Baby opera: Un estudio revela que los bebés disfrutan de la música en vivo

Los conciertos para niños son muy populares, pero ¿son beneficiosos? Según una investigación reciente sí: lo son, ¡y mucho!

Cuando los bebés ven una representación en directo de una ópera para bebés, sus ritmos cardíacos se sincronizan y están significativamente más atentos a la actuación que los bebés que vieron una grabación del mismo programa, aunque la grabación era idéntica a la versión en vivo.

El estudio, titulado “Una audiencia pequeña: la interpretación en vivo facilita la atención de los bebés y la sincronización del ritmo cardíaco” y publicado en la revista ‘Psychology of Aesthetics, Creativity and the Arts’ encontró que, a pesar de tener que lidiar con muchas distracciones en la sala de conciertos, los bebés tenían periodos “ininterrumpidos de atención”.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores examinaron a 120 bebés de 6 a 14 meses de edad mientras veían una ópera infantil en una sala de conciertos que también funciona como centro de investigación en la Universidad McMaster (61 bebés la vieron en persona, los otros 59 vieron una versión grabada).

 

 

Los investigadores transmitieron meticulosamente la grabación para que los artistas tuvieran el mismo tamaño, distancia y volumen que la versión en vivo. Las respuestas de los bebés se rastrearon a través de monitores cardíacos y tabletas montadas en los respaldos de los asientos del concierto, y luego los estudiantes asistentes de investigación revisaron las imágenes para notar cuándo los bebés miraban al escenario y cuándo miraban hacia otro lado.

La actuación en vivo capturó su atención durante el 72% de los 12 minutos del programa, mientras que la grabación captó su atención durante el 54%. El programa en vivo también los tuvo mirando continuamente durante más tiempo.

Los bebés se emocionan con la experiencia social de asistir a un espectáculo de música en vivo multitudinario

Los hallazgos sugieren que los bebés sienten el impacto de estar en un espectáculo en vivo, tanto a través de las interacciones de los músicos con su audiencia, como de la experiencia social de estar en una multitud.

 

 

Laura Cirelli, profesora asistente en el departamento de psicología de la U de T Scarborough y coautora del estudio, recuerda momentos durante la actuación en que la calma se apoderaba de los bebés y otros momentos en que un cambio de tono o un riff vocal los emocionaba a todos. “Su ritmo cardíaco se aceleraba y disminuía de manera similar”, explica la especialista.

Estamos preparados para consumir música desde el nacimiento

Cirelli, directora de TEMPO Lab, que estudia cómo los bebés y los niños responden a la música, subraya que los hallazgos del estudio pueden ofrecer información sobre por qué los seres humanos estamos programados para consumir música y asistir a espectáculos en directo desde nuestro nacimiento.

La especialista en psicología infantil explica que los bebés tienen fuertes reacciones emocionales a la música y a las canciones incluso antes de su primer cumpleaños.

La música ayuda a los bebés a crear lazos sociales y afectivos

Es bien sabido que la socialización es crucial durante el desarrollo de la primera infancia: el cerebro de un bebé está sentando las bases para las habilidades y capacidades de la vida futura a medida que crece.

 

 

Cirelli dice que la música puede desempeñar un papel importante en la creación de esos lazos importantes. Ella señala que la investigación encontró que los bebés tienen más probabilidades de socializar con alguien después de escucharlos cantar una canción familiar o bailar con ellos.

“Si está sucediendo algo con lo que nos involucramos colectivamente, también nos estamos conectando entre nosotros“, explica la experta. “Se trata de una experiencia compartida“.

“Constantemente encontramos que la música puede ser un contexto altamente social y emocional dentro del cual los bebés pueden fomentar conexiones con sus cuidadores, otros miembros de la familia e incluso nuevos conocidos“, manifiesta Cirelli.

