11 Preguntas para conocer a tus hijos (y así invertir en vínculo)

Es importante crear un clima de confianza en el que no se sientan cohibidos o juzgados

Artículo publicado el 19 Dic 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 24 septiembre, 2023

Los que tengáis hijos mayores ya os habréis dado cuenta de que, en un abrir y cerrar de ojos, tienes en casa hijos adolescentes que no te cuentan nada y que se comporta casi como unos extraños. Y, aunque la adolescencia es una etapa especial que tiene sus particularidades, a veces, lo que ocurre es que por el camino perdemos muchas oportunidades de comunicación. ¿Quieres conocer a tus hijos?

Conocer a tus hijos: Para que ellos nos cuenten, primero nosotros tenemos que saber escuchar

Cada vez estoy más convencida de que, para que nuestros hijos quieran contarnos las cosas importantes cuando entran en la adolescencia, es imprescindible escucharles desde pequeños. Lógicamente, los peques tienen su orden de “importancias” que es diferente al nuestro, pero es necesario escuchar esas cosas que para ellos son especiales, imprescindibles o necesarias.

Por ejemplo, tu peque puede sentirse triste porque se le ha roto el brazo de uno de sus muñecos más viejos. Nuestra mirada adulta, en ocasiones, nos lleva a pensar “solo es un juguete viejo, no pasa nada”. Pero, ¿qué ocurre si lo que se te rompe es uno de tus vinilos favoritos? Pues es exactamente lo mismo. Debemos ponernos en su lugar y escuchar porque, probablemente, lo que nos cuentan es lo más importante de su vida.

 

11 Preguntas para conocer a tus hijos adolescentes

 

Sin embargo, muchas familias me transmitís vuestra inquietud sobre los temas de conversación con vuestros hijos. Preguntas como “¿y de qué hablamos?”, “¿cómo podemos acercarnos a ellos?” o “¿cómo conocerles?” son frecuentes.

En este post os vamos a proponer 11 preguntas para conocer a tus hijos. Serán algo así como un punto de partida para favorecer la comunicación.

11 preguntas para conocer a tus hijos

La única norma de juego es encontrar un momento tranquilo, quizá aprovechando la hora de la comida o de la cena, para que todos podáis expresaros con calma. Por supuesto, los mayores también participamos. Y, si hay varios hermanos, es importante establecer unos turnos de palabra que deben ser respetados.

Sé que os estaréis preguntando a partir de qué edad se puede hacer. Aunque es cierto que se requieren algunas destrezas a nivel de lenguaje, podéis probar a partir de los tres o cuatro años. Con los más pequeños es útil darles el modelo respondiendo antes nosotros. Lógicamente, cuanto más mayores sean, darán respuestas más completas y elaboradas.

 

11 Preguntas para conocer a tus hijos adolescentes

 

Vamos allá con las preguntas para conocer a tus hijos:

1. Si pudieras pedir un superpoder, ¿cuál elegirías? ¿Por qué?

Con esta pregunta podréis conectar el mundo de la fantasía con cuestiones más terrenales y os dará información sobre su personalidad. Por ejemplo, si eligen la invisibilidad quizá les guste pasar desapercibidos.

2. ¿Cómo sería un día genial para ti?

Así podréis conocer cuáles son sus actividades favoritas y a qué tipo de detalles le dan valor como no madrugar, pasar tiempo jugando con vosotros, comer algo especial, visitar a los abuelos, etc.

3. ¿Qué cosas te producen alegría/enfado/tristeza/vergüenza?

Aunque siempre quieres conocer a tus hijos, muchas veces nuestros hijos se enfadan y ni siquiera sabemos por qué. Esta es una buena forma de hablar sobre sus emociones sin estar viviéndolas en el momento. Seguramente os hayáis encontrado negociando en medio de un enfado o de un momento de euforia y habéis sentido que no os escuchaban. La forma de solucionarlo es reflexionando cuando la emoción no está en su punto álgido y, con estas preguntas, podemos recordar situaciones en las que nos hemos sentido así.

 

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Otra de las ventajas de hablar sobre nuestras emociones es que nuestros peques se dan cuenta de que a los mayores también nos pasa y sentimos rabia, y tristeza y euforia. Y, por supuesto, nos da información de esas pequeñas cosas que les ponen contentos o que les entristecen.

