Este fin de semana conocíamos la noticia de una mujer que había dado a luz en un vehículo con la ayuda de su marido en Madrid. Esta situación es más frecuente de lo que imaginamos,…

El 6 de septiembre a las 4.30 de la madrugada nació un bebé en una casa de Dos Hermanas (Sevilla). No nació en un hospital porque a su madre le dijeron que no estaba de parto y que se fuera a casa. Beatriz Galán, su madre, nos cuenta esta historia de luces y sombras de un nacimiento en casa que afortunadamente salió bien.
«No estoy enfadada, sí algo triste porque no he recibido ninguna llamada oficial del hospital ni de la matrona que me mandó a casa«. Beatriz Galán nos atiende al teléfono, mientras sostiene en brazos a su bebé. «Nació bajito de peso -2,400 kg- pero ya está en 3.100. Se alimenta muy bien y se ríe mucho», explica con orgullo.
El día 5 de septiembre acudió al Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, un centro hospitalario privado de Sevilla, con contracciones cada 4 minutos. Pero, según explica, cuando la reconocieron le dijeron que no estaba dilatada ni tenía signos de que el alumbramiento sería pronto. De hecho, las contracciones se le pararon.
Pero al bajar, en la misma puerta de Urgencias, las contracciones reaparecieron, se hicieron más fuertes y volvió a subir. La matrona la volvió a mandar a casa: «Me dieron la charla de mami primeriza y a casa», publicaba en su cuenta de Instagram. Una hora después nació Daniel. En el cuarto de baño de su casa. Beatriz fue asistida por su marido y por Elena, del 061, que los fue guiando por teléfono.
«Entre dolores y vergüenza me fui, y en una hora la cabecita de mi pequeño dijo, se acabó el tiempo… ¡¡Voy!! Y activamos modo supervivencia y haciendo caso a lo que mi cuerpo marcaba, y a la vocecita de nuestro ángel del 061, sin miedo, sin dolor, solo adelante… Nació.»
Ver esta publicación en Instagram
Nacimiento inesperado en casa: Un embarazo por sorpresa y de riesgo
El embarazo de Beatriz era de riesgo. Tiene otro hijo, Leo de 10 años, y se quedó embarazada esta segunda vez por sorpresa, cuando ya no tenía esperanzas.
«Yo soy organizadora de bodas. Y no sé si era el estrés o los nervios, pero mi cuerpo estaba bloqueado. Me hicieron pruebas y lo descarté. Sin embargo, tras la pandemia, quizás estaba más tranquila, y me quedé embarazada de Daniel. ¡Ni si quiera sabía que lo estaba!».
En la semana 35 el crecimiento intrauterino del bebé «se paró». Acudía a la sanidad pública y privada. Estaba, según ella, «supervigilada». De hecho, desde los 5 meses de embarazo empezó a tener contracciones. Afortunadamente, el embarazo siguió adelante y el bebé cogió peso, pero le avisaron de que seguramente se adelantaría.
«No estás de parto. Vete a casa que estarás más tranquila»
«No tuve confianza en mí misma«, cree Beatriz. Según explica, el día 5 acudió a monitores y allí le dijeron que estaba teniendo contracciones. «Me preguntaron si no las había notado, pero como llevo desde los 5 meses teniéndolas, no había sentido nada distinto».
Sin embargo, tenía la sensación de que Daniel vendría en pocas horas. Por la noche, tras dejar a su otro hijo Leo con su madre, acudió al hospital, que es privado, porque tenía contracciones «y estaba segura de que estaba de parto».
La matrona, sin embargo, la reconoció y le dijo que no estaba dilatada ni tenía el cuello «borrado»; así que le aconsejó que se marchara a casa porque el parto «podría tardar días».
«Lo cierto es que las contracciones pararon en monitores, así que mi pareja y yo nos fuimos. Pero cuando llegamos a la puerta de Urgencias empezaron otra vez y estaba convencida de que eran de parto. Volvimos a subir, pero esta vez la matrona nos atendió en el pasillo y ni me reconoció.
Volvió a darme la charlita: que me tranquilizara, que si había probado con las respiraciones, etc. Me dio tanta vergüenza que me fui, por eso digo que no tuve confianza en mi cuerpo y en lo que sentía«.
De hecho, antes de subir Beatriz le propuso a su pareja acudir al hospital público, pero él le contestó que estaban en un hospital y que no tenía sentido ir a otro. Así que, tras las palabras de la matrona, se fueron a casa.