Para la experta, “este estudio de audiencia muestra que incluso en un contexto comunitario, los bebés se involucran con la música y se conectan con los demás miembros de la audiencia“. “¿Qué tiene la experiencia en vivo que vale la pena?”, plantea Cirelli. “¿Por qué iría la gente si no hay algo fundamental sobre esa experiencia musical en vivo que va más allá de escuchar música por ti mismo?”.

Beneficios de la música en el cerebro de los bebés

Los beneficios de la música en los niños están más que demostrados y son múltiples y variados. La evidencia revela, además, que la música es una herramienta de aprendizaje que apoya el desarrollo integral de bebés y niños.

“La música es inherente al ser humano (incluso el latido de nuestro corazón es rítmico). Tanto o más que el lenguaje. Está con nosotros de forma ancestral tal y como demuestran hallazgos de instrumentos musicales prehistóricos.

Pero, además, cada uno de nosotros gozamos de un fantástico instrumento musical, nuestra propia voz. A través de tiempos y culturas, uno de los primeros contactos de los bebés con la música es por medio de esa voz, casi siempre materna, en forma de nana“, explica la docente, psicóloga y logopeda infantil Elena Mesonero.

“A los bebés les importa más que les cantes que si afinas a la perfección puesto que los bebés son capaces de responder a las melodías antes que al lenguaje“, incide la especialista.

 

 

Neurológicamente, la música es uno de los estímulos que más áreas cerebrales activa (algo así como “un deporte completísimo”, según Mesonero). Pero, ¿cuáles son los beneficios de la música en la primera infancia? ¿Cómo influye la música en el aprendizaje de los niños? ¿Qué beneficios brinda la música en el neurodesarrollo infantil?

• Aumenta la memoria y la atención: recordar canciones y melodías, seguir ritmos, atender a los diferentes instrumentos que suenan en una composición… son excelentes actividades cognitivas. “Eso sí, los más mayores deben tener cuidado con estudiar con música ya que las últimas investigaciones sugieren que estudiar escuchando música, sobre todo si es con letra en la lengua materna, puede interferir en el estudio”, matiza Mesonero.
• Ayuda a gestionar las emociones: la música adecuada puede ayudar a peques y mayores a calmarse cuando lo necesitan o a activarse si es preciso.
• Apoya el desarrollo del lenguaje: aprender “letras de canciones, rimas musicalizadas y diferentes ritmos son tareas que pueden ayudar en la adquisición del lenguaje”, señala la experta.
• Alimenta la memoria: la música facilita la evocación de recuerdos.
• Fomenta las habilidades matemáticas: el estudio del lenguaje musical activa el área cerebral encargado de las operaciones matemáticas.
• Mejora la sociabilidad: cuando la música es compartida, los peques pueden interactuar de forma grupal mejorando sus habilidades sociales. “Pero cuidado con los más tímidos, que pueden necesitar más tiempo o adoptar un papel más pasivo en coreografías y cantos grupales”, subraya Mesonero.
• Desarrolla la creatividad: la música, como el resto de manifestaciones artísticas, desarrolla la capacidad de creación de los más pequeños.
• Mejora la salud general: fortalece el sistema inmunológico y cardiovascular “sobre todo si, además, la vinculamos con el baile o cualquier otro ejercicio físico”, incide la especialista.

“Parece claro que, los motivos son suficientes para ofrecer música a nuestros hijos ya sea en forma de clases, de conciertos, de música cotidiana en casa, de juegos de canciones o de instrumentos.

Pero, para mí, hay otro motivo incluso más importante: la música, como parte de la cultura, nos hace humanos, nos vincula con los que nos rodean y crea lazos emocionales difíciles de desatar“, señala la especialista en psicología infantil de Criar con Sentido Común.

 

 

Pero ¿cómo estimular a los bebés con música? ¿Qué música es buena para los bebés? Si quieres saber o necesitas asesoramiento profesional sobre cómo fomentar el desarrollo de tu peque, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra Elena Mesonero y también la terapeuta ocupacional pediátrica experta en desarrollo infantil Jéssica Romero.