El verano continúa avanzando pero, si sois de los afortunados de vivir junto al mar o de los que están pasando unos días de vacaciones en la costa, aún tenemos días para disfrutar al máximo…
Este post se publicó originalmente el 28/08/2021 y ha sido actualizado en fecha 19/08/2024
Los últimos días de verano son un buen momento para ir al campo con niños. Es el momento perfecto para hacer una excursión pues quizá ya no haga tanto calor como días atrás y la sombra de los árboles nos va a proporcionar una magnífica sensación.
Un día en el campo con los niños
Tal y como explicamos en el post del día de playa, lo primero será planificar la excursión y dejar que los peques nos ayuden a hacerlo. Una mochila con sus juguetes, una nevera con la comida, unas esterillas… y ¡todo listo!
Cuando lleguemos, vamos a pararnos unos minutos a observar. Estaremos atentos a los colores, a las formas, a los sonidos, a los olores… Así, podremos tomar conciencia del lugar en el que estamos y de lo que nos puede ofrecer. Incluso podéis tumbaros en el suelo y observar cómo se mueven las ramas de los árboles y las nubes.
La observación se puede completar con preguntas que alimenten su curiosidad. Plantearles cuestiones como ¿de dónde viene ese trino?, ¿por qué ese árbol es más alto que ese otro? o ¿por qué la sombra está a ese lado? hará que los pequeños piensen hipótesis y generen nuevas preguntas.
Ir al campo con niños: Actividades y juegos al aire libre
Ya hemos tomado conciencia del lugar en el que estamos. Y, ¿ahora qué?
Pues ahora, toca, como siempre, jugar.
La torre
Si estáis cerca de un riachuelo es posible que podáis encontrar cantos rodados para hacer esta actividad. No te preocupes si no hay ni río ni cantos rodados, puesto que os servirá cualquier piedra. La tarea es tan sencilla como hacer una torre de piedras lo más alta que podamos.
Quizá tu peque esté acostumbrado a construcciones que encajan, así que hacer una torre con elementos irregulares y resbaladizos será todo un reto. Y, por supuesto, no olvidéis tirarla al terminar para poder volver a empezar.
Arcimboldo
Arcimboldo fue un pintor italiano del siglo XVI que realizaba retratos humanos a partir de frutas, flores y verduras. Seguro que los has visto en alguna ocasión. Se trata de jugar a ser Arcimboldo y crear nuestros propios retratos con palos, hojas y frutos a modo de collage.
Cuaderno de campo
Los más mayores pueden llevar su cuaderno de campo para anotar todo aquello que observan: si la naturaleza adopta formas de letras como la y griega de las ramas de los árboles, si hay musgo en alguna corteza, etc.
También pueden recoger algunas hojas, colocarlas debajo de alguna de las páginas del cuaderno y pasar un lápiz para ver cómo se reproducen en el papel la forma y los nervios de la hoja. Después puede dejar la hoja dentro del cuaderno para prensarla y buscar en casa a qué tipo de planta pertenecía.
Siempre recomiendo que esta tarea se haga después en casa por dos motivos. El primero es porque, si estamos en el campo, disfrutaremos del campo y evitaremos las búsquedas en internet con el móvil (cuanto menos se saque el móvil, menos tentaciones tendrán de pedir dibujos o similar). La segunda razón es porque, si dejamos esto para casa, es una forma de alargar la actividad y de entretener una tarde más.
Pulgarcito
¿Recordáis el cuento de Pulgarcito que dejaba migas de pan para encontrar el camino de vuelta? Pues vamos a convertirnos en Pulgarcito y daremos un paseo dejando piedras o palos (ya sabemos que con migas de pan no funciona bien) para encontrar el camino de vuelta.
Se trata de una actividad de observación, atención, orientación y toma de decisiones en la que los peques tendrán que guiarnos para encontrar el campamento base.
Ir al campo con niños: El nido
En esta ocasión haremos una actividad de motricidad fina y concentración. Se trata de recopilar palitos pequeños y construir un nido de manera en el que los palos vayan quedando trenzados y el resultado sea una construcción compacta. Si sois varios, podéis colocar los palitos por turnos y negociar qué posición es la más adecuada para nuestro propósito.
Los naturalistas
Las tareas de observación de detalles son también muy enriquecedoras. Es importante no olvidar la lupa en casa porque puede proporcionarnos un rato de investigación muy interesante. Buscaremos hormigas, saltamontes y cualquier otro bicho que podamos observar con la lupa.
Si encontramos una hilera de hormigas, podemos seguirla, encontrar el hormiguero, preguntarnos por qué irán todas juntas, de dónde vendrán o qué están haciendo. Si encontramos hormigas que vayan cargadas con una semilla, una cáscara de pipa o una miga de pan, es buen momento para enseñar a los peques las proporciones. Les diremos que se fijen en cuánto mide la hormiga y cuánto mide la carga y después les haremos imaginar si ellos podrían con una carga que fuera el doble o el triple que ellos.
La curiosidad de algunos peques los lleva a coger los animales o incluso a apretarlos. Es importante que les hagamos llegar la idea de que hay que tener cuidado y tratar a los animales con respeto igual que nos gusta que nos traten a nosotros.
En este apartado, al igual que hicimos en el post de la playa, podemos recoger la basura que veamos con ellos e insistirles en lo peligroso que puede resultar encender un fuego en el campo o dejar una botella de cristal tirada.
Los collares
Seguro que tu peque tiene algún juego de ensartar cuentas. En esta ocasión se trata de hacer lo mismo, pero con elementos naturales como hojas, palos, hierba, etc. Seguro que les encanta hacer collares y pulseras para regalar a toda la familia y además pasarán un buen rato entretenidos.
Juego simbólico
La naturaleza nos regala un montón de elementos para el juego simbólico: hacer comidas con barro y palos o pócimas con hojas siempre son una buena opción para desarrollar la capacidad simbólica.
Ir al campo con niños: ¡A moverse!
Por supuesto el campo nos proporciona los recursos naturales suficientes como para hacer una buena sesión de actividad física: trepar por un tronco caído, saltar de piedra en piedra, jugar al escondite (siempre que se acote la zona, se den instrucciones a los niños y que haya adultos suficientes para controlar dónde se esconde cada uno) o al pilla pilla, rodar por el suelo, hacer equilibrios sobre palos o piedras, etc. son siempre fantásticas opciones para movernos un poco.
Como ves, un día de campo nos permite realizar juegos y actividades para conectar con la naturaleza y con nuestros peques lejos del bullicio de las ciudades.
Además, el campo nos ofrece todos los recursos que necesitamos para jugar. Si te fijas, para pasar un día de excursión, no hemos necesitado más que una libreta, una lupa y un lápiz así que es posible que aunque tu peque quiera llevarse una bolsa entera de juguetes, al final no utilice ninguno.
Si necesitáis más recursos para favorecer el desarrollo de vuestros peques mediante el juego, podéis consultarnos online en la Tribu CSC.
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¡Feliz día de campo!
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