Nacimiento en casa asistido por el 061
Beatriz tenía claro que iba a parir esa misma noche. Tanto que, cuando recogió a su hijo Leo en casa de su madre, se lo dijo. Leo estaba emocionado e incluso le puso unas velitas y se fue a dormir.
«Me empezaron a azotar unos dolores horribles. Me senté y noté la cabeza del bebé, al levantarme sentí como un clic de mis caderas, como si se estuvieran ensanchando para el momento. Mi pareja se empezó a preparar para ir al hospital y tuve que decirle que no, que no había vuelta atrás«.
Y efectivamente. Asistidos por profesionales sanitarios del O61, el bebé nació a las 4:30 de la madrugada. Beatriz asegura que hizo caso a su cuerpo en todo momento y que era consciente de todos los pasos, aunque «todo pasó muy rápido»: «Yo soy muy aprensiva. Me mareaba hasta en las clases de preparto. Pero cuando llegó el momento supe cómo actuar«.
La historia ha salido en muchos medios de comunicación y precisamente a través de un programa de televisión, Andalucía Directo, logró reencontrarse en persona con Elena, la profesional que asistió el parto en la distancia. Beatriz le está muy agradecida y Elena le ha contado que «todos en la sala estaban muy preocupados porque estuviera bien. ¡Imagina asistir un parto en la distancia y sin ver nada!».
Una historia que acaba bien, pero que no debe servir de ejemplo
«No sé si será por la oxitocina, la hormona del amor, pero a mí se me olvidó todo de momento. Sé que pasé dolor y estaba preocupada porque mi bebé no tuviera ninguna complicación, pero cuando lo vi y comprobé que estaba bien, me inundó la felicidad. Ese recuerdo es magnífico», explica Beatriz.
No se le olvida ese momento, ni cómo su otro hijo Leo se despertó cuando su hermanito dio un «berrido» y acudió al baño para ayudar a sus padres. Mientras el padre abría la puerta del personal de la ambulancia que llegó a su casa, «Leo le limpiaba la carita a su hermanito, diciéndome: qué bonito es mamá. Quería ser el primero en conocerlo y así fue».
Aunque la historia de Beatriz Galán acaba bien, lo cierto es que ella tiene muy claro que «ninguna mujer ha de tomarme de ejemplo ni pensar que este parto ha sido idílico e intentar imitarlo». Para ella era importante que su parto fuera asistido por profesional sanitario (matronas y ginecólogo, en caso de necesitarlo).
Es más, hasta que no nació Daniel y estaba bien, a Beatriz no se le disiparon los pensamientos recurrentes sobre todas las circunstancias graves que podría haber sufrido su hijo por esa falta de asistencia profesional.
«Las mujeres debemos creer más en nosotras»
La matrona de Criar Con Sentido Común, Sara Caamaño, (a quien podéis consultar a través de la Tribu CSC); subraya que este tipo de situaciones «no es muy habitual». Y que, de hecho, si la mujer no está dilatada, «una mejor praxis es no ingresar hasta más adelante. Pero la clave está en observar cómo está la mujer«.
Beatriz Galán cree que la matrona que la envió a casa «estaba convencida de que estaba en lo correcto, que yo no estaba de parto». Sin embargo, echa de menos «cierta empatía» porque si, pese a todo, la hubiera atendido tal vez el bebé hubiera nacido realmente en el hospital. Y no sería protagonista de un nacimiento en casa inesperado.
«Me resulta injusto que siempre se nos pone en duda a las mujeres, incluso por otras mujeres como en este caso. No lo hizo con maldad, estoy segura; pero teniendo en cuenta que mi embarazo era de riesgo, sí hubiera agradecido otro trato más empático«.
El ginecólogo que llevaba su caso en este hospital sí la ha llamado y se ha disculpado con ella, sobre todo por los riesgos que conllevaba su parto. Ella agradece el gesto, aplaude a los profesionales sanitarios del 061 y sobre todo tiene un mensaje para las mujeres: «Que creamos en nosotras mismas y en lo que sentimos; que si nos equivocamos no pasa nada. No tenemos por qué saberlo todo».
Madre mía, leo esta noticia y soy yo!! A mi me pasó lo mismo con mi segundo hijo!! Tras ir a urgencias con contracciones y de 35 semanas me dijeron que no estaba de parto y a las 2 horas de llegar a casa mi hijo nació en la alfombra del salón. Tal cual lo ha contado Beatriz, así lo vivimos mi marido y yo.