El amigo imaginario durante la infancia: ¿Es normal?

Artículo publicado el 9 Jul 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 9 abril, 2024

Si has visto la película “Del Revés” (Inside Out), seguro que has reparado en Bing Bong, el elefante rosa que ayuda a Alegría y Tristeza a encontrar la forma de regresar a la base central y termina quedando en el foso del olvido del cerebro de Riley, la niña protagonista. Ese adorable elefante rosa es el amigo imaginario de la niña. Pero, ¿qué es un amigo imaginario?

¿Qué significa que tu hijo tenga un amigo imaginario?

Un amigo imaginario es un personaje que crea el niño o la niña y al que trata como si fuera real. Interactúa con él y les habla a otras personas sobre él. Lo habitual es que sea una invención imaginaria del niño, pero también puede ser un muñeco o un peluche que cobra vida a través del niño.

El amigo imaginario puede adoptar diferentes formas. Así, puede ser otro niño, un animal, un superhéroe, un fantasma, etc. Es importante saber que son controlados por el niño o la niña, que es consciente de que no son reales y que los utiliza con finalidades concretas y, por tanto, no hay que confundirlas con las alucinaciones, que no son ni voluntarias ni controladas.

 

 

Un estudio ya clásico de la Universidad de Oregón, concluyó que los amigos imaginarios eran más frecuentes entre los niños más extrovertidos y creativos.

Hasta qué edad es normal tener un amigo imaginario

Tener un amigo imaginario es frecuente entre los 3 y los 7 años y, en contra de lo que se pensaba antes, es completamente normal y lo habitual es que desaparezca sin mayores incidencias con el tiempo.

¿Por qué tienen amigos imaginarios los niños?

Los amigos imaginarios tienen una función en el desarrollo emocional y social de los niños y niñas que los tienen. Este amigo “invisible” sirve de canal de expresión y, a través de él, el niño o la niña libera sus sentimientos, pudiendo atribuir sus propias emociones y/o opiniones, necesidades y deseos al amigo imaginario para así expresarlas y liberarlas.

 

 

¿Qué pasa cuando un niño tiene un amigo imaginario?

No solo es normal tener un amigo imaginario en la infancia, sino que este ejercicio de imaginación tiene muchos beneficios para los pequeños:

• Tener un amigo imaginario favorece el desarrollo de la imaginación y la creatividad. Además, dado que actúa como compañero de juegos, les sirve para practicar el juego de roles y las interacciones lingüísticas.
• Favorecen algunos aspectos del desarrollo.
• Ayudan a la expresión emocional y la resolución de problemas. El amigo imaginario puede expresar emociones que el niño no se atreve a expresar y, además, le puede ayudar a encontrar soluciones a los problemas que se le puedan presentar. Sería algo similar a contar con el apoyo de un amigo real al que contar los problemas y de quien recibir consejos.
• Favorece la adaptación a momentos de soledad. El niño, al sentirse acompañado, puede tolerar mejor el juego en solitario cuando no dispone de hermanos o de los padres para jugar.

 

 

Y, si nuestro hijo o hija tiene un amigo imaginario, ¿qué debemos hacer?

Descubrir que tienen un amigo imaginario puede sorprendernos y hacernos dudar sobre cómo debemos actuar. ¿Debemos ignorar que tiene un amigo imaginario o, por el contrario, es importante atenderlo?

No rechazar

Lo primero es no rechazar al amigo imaginario y entender que forma parte del desarrollo normal del niño. Tampoco debemos ridiculizar al niño ni hablar de su amigo imaginario en tono de mofa con otras personas y avisar a su entorno más cercano de su existencia y de las pautas a seguir.

Habla sobre él

El amigo imaginario nos puede dar mucha información de lo que piensa, siente y vive nuestro hijo o hija, de sus necesidades y sus inquietudes. Así que, aprovecha la oportunidad y pregunta por él. Además, será una gran ocasión para mantener una conversación sobre un tema que es importante para él/ella. No conviertas la conversación en un interrogatorio. Simplemente, habla sobre él de forma natural, como hablarías de cualquier otro amigo.

De la misma manera que queremos conocer a los amigos reales de nuestros hijos e hijas, es conveniente conocer a los amigos imaginarios y saber qué piensan, qué ideas tienen o qué consejos les dan.

 

 

¿Qué hacer si mi hijo tiene un amigo imaginario malo?

Cabe la posibilidad de que tu peque utilice al amigo imaginario para “tapar” sus trastadas. Por ejemplo, si desordena la habitación o si pinta en la pared, es posible que haya sido el amigo imaginario. Por eso es importante integrarlo en la dinámica familiar ya que será la forma de que nuestro/a hijo/a entienda que las normas debemos cumplirlas todos y se lo haga saber a su amigo imaginario.

Como ya apuntábamos anteriormente, las conversaciones sobre el amigo imaginario nos pondrán sobre aviso si hay algo extraño o que pueda resultar potencialmente peligroso. Imaginemos que el amigo imaginario de nuestro hijo o hija es un superhéroe intrépido que trepa por las fachadas o que atraviesa paredes y nuestro hijo nos dice que le ha pedido que le acompañe a su próxima misión. Es importante que les hagamos entender que ellos no pueden trepar por las paredes ni atravesarlas.

Dejar jugar y observar

Si tu peque está jugando con su amigo imaginario, no te entrometas a menos que te pida que juguéis juntos. Observa sus conversaciones sin juzgarlas. Ten en cuenta que si le riñes o le transmites mensajes como “deja ya a tu amigo invisible”, sentirá que está haciendo algo mal, dejará de hacerlo o se esconderá y, entonces, dejaremos de tener esa información tan valiosa.

 

 

En definitiva, se trata de actuar con tolerancia y respeto, comprendiendo que es algo normal dentro del desarrollo de nuestros hijos/as siempre y cuando no interfiera de forma negativa en su vida diaria.

¿Cuándo preocuparse por los amigos imaginarios?

Solo debemos preocuparnos si escuchamos que nuestro hijo o hija ya es mayor para tener amigos invisibles, si tiene conversaciones extrañas, si se aprecia un cambio de conducta llamativo o si, de repente, observamos que pierde el interés por interactuar con otras personas.

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