Entrevista Jéssica Romero, terapeuta ocupacional pediátrica de CSC: “Un niño criado en la superabundancia de regalos se convertirá en egocéntrico y egoísta y tendrá una tolerancia a la frustración escasa”

La Navidad, con Papá Noel y los Reyes Magos, se presta a que los hogares se llenen de regalos para todos, pero en especial para los niños. Sin embargo, aunque pensemos que colmar a un peque de regalos es sinónimo de felicidad, lo cierto es que puede ser contraproducente. Hoy hablamos con Jéssica Romero, la terapeuta ocupacional pediátrica de Criar Con Sentido Común, sobre el síndrome del niño hiperregalado. Jéssica Romero tiene una larga experiencia en la atención a menores y es una de las expertas de Criar Con Sentido Común que os pueden orientar sobre la estimulación y el juego en los niños. Con ella podéis contactar a través de la Tribu CSC.

P: ¿Qué es el síndrome del niño hiperregalado?

R: En las fechas navideñas estamos rodeados de publicidad por todos lados. En la televisión, en cualquier catálogo de casi cualquier comercio, en los escaparates de todas las tiendas… Nos bombardean con objetos y juguetes. Eso hace que, en general, los adultos perdamos un poco el norte y tendamos a regalar a nuestros pequeños montones de cosas que no desean ni necesitan. 

El peque que es educado en la superabundancia de regalos posiblemente se convierta en un niño egocéntrico y egoísta; que no valore aquello que tiene y con tolerancia a la frustración escasa

Este niño al que se le regalan juegos y juguetes para cualquier evento como navidades, su cumpleaños, para celebrar unas buenas notas, etc., y que es educado en esta superabundancia de regalos, posiblemente se convierta en un niño egocéntrico y egoísta; que no valore aquello que tiene y con tolerancia a la frustración escasa. Este es el perfil del niño hiperregalado.

P: ¿Cuáles son las consecuencias para nuestros hijos? ¿Por qué es contraproducente llenarles de regalos?

R: Como consecuencia de esto, el niño o niña no piensa en el esfuerzo que ha hecho la persona que regala para elegir ese juguete. Solo se fija en la cantidad, sintiéndose insatisfecho muchas veces, triste en ocasiones, y decepcionado en otras, porque tiene regalos que no deseaba y, en la mayoría de las ocasiones, no sabe ni qué hacer con ellos. Además, el día en que no recibe esa cantidad de juguetes, seguramente se sentirá frustrado.

El síndrome del niño hiperregalado afecta a habilidades como el desarrollo de la creatividad e incluso a las capacidades atencionales

El síndrome del niño hiperregalado afecta a habilidades como el desarrollo de la creatividad e incluso a las capacidades atencionales del niño: “si tengo tantos juguetes delante que encima hacen de todo ellos solos, no me permiten poner en marcha mi imaginación, por lo que solo me harán saltar de uno a otro, sin entretenerme a explorar ninguno”. Puede afectar a otras áreas de su desarrollo personal claves como la tolerancia a la frustración, la generosidad o la empatía. Tendremos niños caprichosos y consumistas.

Puede afectar a otras áreas de su desarrollo personal claves como la tolerancia a la frustración, la generosidad o la empatía. Tendremos niños caprichosos y consumistas

P: ¿Existe un número ideal de regalos para hacerle un niño?

P: Esto es difícil de determinar porque depende mucho de cada niño y circunstancia familiar – todos quieren regalar al peque de la casa – pero, a mi juicio, no más de tres o cuatro. Me parece un número adecuado porque permite al niño tener variedad, pero a la vez valorar esos regalos, explorarlos, ver sus posibilidades, inventar con ellos. En definitiva, JUGAR. 

Tres o cuatro regalos me parece un número adecuado porque permite al niño tener variedad, pero a la vez valorar esos regalos, explorarlos

P: ¿Y cómo elegimos los correctos? Muchos peques piden y piden regalos con los que luego ni siquiera juegan.

R: Esto es, en parte, consecuencia de ese bombardeo consumista del que hablábamos al principio. ¿No nos pasa también a los adultos cuando no paramos de recibir publicidad de ropa, perfumes, electrodomésticos, etc.? Todo nos apetece y llega a resultarnos necesario. Pero en realidad no nos hace falta.

