Cómo preparar a tu gato para la llegada del bebé

Artículo publicado el 20 Feb 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 6 abril, 2024

¿Cómo preparar al gato para la llegada del bebé a casa? Antes de iniciar los preparativos y con el fin de orientar dicha preparación para que en el hogar convivan bebés y gatos, es importante como cuidadores del gato, hacernos ciertas preguntas.

1. ¿Mi gato rehuye el contacto o la interacción con las personas?
2. ¿Se asusta de las personas desconocidas?
3. ¿Muestra agresividad hacia personas de fuera del ámbito familiar?
4. ¿Ha tenido a lo largo de su vida contacto regular con niños pequeños?
5. Si he tenido visitas con niños pequeños en casa, ¿cómo ha reaccionado?

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas no es favorable, la recomendación siempre es acudir antes de nada a un veterinario especialista en comportamiento, que pueda asesorarnos y ayudarnos a prevenir problemas de convivencia entre nuestro gato y el nuevo miembro de la familia.

 

 

Aprovechando que el 20 de febrero es el Día Internacional del Gato, a continuación os ofrecemos unas pautas básicas para favorecer el vínculo respetuoso entre peques y gatos.

Interacción del gato con peques

Uno de los aspectos clave es la socialización del gato con niños pequeños (pregunta número 4). Es decir, que el animal haya tenido contactos regulares y positivos con bebés y niños pequeños a lo largo de su vida, especialmente durante el periodo de socialización, va a favorecer que el animal se adapte mucho mejor cuando el bebé nazca. Esto es básicamente porque el gato va a “etiquetar” al bebé como un estímulo conocido con el que ya ha tenido buenas experiencias previas.

 

 

El periodo de socialización en el gato es una etapa breve de su vida, donde el animal es especialmente sensible a habituarse de forma natural a todo tipo de estímulos, siempre y cuando estos se expongan de manera gradual y frecuente. Empieza aproximadamente a las dos semanas de vida y se extiende hasta las siete-nueve semanas.

Después de este período el gatito podrá seguir socializándose (e incluso en edad adulta), y de hecho es recomendable que los contactos se sigan produciendo, aunque el efecto será más duradero y generalizable si estos empiezan a producirse en las primeras semanas de vida.

 

 

Sus condiciones sanitarias

Otro tema importante es el estado de salud de nuestro amigo felino: por un lado, debemos asegurar que nuestro gato esté en perfectas condiciones sanitarias cuando conozca al nuevo miembro de la casa. Por otro lado, los gatos enfermos toleran peor los cambios en su entorno. Por todo ello, es recomendable realizar un buen chequeo veterinario al animal, si no lo hemos hecho recientemente.

Recomendaciones para una buena convivencia

Hay ciertas pautas que podemos contemplar para favorecer la convivencia entre el gato y el bebé:

1. Introduce los cambios en el entorno lo antes posible y de forma gradual

Los gatos son muy sensibles a las modificaciones en su entorno físico, cualquier cambio brusco puede provocar la aparición de estrés, afectando a su salud y provocando cambios de comportamiento. Por esto es importante preparar el espacio de nuestro bebé con la máxima antelación posible, dejando al gato que explore libremente los nuevos objetos y olores.

 

 

2. Reserva una zona privada para nuestro gato

Si no la tiene asignada previamente, ahora es el momento para crear un espacio de la casa de uso “exclusivo” para el gato, donde pueda refugiarse del bebé o de personas desconocidas (por ejemplo: visitas) en cualquier momento. Este espacio (que debemos acomodar perfectamente con zona de descanso, juguetes, rascador, bandeja sanitaria, agua y comida), ofrecerá al gato momentos de calma, privacidad y seguridad cuando lo necesite. Además, su acceso libre le aportará sensación de control, aspecto muy importante para prevenir el estrés en el gato.

 

 

3. Asegura que tu gato tiene todo lo que necesita para ser feliz

Nos referimos básicamente a las necesidades ambientales y de comportamiento del gato, que podemos resumir en cinco pilares básicos:

• Proporcionar los recursos necesarios en cantidad y localización. Es decir: a nuestro gato no deben faltarle suficientes juguetes, sitios de descanso, platos de agua y comida, bandejas sanitarias y rascadores.
• Debemos proporcionarle oportunidades para el juego y/o la caza.
• Debemos proporcionar y respetar oportunidades para que marque el espacio olfativamente (frotándose contra los objetos o personas, rascando con las uñas).
• Asegurar interacciones positivas consistentes y predecibles hacia personas (tanto de la familia como desconocidos).
• Proporcionar un espacio “seguro” para nuestro gato (al que hemos hecho referencia anteriormente).

 

 

4. Habitúa al gato a los sonidos de bebé

Previamente a la llegada del recién nacido puede ser útil familiarizar al gato, mediante grabaciones, al llanto y otros ruidos de bebé. Esto debe hacerse inicialmente con la ayuda y supervisión de un especialista en comportamiento.

Introducción de un gato en una familia con un bebé

En el caso de adoptar un gatito, la adaptación por parte del animal va a ser generalmente más fácil que en el caso de un gato adulto, ya que como hemos comentado, socializar un animal joven con un entorno nuevo siempre será más factible.

 

 

De todas formas, en ambos casos deberemos tener en cuenta algunos aspectos importantes:

• Las primeras semanas es recomendable restringir el espacio del animal, e ir abriéndole las diferentes partes de la casa de forma gradual.
• Todos los espacios que el gato pueda utilizar estarán adecuadamente condicionados a sus necesidades.
• Respetemos los requerimientos de interacción y contacto físico del gato. Siempre debemos dejar que sea el animal el que solicite contacto físico, nunca lo forzaremos a interaccionar con el bebé ni con el resto de la familia.
• Deberemos estar atentos a sus necesidades de juego y proporcionarle suficiente estimulación física y mental, así como suficientes juguetes. De esta manera podremos prevenir conductas de caza dirigidas hacia personas.

 

 

• Fomentaremos las interacciones adecuadas con el bebé conforme vaya creciendo, e intentaremos que el animal lo asocie positivamente (por ejemplo, felicitaremos al gato si huele o se frota con el bebé).
• El uso de feromonas sintéticas durante las primeras semanas es muy aconsejable, ya que ayudarán al animal a sentirse más confortable y a reducir el estrés.
• A medida que el bebé vaya creciendo es muy importante educarlo en el respeto hacia el animal, para seguir asegurando que la relación entre ambos sea armoniosa. Le enseñaremos a relacionarse adecuadamente con el gato, evitando manipulaciones bruscas o acciones que le puedan asustar.

Ante cualquier reacción de miedo o agresividad dirigida al bebé, es recomendable consultar con un veterinario especialista en comportamiento.

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