4. ¿Qué es lo que más te gusta de papá/mamá/tu hermano/tu mejor amigo? ¿Y lo que menos?

Con esta pregunta conoceremos a qué valores dan ellos importancia y cuáles son las características de los demás que no les gustan. Es importante remarcarles que no sean características físicas ya que ellos pueden tender a decir cosas como “su pelo rizado” o “sus gafas”. Si no saben muy bien que decir, podéis darles ejemplos “que canta muy bien”, “que se ríe mucho”, “que siempre me ayuda”, etc.

5. ¿Qué es lo que mejor sabes hacer? ¿Y lo que peor?

Esta pregunta nos dará información sobre su autoconcepto y sobre lo objetivos que pueden ser. A algunos niños les cuesta expresar tanto las cosas que hacen bien como las que no. En ese caso, podemos darles modelo comenzando nosotros o hacer una pequeña introducción en la que comentemos que todos tenemos fortalezas y debilidades y es importante ser conscientes de ellas y conocernos bien para mejorar.

 

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6. Si fueras un animal, ¿cuál serías? ¿Por qué?

A veces, nos cuesta hablar de nosotros mismos y resulta más fácil proyectar fuera. La elección del animal nos aportará pistas sobre cómo se ven. En este caso es importante que se responda a qué animal serían, no el que les gustaría ser. Sin embargo, también podemos preguntar qué animal les gustaría ser para conocer cualidades a las que dan valor o que les gustaría tener.

7. ¿Prefieres jugar con muchos amigos, con unos pocos o tú solo?

En adultos se puede cambiar jugar por cenar, salir, trabajar, etc. Esta pregunta puede ser un buen punto de partida para conocer cómo son sus relaciones sociales, si se sienten más cómodos en pequeño grupo o si, por el contrario, les encanta variar sus amistades.

8. ¿Como quién te gustaría ser cuando seas mayor? ¿Por qué?

En este caso, podéis decidir si la respuesta tiene que ser un personaje de ficción o real. Esta es una buena manera de conocer sus referentes y lo que les gustaría ser en el futuro.

 

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9. ¿Has hecho alguna vez algo que te haya hecho sentir orgulloso de ti mismo? ¿Qué fue?

Esta pregunta puede ser difícil de responder para los más pequeños. En este caso podéis acotarla en un espacio de tiempo o explicar el significado. Por ejemplo, podéis decir “¿has hecho algo hoy que hayas pensado qué bien esto que acabo de hacer?” y después añadís alguna idea como haber ayudado a un compañero que había tropezado a levantarse, haber terminado una tarea del colegio muy bien, etc.

10. Si pudieras convertirte en papá o mamá, ¿cómo sería tu día?

Se trata de ponernos en la piel del otro y pensar cómo actuaríamos. Los adultos tendríamos que convertirnos en niños por un momento y pensar cómo sería nuestro día. Al ponernos en la piel de otro en una situación ficticia, nos resulta más fácil decidir qué haríamos. Esta pregunta nos puede llevar a respuestas muy graciosas sobre la percepción que tienen de nosotros. Pero, ¡cuidado! Puede que nos llevemos un jarro de agua fría si recibimos comentarios como “si fuera mamá/papá me pasaría todo el día enfadado trabajando”. En ese caso, podemos preguntar qué harían ellos diferente.

11. Si pudieras pedir tres deseos, ¿qué pedirías?

Esta es una pregunta muy abierta que nos puede dar datos sobre lo que anhelan de cara al futuro, las cualidades que les gustaría tener, si desean cosas para los demás o para ellos mismos, etc.

 

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Dedicar tiempo a conocer a tus hijos es invertir en vínculo familiar

Solo me queda una última indicación: abrid bien las orejas y permaneced flexibles y tolerantes con sus respuestas, cualesquiera que estas sean. Podéis matizar sus respuestas, completar con comentarios u otras preguntas o pedir explicaciones extra, pero no censuréis.

Si queremos que nuestros peques crezcan en un clima de confianza en el que se puede hablar sobre cualquier tema y en el que cada uno se puede expresar libremente es importante que no se sientan cohibidos o juzgados.

Si os animáis, os garantizo que vais a aprender mucho de ellos y sobre ellos ¡pero también de vosotros mismos!

 

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24 septiembre, 2023

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