Ya sea por cesárea o vaginal, las experiencias del parto se ven muy afectadas por el tratamiento “deshumanizante”

¿Qué siente una mujer en un parto? Ya sea un parto por cesárea o por vía vaginal, las experiencias y opiniones sobre el parto de las mujeres están determinadas en gran medida por el tipo de trato que reciben de sus médicos y si se sienten vistas y escuchadas, según un estudio reciente de la Universidad Estatal de Oregón.

El estudio se basó en entrevistas en profundidad con 25 madres que previamente habían dado a luz por cesárea y luego intentaron un “parto vaginal después de una cesárea” para un parto posterior. En EE.UU., 1 de cada 3 nacimientos se produce por cesárea.

Los métodos de parto importan a las madres mucho menos que la atención recibida

En las entrevistas, quedó claro que los métodos de parto importaban mucho menos a las madres que la conversación y el proceso que los rodeaba, dijo la coautora del estudio Melissa Cheyney, antropóloga médica y partera comunitaria de la Facultad de Artes Liberales de OSU.

 

 

“La gente no olvida cómo se les trata durante el parto”, dijo Cheyney. “He tenido personas que me han contado sobre su experiencia de parto hace 40 años, y todavía recuerdan a la enfermera que les gritó o a un médico que les hizo sentir irrespetuosos. También recuerdan a la persona que no dijo nada pero les acarició la mano, ofreciendo consuelo”.

El estudio incluye extractos tomados palabra por palabra de las entrevistas a los pacientes. Muchas de las mujeres describieron haber intentado hacer preguntas a sus médicos antes y durante el parto, sólo para ser ignoradas, rechazadas o incluso amenazadas.

Amenazó a la madre con llamar a servicios sociales si no se sometía a una cesárea y luego la dejo sola 4 horas

Una mujer, identificada en el estudio como Moira, esperaba un parto vaginal, pero el obstetra le dijo que necesitaba un parto por cesárea. Ella preguntó si podía intentar trabajar un poco más. En su entrevista, Moira relató que el obstetra le contestó:

“Si lo haces, me veré obligado a comunicarme con CPS (Servicios de Protección Infantil) porque en este momento estás poniendo en riesgo tu propio bienestar o el de tu hijo. Tus propios deseos están por delante del bienestar de tu hijo. Y podrías matar a tu bebé. Ella está muriendo ahora mismo. Probablemente estará muerta en 30 minutos si no haces esto”.

 

 

Entonces el médico dijo que tenía algo más que hacer y la dejó sola durante más de 4 horas. El bebé nació por vía vaginal, sano y salvo, pero según Moira, cuando el obstetra regresó la reprendió por no haber dado su consentimiento a la cesárea.

Una experiencia única en la vida, que puede ser transformadora o traumática

“En los sistemas que hemos creado, la atención puede parecer apresurada e impersonal. Con demasiada frecuencia, cuando un paciente hace una pregunta que tiene todo el derecho a hacer, el proveedor la percibe como una amenaza a su conocimiento y autoridad“, dice Cheyney.

Cheyney a menudo da presentaciones a grupos de proveedores médicos , educando sobre lo que ha aprendido de su investigación con pacientes que están pasando por el parto.

“Los antropólogos dicen: ‘Lo normal es a lo que estás acostumbrado’“, dijo. “Si vas a trabajar y realizas cesáreas o inducciones todos los días, estás normalizado en eso”.

 

 

Pero la investigadora insiste en que los equipos médicos deben recordar que para sus pacientes el parto es una experiencia única en la vida que es física y emocionalmente desafiante, si no traumática. Durante una cesárea, incide: “Estás atada a la mesa y te operan mientras estás despierta”.

¿Qué siente una mujer en un parto?

Si bien el tratamiento deshumanizante hizo que el parto fuera aún más aterrador, el estudio encontró que las pacientes que se sintieron escuchadas y respetadas durante todo el proceso informaron resultados positivos, incluso si terminaron teniendo una cesárea no planificada.

A algunas de ellas, una experiencia positiva con su segunda cesárea las ayudó a sanar emocionalmente de un parto traumático anterior.

“Sentí que podía hacer cualquier cosa. Me sentí empoderada. Me sentí apoyada“, dijo una mujer identificada en el estudio como Ynez, describiendo su segundo parto por cesárea. “Después de trabajar durante todo el trabajo de parto y el parto, estoy sanada, feliz y orgullosa“.

 

 

Cheyney dice que es crucial observar estos problemas a nivel sistémico para comprender las brechas en la capacitación o las estructuras institucionales que dificultan que los médicos brinden a los pacientes el tiempo y la información que necesitan para sentirse atendidos. Estas cuestiones deben abordarse desde su origen, afirmó, en el diseño de la atención. Mientras tanto, los médicos deben defender a los pacientes que tienen delante.

“Las comunidades saludables comienzan con un nacimiento saludable“, afirm Cheyney. “No podemos esperar a que cambien los sistemas que nos rodean”.

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