¿Cuándo le regalo su primer móvil?

Artículo publicado el 9 Mar 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 7 noviembre, 2022

Es probable que si tienes un hijo preadolescente te preguntes cuándo debes comprarle su primer móvil. Y si no te lo preguntas tú, puede que sea él o ella quien te lo pida de forma incesante. Y aunque es cierto que no podemos vivir de espaldas a la tecnología, ¿cuándo están nuestros hijos preparados para tener un teléfono móvil?

¿A que edad piden el primer móvil?

Según el estudio del INE “Equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares en España” de 2020, el 69,5% de la población de 10 a 15 años tiene un teléfono móvil, lo que indica que los menores tienen un smartphone cada vez más pronto. Un porcentaje que ha crecido en tres puntos respecto al año anterior, cuando se situaba en el 66%.

No en vano, un estudio realizado por la compañía Xplora, especializada en smartwach para menores en la que participaron 400 padres y madres con niños de 5 a 12 años, el 60% de los niños piden un teléfono móvil antes de los nueve años. Y si se divide por franjas de edad, el porcentaje más alto (27,7%) corresponde a menores de siete años.

 

 

Además, según los datos de la encuesta, la edad media para tener el primer móvil se sitúa alrededor de los 12 años y medio. ¿Y qué piensan los padres? Pues según un estudio elaborado por Gad3 y la plataforma Empantallados, los progenitores piensan que la edad ideal para que los niños tengan su primer móvil es a los 13 años.

Los motivos, según el estudio realizado por Xplora se centran, además de en el deseo del propio menor, en las “ventajas” para los padres. ¿Qué significa esto? Pues que un 73% de los encuestados destacaron la tranquilidad de saber que puede hablar con él en cualquier momento, y un 46% lo consideraron útil para saber dónde se encuentra su hijo. En este sentido, hay que tener en cuenta que existen relojes inteligentes con tarjeta SIM con el mismo fin.

¿Cuándo le compro su primer móvil?

La realidad es que no hay una edad ideal o perfecta para que los niños tengan su primer móvil. Lo más probable es que los miedos nos acechen por pensar los peligros a los que se pueden exponer si tienen un smartphone con acceso a internet: acceso a contenido inadecuado, acoso, contacto con extraños, adicción… No en vano, las cifras de acoso sexual a niños por internet o «child grooming» experimentaron en 2020 una subida del 55% con respecto a 2019. Pero esos peligros van a estar ahí siempre y nada ni nadie puede asegurarnos que vayan a estar libres de ellos. Y mucho menos, la edad. Si tienes dudas al respecto, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de profesionales que pueden ayudarte durante todo un mes de forma gratuita.

 

 

Aunque depende de muchos factores, los expertos recomiendan dar un móvil a nuestros hijos a partir de los 12 años. Sin embargo, hay que tener en cuenta que con esta edad debería usarlo para jugar o ver vídeos, pero no para utilizar las redes sociales. De hecho, apps como WhatsApp no deberían usarse hasta los 15 o 16 años.

¿Cuánto más tarde mejor? Aunque podría responderse afirmativamente a esta pregunta, más que el cuándo, deberíamos plantearnos si nuestro hijo está preparado para tener un smartphone y para qué lo quiere. Y además, enseñarle en qué consiste un buen uso del teléfono en sí y de las tecnologías.

 

 

¿Qué hay que tener en cuenta antes de comprar el primer móvil a nuestro hijo?

La edad no es más que un número, los años que tiene nuestro hijo. Por ello, según explica la educadora de Disciplina Positiva del equipo de Criar con Sentido Común:

“Es fundamental que nos tomemos tiempo para entrenarlos/as en el uso del teléfono móvil y que hagamos una labor educativa para que conozcan de primera mano cuáles son los riesgos de hacer un mal uso de las tecnologías y aprendan a hacer un uso responsable del teléfono móvil”. 

