¿Cómo quitar los mocos a un bebé?

Artículo publicado el 26 Ene 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 22 diciembre, 2023

La higiene nasal es, en este tiempo ya algo más frío, uno de los campos de batalla de las familias con bebés, con sus primeros resfriados y la aparición de los primeros mocos de la temporada, que pueden llegar a ser muy molestos. Así que vamos a ver cómo podemos quitar los mocos a un bebé correctamente.

¿Cómo quitar los mocos a un bebé?

Cuando vienen familias a la consulta, siempre les pregunto cómo quitan los mocos en casa. Cuando hago charlas sobre higiene nasal, a menudo pregunto a los asistentes su modo de proceder hasta el momento en lo que se refiere a la gestión de los mocos de los bebés que están a su cargo. Hasta el momento nunca ha habido unanimidad. Muy pocas veces hay dos familias que quitan los mocos de la misma forma a sus bebés en la misma charla.

Para empezar, os diré que cuando suelo preguntar: ¿De dónde sacáis la información sobre cómo quitar los mocos a un bebé? Hay multitud de respuestas: “Lo miramos por internet”, “lo hablamos con la vecina”, “nos lo explicaron en el CAP”, “vimos cómo se lo hacían en urgencias”, “en nuestra familia siempre se ha hecho así”, “nos lo recomendó un extraterrestre”…

 

 

Cada familia tira de la información que tiene a su alcance. Algunos por internet, otros por profesionales con quien tienen contacto… Otros, intentando encontrar lo que les ayude, van preguntando a toda persona que pueda tener algo de experiencia sobre el tema.

Y aunque quien más sabe de estos temas somos los fisioterapeutas ,que nos dedicamos al aparato respiratorio, por desgracia no solemos estar accesibles ni en los centros de salud ni en los hospitales cuando los peques van con muchos mocos.

Dicho todo esto, creo que tenéis que saber que ni siquiera los propios fisioterapeutas nos hemos puesto completamente de acuerdo (aún) sobre qué manera de efectuar una higiene nasal es la más segura y la más eficiente. El tema que ameniza más y mejor una velada (o un grupo de whatsapp) entre fisioterapeutas respiratorios es, sin lugar a duda, el tema de la higiene nasal en pediatría.

 

 

Y os tengo que confesar una cosa… En los años que llevo dedicándome a sacar mocos de la gente, he ido cambiando mi manera de actuar ante ellos. El asistir a cursos, aprender sobre anatomía y fisiología, leer estudios científicos, conversar con mis colegas de profesión, con mamás, papás y educadores-as de escuelas infantiles y, sobre todo, la práctica con mis hijos-as y pacientes, han ido moldeando la manera con la que acompaño a personas con exceso de moco.

Y es por esta razón por la que anualmente vamos renovando el Seminario Online Mocos Fuera (gratuito, como el resto de Cursos y Seminarios de Criar con Sentido Común, para todas las familias miembro de la Tribu que además reciben nuestro asesoramiento online). Es curioso ver cómo las preocupaciones sobre los mocos van cambiando, y cómo van apareciendo y desapareciendo modas y mitos respecto a la higiene nasal de los bebés. Hace cosa de un mes colgamos la nueva versión. Os lo dejamos aquí por si le queréis dar un vistazo.

 

 

En lo que sí que ya estamos todos los fisios respis de acuerdo (vaya, creo yo), es en…

¿Cuándo hay que quitar los mocos a un bebé?

Cuando pregunto a las familias, sigue habiendo dudas: en la aparición del primer moco, cuando aún no tiene (de manera preventiva), cuando son verdes, cuando son amarillos, cuando encuentras mocos en las cacas, cuando son del color de los unicornios… Pero hoy en día los fisios recomendamos quitar los mocos de la nariz de los bebés cuando dificulten el comer o el dormir.

Y vamos a la parte que más me suelen consultar en la Tribu (donde las familias miembro pueden hacerse consultas entre ellas y a los 18 profesionales que estamos en ella): ¿Cuál es la mejor posición para quitar los mocos a un bebé? Boca arriba, sentado, de lado, haciendo el pino, haciendo el pinopuente…

 

 

Tengo la impresión de que, cuando se hace esta pregunta se buscar una respuesta inequívoca, se busca la manera ideal de hacer las higienes nasales. Como si hubiera una buena y todas las demás fuesen malas. Desde mi punto de vista, si fuera así ya todo el mundo hubiera visto cuál es la buena y habríamos dejado de tener dudas. Lo haríamos ya todos de la misma manera, ¿no? Así que, ¿cómo es posible que sigamos teniendo dudas?

Creo que es porque cuando hay moco abundante, hagamos lo que hagamos conseguiremos ayudar en algo. Es mejor hacer algo que no hacer nada. Aún así, por lo que se ha ido estudiando, parece que la posición que ofrece más garantías y menos riesgos es la posición sentada o boca arriba con un poco de inclinación (para evitar que el suero vaya hacia los oídos), si no se sientan aún solos.

La posición con la cabeza ladeada cada vez la recomiendo menos, a no ser que con la otra posición nos encontremos con limitaciones, como por ejemplo, dificultades a la hora de tragar el suero o el moco, cuando hay muuucho moco…

¿Y qué utensilio es el mejor para quitar los mocos a un bebé?

Con jeringuilla, con aspirador, con monodosis, con una pera, con una manzana, con una rumba… De la misma forma en la que no hay una posición única para quitar los mocos de los bebés, tampoco hay un único utensilio viable. La elección del utensilio dependerá, a mi parecer, de qué técnica decidamos usar.

Aun así, sí que hay un artefacto que NO recomendamos: el aspirador. Y es que no es efectivo en la parte que más nos debe preocupar, la parte más posterior de la nariz, llamada cávum; y puede propiciar cambios bruscos e intensos de presión que podrían dañar el tímpano del oído y o llevar moco a las trompas de Eustaquio.

 

 

Para las posiciones recomendadas un poco más arriba, yo suelo usar jeringuillas o monodosis de suero. A veces también se usan espráis de agua de mar, pero me gustan menos por no tener un control total sobre la introducción del líquido.

Pero antes de dar por acabado este texto, no me puedo olvidar de hablaros de lo más importante: si decidimos quitar el moco a nuestro bebé en posición sentada (o semitumbada) y con monodosis o jeringuilla, tenemos que recordar de poner como máximo 2,5 ml de suero por cada orificio nasal (0,5 ml si el bebé es muy pequeñito).

El objetivo es que el suero sea tragado, pero este no podrá arrastrar el moco. Lo que realmente arrastrará el moco será el aire en el momento de la inspiración, ya que después de poner el suero de los dos lados tendremos que acordarnos de cerrarles la boca para que inspiren por la nariz, poniendo en práctica la técnica de la Desobstrucción Rinofaríngea Retrógrada (DRR para los amigos).