¿De dónde vienen? ¿Hacia dónde van? ¿Por qué están ahí? ¿Cómo tengo que actuar? Estas son cuatro preguntas que fácilmente te podrás hacer si tu bebé tiene mocos en el pecho. ¿Cómo sé si mi…
Este post se publicó originalmente el 10/01/2021 y ha sido actualizado en fecha 19/09/2024
“Hola, buenos días, Anna. ¿Tendrías hora para nuestro bebé? Tiene muchos mocos y tos. Tenemos miedo de que el moco se vaya hacia el pecho.” Así empiezan muchas conversaciones con las familias que me contactan para que les dé una cita para sus bebés. Los mocos en el pecho son motivo de preocupación para muchas de ellas.
Los mocos en el pecho no son los de la nariz
Una de las razones más frecuentes por la que las familias con bebés me consultan es porque tienen miedo de que el moco de la nariz se vaya al pulmón. Pero tenéis que saber que, por suerte o por desgracia, a no ser que haya un problema grave de deglución (para tragar), el moco que se produce en la nariz no se va hacia el pulmón. Se queda en la nariz y, cuando le llega la hora, se va naturalmente hacia el aparato digestivo.
Pero entonces, nos podemos llegar a preguntar: ¿de dónde sale la idea de que el moco de nariz va a ir a obstruir también el pecho? Pues creo que llegamos a creer eso porque puede pasar que el moco excesivo de nariz acompañe también un proceso de moco excesivo en los pulmones. Y, muy a menudo, cuando haya exceso de moco en el pulmón habrá exceso de moco en la nariz. Asociando ideas, puede parecer que el moco de nariz acabe en el pecho, si no hacemos nada al respecto. Pero no es así.
Los mocos en el pulmón cumplen una función: proteger los bronquios
Como mamíferos que somos, tenemos múltiples mucosas en nuestro cuerpo. Y para proteger estas mucosas, producimos secreciones. Nuestro árbol respiratorio está recubierto de un tejido mucoso. Así que es normal tener secreciones (mocos) en nuestra nariz y a lo largo del resto de aparato respiratorio.
Sería preocupante no tener nada de moco en el pulmón: el paso del aire necesario para respirar nos resecaría los bronquios (los tubos por donde pasa el aire) y los lesionaría. También seríamos aún más propensos a las infecciones sin las defensas que se crean allí. Y no tendríamos manera de evacuar el polvo y otras micropartículas que entran en nuestro cuerpo y que podrían ser dañinas.
Así pues, de manera natural, se produce moco en el pulmón, para proteger los bronquios. Y de manera natural, también, existe un sistema de evacuación de ese moco.
Cómo funciona nuestro sistema de evacuación de los mocos
El sistema de evacuación de mocos está constituido por:
- Los cilios. Son unos pelitos pequeñitos que revisten la mucosa y que funcionan como unas escobas, llevando el moco de lo más profundo del pulmón hacia la garganta (donde se tragará).
- El movimiento bronquial. Al respirar, los pulmones se abren y se cierran, ayudando a que el moco se vaya moviendo también hacia la garganta.
- El flujo de aire exhalado. Si os fijáis, inspiramos y espiramos de manera distinta. Nuestro cuerpo aprovecha las espiraciones para ayudar al moco a moverse hacia el exterior.
El problema llega, igual que con la nariz, no cuando hay moco, sino cuando hay un exceso de este. Un exceso de secreciones bronquiales va a poder producir:
-
- Tos.
- Dificultad respiratoria.
- Más propensión a infecciones.
- Cansancio.
- Falta de oxígeno.
- Etc.
Y a la larga, si existe un exceso de mocos de forma crónica, los pulmones verán afectada su estructura. Las razones por las que puede haber un exceso de moco en el pulmón pueden ser:
- Infecciones víricas o bacterianas (por ejemplo: bronquiolitis o neumonía).
- Respiración bucal (el aire va a entrar en los pulmones menos húmedo, menos filtrado y más frío).
- Haber tenido la nariz muy obstruida de mocos (a partir de los 6 meses van a respirar más por la boca).
- Enfermedades crónicas que afectan directa o indirectamente los pulmones (problemas en los cilios bronquiales, fibrosis quística, enfermedades neurológicas…).
Por todo ello, cuando hay un exceso de moco en los pulmones, deberemos encontrar maneras de evacuarlo, ayudando a los mecanismos naturales de los que os hablaba antes. Para ello contamos con las técnicas de drenaje bronquial, que se engloban dentro de la fisioterapia respiratoria.
Tos y técnicas de drenaje bronquial para evacuar el moco del pulmón
Hace unos días hicimos un directo en la Tribu para hablar justamente de esto, de las técnicas que se utilizan en pediatría para ayudar a sacar el moco excesivo que puede haber en el pulmón. Aquí os dejo un pequeño resumen de lo que hablamos con la Tribu.
