Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos: Dos centímetros de agua y dos minutos: Suficiente para que un peque se ahogue

Artículo publicado el 17 Jun 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 25 julio, 2023

El 25 de julio se celebra el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos. El ahogamiento en niños es una de las principales muertes en la infancia y es que bastan unos minutos y dos dedos de agua para que se produzca.

Los menores de 5 años son los más expuestos a este riesgo. Y entre las principales causas de ahogamiento en niños está que la familia se confía y/o se distrae.

Para evitarlo, se recomienda mirar al niño cada 10 segundos y estar a máximo 20 de él. Las estadísticas también demuestran que los ahogamientos se reducen si los peques dan clases de natación antes de los 4 años.

Dos centímetros y dos minutos: Suficiente para ahogarse

Estamos ante la peor ola de calor en junio de los últimos 20 años. Las altas temperaturas dificultan estar al aire libre, especialmente en las horas centrales del día. Los peques están más irascibles, les cuesta conciliar el sueño, están más inquietos… Pero en casa con el aire acondicionado tampoco se puede estar todo el día. La ola de calor incita a llevar a los pequeños al agua, pero ¿cómo hacerlo sin riesgo de ahogamientos? 

¿Qué hacemos para combatir este calor? Lo que más apetece es refrescarse en una piscina. Para los niños es lo mejor: están entretenidos, activos y frescos. Pero, desde la Asociación Española de Pediatría, recuerdan lo peligroso que puede ser el agua si no se está vigilando constantemente. 

 

 

“Dos centímetros de agua en el fondo de un cubo, bañera, piscina portátil, etcétera y menos de dos minutos son suficiente para que un bebé pueda ahogarse”. Así lo advierten desde la AEP. Con que el bebé o el niño pueda tener cubiertas nariz y boca unos minutos, podría ahogarse. Por tanto, aunque metamos al bebé en una piscina hinchable pequeña y poco llena de agua, no se puede bajar la guardia.

Según datos del INE, los ahogamientos son una de las principales muertes en la infancia. Supone el 13% de las causas de mortalidad entre niños entre 0 y 14 años, y es la segunda circunstancia en muertes accidentales (solo por detrás de accidentes de tráfico). En concreto, los peques menores de 5 años son los más expuestos a estos riesgos. 

Causas de ahogamiento en niños: Las distracciones y falsa sensación de seguridad, las más comunes

Al ser más independientes que un bebé, y moverse con mayor libertad, los padres “se confían”. Es cuando pueden ocurrir las desgracias. Al fin y al cabo son niños pequeños que no tienen aún la destreza ni las habilidades suficientes para desenvolverse en el agua, y no saben enfrentarse a situaciones donde la seguridad se ve comprometida. 

De hecho, la mayoría de los ahogamientos de estos niños se dan en piscinas privadas o de comunidades de vecinos. La AEP también recomienda utilizar chalecos salvavidas para bañarse e, incluso, cuando están cerca del agua. Los manguitos están desaconsejados y no los considera seguros.

 

 

Desde la AEP también trasladan la necesidad de esta vigilancia en las bañeras de casa. Por pequeñas que sean, no se debe dejar nunca al bebé o al niño solo, y al terminar se debe vaciar completamente y dejarla boca abajo.

Consejos para evitar ahogamientos en bebés y niños pequeños

Con el fin de prevenir estos sucesos, desde la web en Familia de la Asociación Española de Pediatría, ofrecen una serie de recomendaciones, que exponemos a continuación:

• Aunque lo recomendable es aprender a nadar antes de los 4 años, hay estudios que demuestran que los ahogamientos se reducen si las clases de natación se inician entre los 1 y 4 años. Por tanto, es conveniente que en ese tramo comiencen a recibir clases de natación.
• Acudir a piscinas o lugares de baño en los que haya socorristas y/o personal de auxilio.
• Cuando se trate de piscinas particulares, deberán estar cercadas en su totalidad, y sin la posibilidad de que el niño o niña pueda abrir la valla. Según datos de la AEP, esto puede reducir un 95% las muertes por ahogamiento. Además, en el periodo en el que no se utilice, lo ideal es cubrir la piscina con una lona en su totalidad. 
• Utilizar dispositivos de flotación adecuados, incluso cuando el niño o la niña se bañe con una persona adulta. Flotadores, manguitos y burbujas están desaconsejados. Lo mejor es un chaleco salvavidas.
• Hay que ayudar a que los niños y niñas disfruten del agua y le pierdan el miedo, pero con prudencia. Por ejemplo, podemos empezar a enseñarles a flotar y chapotear primero. Además de ser divertido, favorece su desarrollo psicomotor y le ayudará a ganar confianza en sí mismo. Cuando empiezan a querer tirarse a la piscina, también se debe vigilar la distancia, la profundidad, etc. para que se haga de forma segura. 
• Comprobar que la piscina tiene seguridad en los desagües. Esto ocurre con adolescentes que ya saben nadar e, incluso, bucean, pero una de las causas de ahogamientos en estas edades se da cuando la succión atrapa alguna parte del cuerpo y no permite al niño o niña subir a la superficie. Por ello, es vital que la piscina cuente con este tipo de sistemas de seguridad, como rejillas, por ejemplo. 
• Por supuesto, y lo más importante: vigilancia constante. Sea en bañeras, piscinas pequeñas, spas, ríos, mares… siempre hay que estar pendientes de los peques. El 112 recomienda mirar al niño o niña cada 10 segundos y estar a, máximo, 20 de él para poder auxiliarle si lo necesita.

 

 

Con todo ello, si aún así te enfrentas a un posible caso de ahogamiento, la AEP señala que lo que se debe seguir es lo que denomina la conducta P.A.S: Proteger, Alertar y Socorrer: Proteger a la víctima y llevarle a un lugar seguro, Alertar a los Servicios de Emergencia y Socorrer iniciando, en caso de conocerse, las maniobras de RCP. Si quieres saber cómo realizarlas o cuál es la mejor manera de entrenar a tu peque para que se desenvuelva en el agua, puedes consultar a nuestro equipo de especialistas en la Tribu CSC. 

Con todo ello, disfrutad con los peques del agua, refrescaos juntos, chapotear, pero siempre con toda la precaución del mundo y las mayores medidas de seguridad. ¡Feliz verano!

 

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