Nueva prueba prometedora para detectar cánceres de cuello uterino difíciles de encontrar

La nueva prueba parece detectar el adenocarcinoma de cuello uterino, que representa la cuarta parte de los casos de cáncer de cuello uterino, así como las lesiones precursoras que a menudo lo ocasionan.

Una prueba para detectar el cáncer antes de que se produzca

“Nuestra nueva prueba parece sensible para detectar el adenocarcinoma de cuello uterino, que ahora representa hasta el 25 % de los casos de cáncer de cuello uterino, así como sus lesiones precursoras, el adenocarcinoma in situ, que a menudo se convierte en adenocarcinoma de cuello uterino”, afirmó Howard Strickler, coautor principal del estudio y miembro de MECC.

Los hallazgos se han publicado en el Journal of the National Cancer Institute.

“Debido a que los métodos de detección actuales a menudo pasan por alto los adenocarcinomas de cuello uterino, tienen tasas de mortalidad más altas que el cáncer de células escamosas de cuello uterino, más común”, añadió el Dr. Strickler.

 

 

“Nuestro objetivo es detectar la enfermedad tempranamente, antes de que se convierta en cáncer“. El Dr. Strickler también es profesor y jefe de la división de epidemiología y catedrático Harold and Muriel Block de Epidemiología y Salud de la Población en la Facultad de Medicina Albert Einstein.

Las pruebas de detección actuales

La prueba de Papanicolaou, en la que un patólogo examina muestras de tejido en busca de células anormales, ha conseguido reducir la incidencia del cáncer de células escamosas de cuello uterino en las últimas 6 décadas, pero la incidencia del adenocarcinoma de cuello uterino no ha disminuido, porque la prueba de Papanicolaou es menos eficaz para detectarlo.

En los últimos años, las pruebas de detección del virus del papiloma humano (VPH), que causa la casi totalidad de casos de cáncer de cuello uterino, se han unido a la prueba de Papanicolaou como herramienta de detección del cáncer de cuello uterino. Aunque existen más de 100 tipos de VPH, 3 tipos concretos (VPH 16, 18 y 45) representan más del 70% de todos los casos de cáncer de cuello uterino y más del 90% de los casos de adenocarcinoma de cuello uterino.

 

 

Las pruebas del VPH cubren los 3 tipos y son útiles para alertar a las mujeres infectadas de que corren un alto riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino, pero aunque las vacunas para prevenir el cáncer de cuello uterino son seguras y efectivas, hay muchas mujeres por encima de la edad para recibir la vacuna. Por tanto, la detección y el tratamiento para la prevención del cáncer de cuello uterino seguirán siendo fundamentales en las próximas décadas.

Un enfoque novedoso  basado en el ADN

La prueba de VPH desarrollada por MECC evaluó los VPH 16, 18 y 45 de una manera novedosa: observando específicamente los niveles de metilación.

“La llegada de las pruebas genéticas de próxima generación nos ha abierto oportunidades para detectar con mayor precisión cepas y patrones oncogénicos del VPH en los genomas que se corresponden con el desarrollo de AIS y ADC”, afirmó el codirector del estudio, el Dr. Robert D. Burk, profesor de pediatría, microbiología e inmunología, epidemiología y salud de la población, obstetricia, ginecología y salud de la mujer en el Centro Einstein y miembro del MECC.

La metilación (la adición de grupos metilo –CH3– a una región del ADN) es un hecho rutinario en el ADN, tanto viral como humano, y desempeña un papel fundamental en la alteración de la expresión genética. El estudio del JNCI, un proyecto de colaboración con el NCI, parte de los Institutos Nacionales de Salud, examinó los niveles de metilación investigados en muestras de tejido cervical de 1.400 mujeres que se habían sometido a pruebas de detección de cáncer de cuello uterino en Kaiser Permanente del Norte de California antes de 2014 y cuyo estado de cáncer de cuello uterino era conocido.

 

 

Al evaluar los VPH en las muestras citológicas, los investigadores sumaron los porcentajes de metilación para cada uno de los 35 sitios diferentes del genoma viral, y cada muestra recibió una “puntuación de metilación” final igual al porcentaje de metilación promedio en los 35 sitios. Aquellas mujeres con puntuaciones de metilación en el 25% superior tenían probabilidades muy altas de haber desarrollado adenocarcinoma de cuello uterino o adenocarcinoma in situ, la lesión que lo produce.

“Nuestros hallazgos, si se confirman mediante ensayos clínicos, sugieren que las mujeres con una puntuación de metilación alta pueden beneficiarse de la colposcopia y la evaluación tisular especializada, más allá de una simple prueba de Papanicolaou, lo que podría conducir a un diagnóstico y tratamiento tempranos del adenocarcinoma de cuello uterino o a la extirpación de las lesiones del adenocarcinoma in situ antes de que se conviertan en adenocarcinoma de cuello uterino“, explicó el Dr. Burk.

Mejorar la equidad en la detección del cáncer de cuello uterino

“Dado que nuestra prueba utiliza equipos que podrían simplificarse, tiene el potencial de expandir las pruebas en países de menores recursos”, subrayó el Dr. Strickler, que ha estudiado durante mucho tiempo el VPH en mujeres que viven con VIH, que tienen más probabilidades de contraer el VPH.

El cáncer de cuello uterino sigue siendo el cuarto tipo de cáncer más común en las mujeres, y la carga es significativamente mayor en los países de ingresos bajos y medios, incluidos los del África subsahariana, donde las coinfecciones por VIH y VPH son comunes.

 

 

También hay disparidades significativas dentro de países desarrollados, e incluso dentro de las propias áreas urbanas. Por ejemplo, en EE.UU., en la ciudad de Nueva York, las tasas de cáncer de cuello uterino en el Bronx, que alberga el distrito legislativo urbano más pobre del país, son un 50% más altas que en Manhattan. Una detección más frecuente y eficaz podría ayudar a abordar esta disparidad de salud.

“Lo ideal sería que la nueva prueba de metilación del VPH sólo se realizara 1 vez cada 3 ó 5 años“, afirmó Strickler. “Tenemos la esperanza de que esta prueba pueda aumentar la equidad en la detección del cáncer de cuello uterino”.

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