Como consecuencia del bombardeo consumista publicitario todo nos apetece y llega a resultarnos necesario, pero en realidad no nos hace falta

Siempre suelo recomendar que juguemos con nuestro hijo; que estemos con él, presentes, en esos momentos de juego, para que conozcamos bien sus habilidades, sus intereses, motivaciones… y en base a eso podremos elegir bien los regalos que vamos a hacerles.

Recomiendo que juguemos con nuestros hijos para que conozcamos bien sus habilidades, sus intereses, motivaciones… y en base a eso elegir bien los regalos

Teniendo en mente ese número ideal de tres o cuatro regalos, podemos jugar con algo que el niño desee y le haga ilusión, como ese muñeco de los dibujos que le encantan, aunque no sea el más ideal de los juguetes. Y el resto de juguetes los elegiremos pensando en la madurez de nuestro niño, habilidades, motivaciones, etc. 

P: ¿Cómo se puede negociar con las familias para no caer en el síndrome del niño hiperregalado? Abuelos, tíos, etc. suelen ilusionarse también en el día de reyes o el cumpleaños de los peques.

R: Esto es complicado, ¿verdad? Cuando hay un peque en casa es imposible no querer darle todo lo que esté a nuestro alcance, colmar todos sus deseos y verle tremendamente feliz. Los regalos forman parte de esto en nuestro imaginario. Sin embargo, lo que los peques más valoran y disfrutan es el tiempo de calidad que pasamos con ellos. 

Lo que los peques más valoran y disfrutan es el tiempo de calidad que pasamos con ellos

Mi primera opción sería hablar con la familia, sin rodeos, y exponerles la manera de criar a nuestros hijos que deseamos, incluido el tema regalos. Pero soy consciente de que veces esto no es sencillo. Por lo que quizá no podamos limitar la cantidad de regalos, pero sí orientar sobre el tipo de juguetes a regalar y compensar en casa regalando menos.

Algo que me parece interesante es “hacer sitio” para esos regalos nuevos que van a llegar

Algo que me parece interesante es “hacer sitio” para esos regalos nuevos que van a llegar. Es una forma también de evitar el síndrome del niño hiperregalado. Cuando el peque es chiquitito, basta con guardar algunos juguetes y solo tener a mano unos cuantos e ir rotándolos.

En función del número de regalos que vaya a recibir, saldrán tantos como vayan a entrar

Cuando es algo más grande, vamos a elegir con él, de entre sus juguetes, los que van a salir de casa para a ir destinados a otros niños a los que se los donaremos, por ejemplo. En función del número de regalos que vaya a recibir, saldrán tantos como vayan a entrar. Esto, además, va a ayudar a nuestro hijo a valorar lo que tiene y a pensar en los demás, etc. 

P: Pero, con juguetes o sin ellos, es muy importante el juego en los peques: ¿Por qué?

R: El juego es la herramienta más potente que tienen los niños para aprender, y no solo en las primeras etapas de su desarrollo. Cualquier aprendizaje, incluso cuando somos adultos, va a dejar una huella mucho más marcada y duradera si viene desde la motivación, la emoción, el asombro, el descubrimiento propio. Va a permitir un aprendizaje real y significativo. 

El juego es la herramienta más potente que tienen los niños para aprender. Y para jugar, realmente, no hacen falta casi juguetes

Jugar potencia la imaginación, la creatividad, la atención, la resolución de problemas, las habilidades sociales. Permite ensayar y ponerse en situaciones más o menos estresantes para el niño (como ir al dentista o el primer día de cole), ponerse en el lugar del otro, etc… Y para jugar, realmente, no hacen falta casi juguetes. 

P: Para no caer en el síndrome del niño hiperregalado, ¿deberíamos interiorizar que en realidad lo que nuestros hijos quieren es que juguemos con ellos?

R: ¡Desde luego! Son frecuentes las consultas de madres y padres que están inquietos porque sus hijos no saben jugar solos, no se entretienen con nada, parece que no tienen imaginación, los reclaman todo el tiempo, etc. 

Nuestros pequeños necesitan tiempo con nosotros, tiempo de calidad, presencia

Nuestros pequeños necesitan tiempo con nosotros, tiempo de calidad, presencia. No se trata de que tengamos que estar todo el día inventando qué hacer con los juguetes, detrás de ellos. El simple hecho de ESTAR, sin móvil, sin televisión, estar con ellos en esos ratos de tiempo compartido, tomando un café imaginario, construyendo una ciudad, luchando contra dinosaurios enormes, pintando o lanzándonos una pelota, siguiendo su iniciativa, es algo que va a ir llenando su mochila de aprendizajes y recuerdos. Y la nuestra también.

