideal para llevar de viaje como la bolsa-cambiador, pero quizás sí para tener en la casa de los abuelos o en una segunda residencia. Hay que inflarlo y luego desinflarlo y plegarlo para guardar tras su uso.
  • Cambiador con patas. Tiene una superficie igual que la del colchón, pero incluye patas que elevan el cambiador a la altura que mejor convenga al adulto que cambia al peque. Dentro de este modelo, también hay modelos plegables que se pueden cerrar para que no ocupen demasiado espacio cuando no se están utilizando.

 

 

Todos los cambiadores deben realizar dos funciones: proteger al bebé y preservar las superficies de las fugas del pañal hasta que el peque controle sus esfínteres. Cualquier cambiador debe cumplir con estos dos criterios esenciales, pero además es conveniente tener en cuenta estas otras características:

  • Seguridad: Además de cumplir con las normas de seguridad vigentes anteriormente descritas, el cambiador debe tener un tamaño lo suficientemente grande para el tamaño de nuestro bebé, así como una superficie antideslizante para que el peque no se caiga al moverse. Para evitar que el bebé se mueva demasiado dentro del cambiador, es preferible escoger aquellos modelos que tienen los laterales más altos que el resto de la superficie. Así mantienen al bebé en el centro del cambiador, sin importar cuánto se mueva.
  • Comodidad: El cambio de pañal debe ser una experiencia agradable para el bebé. Para conseguirlo, es mejor optar por cambiadores acolchados y fabricados en espuma o algodón; así el bebé se sentirá cómodo y no notará frío sobre ellos.
  • Fácil de limpiar: Es inevitable que el cambiador se manche de vez en cuando, así que resulta esencial que la superficie del cambiador sea fácil de limpiar y desinfectar. También es aconsejable optar por superficies impermeables para limpiarlo fácilmente con un paño húmedo.
  • Tamaño: A menudo es fácil dejarse llevar por la emoción al elegir los artículos del bebé y acabar escogiendo los más bonitos, en lugar de los más convenientes. Para evitarlo, debemos comprobar si el cambiador (en caso de no escoger uno con patas o un cambiador-mueble) se ajusta al mueble cambiador que hemos comprado.

 

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Es importante que tengamos en consideración los aspectos anteriormente mencionados a la hora de elegir correctamente el cambiador para nuestro bebé (en el caso de que queramos hacer uso de este artículo) y respetar siempre los ritmos del bebé, ya que cuando este camine o esté preparado para abandonar el pañal, es probable que comience a preferir que se le cambie de pie. ¡Es más cómodo y rápido para él/ella!

¿Cómo usarlos de manera segura?

Para usar sin riesgo un cambiador de bebé, es conveniente seguir las siguientes medidas preventivas de seguridad:

  • Utilizar en todo momento el cinturón de seguridad.
  • Tener todo el material necesario preparado de antemano, y al alcance de la mano.
  • Mantener al bebé al alcance de la mano en todo momento.

Y, por supuesto, no hay que dejar nunca, ni tan siquiera un instante, a un niño solo en un cambiador. Debemos tener en cuenta que los peques pueden zafarse de los mecanismos de seguridad, así que en caso de tener que salir del cuarto, o incluso si vamos a darle la espalda, debemos llevar siempre al bebé con nosotros/as.

 

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