Para empezar, debemos fijarnos en su madurez y en su carácter. Observarlo es clave: por ejemplo, no es lo mismo un niño sedentario que se pasa horas en casa sentado jugando a la consola, que una niña con diferentes aficiones, a la que le gusta el deporte y que no tiene ningún contacto con otro tipo de aparatos electrónicos. Lo mismo ocurre con su carácter (si es tímido o extrovertido) o si tiene buenos hábitos de estudio.

Además, es importante plantearse para qué necesitan un móvil. Para relacionarse, para entretenerse, para quedar con sus amigos o si es una necesidad de control por parte de los padres. Y de la respuesta de cada una de esas preguntas, podremos saber si es realmente necesario o no. Por ejemplo, si argumentan que necesitan un móvil para escuchar música y ver vídeos, pueden hacerlo con la tablet familiar en el salón de casa.

También hay que tener en cuenta otros factores como el tipo de familia. Ocurre por ejemplo en el caso de progenitores separados cuando el pequeño está periodos de tiempo con uno o con otro. En estas ocasiones, puede ser una herramienta útil para estar en contacto con ambos.

 

 

Y la presión también influye ya que si todos los amigos de nuestro hijo tienen móvil, al final puede sentirse excluido del grupo. La pertenencia de grupo en la adolescencia es clave y poder comunicarse con ellos por WhatsApp es igual de importante en este momento para ellos que hacerlo en el colegio. Sin embargo, es fundamental no sucumbir a esta forma de presión ya que debe ser una decisión muy meditada por toda la familia.

¿Cómo gestionar el uso del primer móvil?

Lo ideal es que antes de entregar el primer smartphone a nuestro hijo establezcamos una serie de normas para establecer un uso responsable:

• Gestión del tiempo. Es importante establecer en qué situaciones se usa y en cuáles no se usa salvo para emergencias (por ejemplo, no se puede usar a la hora de comer o en reuniones familiares y la norma es igual para toda la familia).
• Dormir sin el móvil. El vamping (mirar la pantalla de un móvil o tablet antes de dormir) tiene consecuencias en la salud física y psicológica. Y estudiar o dormir con el móvil al lado y encendido solo consigue distraernos del propósito inicial. Por ello, es importante acordar que el móvil se quede fuera de la habitación por la noche y durante las horas de estudio. Y nuestro ejemplo es elemental.
• Definir el uso del móvil y su uso responsable. ¿Para qué quiere nuestro hijo el móvil? Es importante definir qué uso va a darle y, sobre todo, dejar claro qué cosas no puede hacer en ningún caso. Por ejemplo: hablar con extraños, mandar fotos sin ropa o reenviar imágenes comprometidas de otras personas.
• Los padres, responsables. El teléfono es del niño, pero es importante acordar las razones por las que los padres pueden revisar el móvil. Siempre como medida de protección en casos en los que se perciba riesgo y nunca como forma de ejercer un control excesivo ni violar su intimidad sin más motivo que la curiosidad.

A todo ello se suma, el tipo de móvil y la configuración que hagamos en él. Por ejemplo, en estos momentos es clave que el dispositivo tenga la opción de “control parental” para poder limitar los contenidos a los que el menor pueda tener acceso.

 

 

Hay que tener en cuenta que podemos hacer una autonomía digital progresiva. ¿Qué significa esto? No es lo mismo un teléfono móvil con el que solo podremos enviar llamadas y mandar mensajes de texto (SMS) que un smartphone con pleno acceso a internet. E incluso en este último caso, tampoco es igual un teléfono con un plan de datos con el que el niño puede conectarse en cualquier parte, que uno que solo se conecta por WiFi en casa y que tiene limitadas las descargas.

Por tanto, podemos empezar incluso compartiendo el teléfono móvil con nuestros hijos, creándoles un perfil a ellos en los que no se puedan descargar aplicaciones y tengan el acceso a internet limitado, e ir abriendo el abanico poco a poco a medida que nuestro hijo crece y observamos que hace un buen uso del móvil.

Como en todas las etapas de la crianza, la educación y la comunicación con nuestros hijos es fundamental. Solo así conseguiremos un uso responsable de la tecnología y de los teléfonos móviles.

 

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