Higiene nasal y fisioterapia respiratoria
Para empezar, os diré que es esencial que en presencia de secreciones bronquiales se mantenga la nariz bien despejada. En otras entradas del blog encontraréis información. Y sobre todo en el seminario que tenemos dedicado a la higiene nasal (que podéis hacer de forma gratuita, como el resto de nuestros cursos si formáis parte de la Tribu CSC).
Además de la higiene nasal, cuando vemos que nuestros bebés tienen dificultad para respirar, vamos a tener que ir al pediatra para que vea su estado y compruebe si es necesario dar algo de medicación. La fisioterapia respiratoria será un buen complemento a la medicación que os indique el pediatra.
Si hay mucho moco, las técnicas de drenaje bronquial os van a ayudar a evitar recidivas (repeticiones de una enfermedad poco después de terminada su convalecencia), a mejorar la calidad de vida durante el proceso, evitar complicaciones, mejorar el efecto de la medicación y a disminuir probabilidades de ingreso.
La tos y las espiraciones lentas
La estrella del drenaje bronquial acaba siendo la tos. Ayuda a acabar de llevar el moco del pulmón hacia la garganta, donde se podrá tragar. Y es que los bebés no saben expectorar, no escupirán nunca moco, cuando son muy pequeñitos. ¿Y no hace falta! Si el moco pasa al sistema digestivo, es perfecto.
Una cosa que podéis hacer desde casa es hacer algo de faja en la barriga cuando el bebé tosa. Los bebés tienen los abdominales muy en forma. Darles un poco de ayuda en la barriga cuando tose, hace que la tos sea más eficaz. No se trata de apretar, sino simplemente de evitar que se hinche la barriga al espirar durante la tos. El porteo ayuda mucho a hacerlo de forma automática.
Pero a veces la tos no es suficiente. Los bronquios se dividen en dos 23 veces y la tos solamente es efectiva hasta la 6ª división bronquial. Cuando el moco está más lejos es cuando la fisioterapia respiratoria os puede ser de ayuda. Si la tos es la técnica estrella de evacuación bronquial autónoma, las espiraciones lentas son las técnicas estrella del drenaje bronquial en consulta.
Ayudamos con nuestras manos a vaciar los pulmones, más de lo que el bebé suele hacerlo de manera autónoma, ayudando a mejorar el contacto entre el aire espirado y las secreciones, llevándolas hacia las zonas donde la tos ya sí es efectiva. A veces, si en la auscultación notamos presencia de secreciones muy lejanas, trabajaremos intentando conseguir suspiros que aumenten el paso de aire hacia las zonas más pequeñas de los bronquios.
El “clapping”
No sé si habíais oído hablar del “clapping”… Espero que no, o que si habéis oído hablar de ello sea para puntualizar que hoy en día no lo tenemos que aplicar. Se basa en una técnica de drenaje bronquial que se basa en dar golpecitos en el tronco de la persona con exceso de secreciones bronquiales.
Tiene peligros que se evitan con otras técnicas más respetuosas y acordes con la fisiología y anatomía de los pulmones. Si alguien os habla de “clapping” como una opción, querrá decir que no está actualizado/a en fisioterapia respiratoria.
También os recomendaría huir de las personas que busquen el vómito para evacuar el moco. No es recomendable. Cuando el moco está en el estómago, ya está fuera de la zona que nos preocupa. Lo siguiente es digerirlo. No conozco ninguna razón para buscar ver el moco que hemos movilizado.
Lo que buscamos es ayudar al moco a seguir con su trayecto normal. De pulmón profundo a zonas pulmonares medias con técnicas de inspiración; de zonas pulmonares medias a proximales con las Espiraciones Prolongadas Lentas o el Drenaje Autógeno; y de zonas proximales hasta la garganta con la tos, yéndose luego el moco hacia el estómago.
Resumiendo…
Como resumen de todo lo hablado, os diría que:
- El moco de nariz no va al pulmón.
- La higiene nasal puede ayudar en los procesos con moco en el pulmón.
- Si hay exceso de moco en el pulmón, hay que ir a ver al pediatra para comprobar si se necesita medicación.
- La fisioterapia respiratoria es de mucha ayuda en los procesos con moco en los bronquios.
- Fisio respi y medicación se coayudan en enfermedades con exceso de secreciones bronquiales.
- Buscad fisioterapeutas especializados en fisioterapia respiratoria y que apliquen técnicas actualizadas.
Espero que no necesitéis nunca la ayuda de la fisioterapia respiratoria, pero si tenéis más dudas… ¡Nos vemos en la Tribu!
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