P: ¿Cuáles son los juguetes o juegos idóneos según la edad? No es lo mismo jugar con un bebé que con una niña de tres o un menor de siete?

R: Es difícil generalizar porque cada niño es único y, por tanto, sus habilidades, intereses y motivaciones también lo son. Hay niños que disfrutan mucho de juegos sedentarios como los cuentos, puzles o construcciones, y en cambio otros son los más felices con una pelota o una bici, necesitan más actividad física. 

Es difícil generalizar porque cada niño es único y, por tanto, sus habilidades, intereses y motivaciones también lo son

Resumiendo mucho, podemos decir que en la primera infancia, con bebés de hasta un año y medio o dos, debemos elegir juguetes muy multisensoriales, fáciles de agarrar, que suenen, permitan incentivar el movimiento porque rueden. Es el momento de explorar con la boca, transportar objetos, esconderlos, meter, sacar, tirar… 

En la primera infancia debemos elegir juguetes multisensoriales

A partir de los dos años y hasta los cuatro, más o menos, introduciremos los cuentos, construcciones sencillas, puzles, muñecos y objetos de la vida real como cocinitas, coches, etc., ¡porque les encanta imitarnos! Las bicicletas sin pedales o patinetes suelen ser un recurso muy interesante que ofrecer en esta etapa. 

De los cuatro o cinco en adelante, buscaremos juegos que impliquen habilidades manipulativas de mayor precisión. Con pinzas, cuentas que enhebrar para crear joyitas o piezas para ensamblar más pequeñas, pegatinas, pinceles y otras herramientas para dibujar. Ya podemos ir introduciendo juegos de mesa, cooperativos o competitivos, en los que haya que respetar turnos, seguir algunas normas sencillas, pueden incluir inicio de conteo lógico matemático, juegos con letras, etc. 

Por otro lado, tenemos materiales muy perdurables en el tiempo, como las piezas de madera para construir, por ejemplo. Nuestro bebé las usará para explorarlas con su boca, entrechocarlas y guardarlas en un recipiente y, más adelante, serán la base para construir auténticas ciudades o vehículos. 

P: ¿Qué opinas de regalar tablets, videojuegos o móviles a los niños? ¿Hay una edad apropiada para ello?

R: En general, yo retrasaría lo máximo posible regalar este tipo de dispositivos. No es lo mismo tener una tablet en casa, que la familia use en momentos puntuales, que darle una a un niño de cuatro o cinco años (si no antes). Aunque hay juegos muy interesantes, que podrías decirme que fomentan habilidades de aprendizaje, atencionales, etc., creo que los contras siguen siendo más que los pros a la hora de utilizarlas.

Retrasaría lo máximo posible regalar dispositivos electrónicos a los peques

Si le hemos regalado una tablet a un niño, lo primero es que limitar su tiempo de uso ya es un problema. Por otro lado, fomenta el sedentarismo, ya que pueden pasarse horas trasteándola o viendo dibujos en ella, quitándoles tiempo para jugar en el parque, estar con otros niños, etc. 

Algunos padres me comentan que es curioso que en la tablet su hijo sabe hacer puzles de muchas piezas y en cambio, cuando le ofreces el puzle real, no son capaces de hacerlo. Y es que la tablet les presenta la tarea ordenada, las piezas ya orientadas, no hay que utilizar las dos manos para ensamblarlas, etc… ¡Les da casi todo el trabajo hecho!

Por no hablar de la estimulación lumínica inadecuada, que puede llegar a trastornar los ciclos del sueño infantil. 

P: ¿A partir de qué edad los juguetes pierden su valor para los niños y empiezan a interesarse por otras cosas?

R: Pues depende del peque. Sí que es cierto que a la par que van madurando sus habilidades e intereses van variando los tipos de juguetes. Y pasan de jugar con muñecos y juegos de simbolismo, a juegos de mesa, por ejemplo. Y, más adelante, cuando las relaciones sociales con iguales cobran mayor relevancia (en la adolescencia), el juego es más social. Está más relacionado con actividades deportivas, creativas o artísticas, y también entran en juego los videojuegos, etc. 

A la par que van madurando sus habilidades e intereses van variando los tipos de juguetes

Pero te diré que a mi edad, me ofreces algún juego de construcciones y soy la persona más feliz del mundo.