Zapatos heredados, ¿por qué no?

Artículo publicado el 12 Nov 2022 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 31 octubre, 2023

Es muy habitual que nuestros hijos “hereden” ropa y calzado de sus hermanos, primos o amigos cercanos. Es frecuente y puede ayudar a aliviar en cierto modo nuestro bolsillo. Sin embargo, los zapatos heredados en la infancia no son una buena idea. ¿Por qué? En este post te lo explicamos.

El uso de zapatos heredados en los niños puede provocar problemas podológicos en sus pies a medio y largo plazo. A lo largo del crecimiento, los pies de los peques van cambiando. El pie del recién nacido es redondeado y con una capa de grasa que no deja ver el arco. De hecho, aproximadamente hasta los 4 años los pies de los niños pueden ser planos por motivos fisiológicos.

Cada hueso del pie se irá osificando a edades diferentes. Hay huesos como el calcáneo que comienzan su osificación en el nacimiento y otros, como el astrágalo, que no lo hace hasta pasados los 10-13 años.

“Los zapatos heredados no se deben utilizar porque dependiendo de la impronta de cada persona, las articulaciones y los músculos, se moverán de una u otra forma”, explica Belinda Basilio, podóloga infantil de Criar Con Sentido Común, a la que podéis consultar online cualquier duda sobre el pie del bebé y otras patologías podológicas a través de la Tribu CSC.

Por qué no usar zapatos heredados

“Si alguna vez has usado algún zapato de tu hermana o te has probado las zapatillas de tu madre, habrás notado que la sensación no es agradable. Un niño no va a decir nada y se va a adaptar, pero eso no significa que sea bueno para él ni para su equilibrio. Cada menor debe usar sus propios zapatos para adaptarlos a su propio cuerpo“, añade nuestra experta.

 

 

No hay estudios científicos que profundicen en este asunto, prosigue Belinda Basilio, pero es una cuestión de sentido común.

De 0 a 3 años

Es un periodo clave en los pies de los niños, ya que influye en el desarrollo posterior y en la columna vertebral. Lo mejor que puedes hacer en esta época es dejar que vayan descalzos. Nuestra pediatra, Gloria Colli explica:

“El niño que anda habitualmente descalzo tendrá un pie un poco más ancho, también un mayor arco y en consecuencia menos riesgo de deformidades del pie o de los dedos. Además de tener una mayor flexibilidad que le permitirá moverse con más facilidad”.

Ponerle al peque zapatos heredados puede causar problemas, ya que puede generar cambios en la forma en la que el pie se asienta en el suelo o porque puede sufrir alteraciones en el momento de la marcha.

 

 

Entre los 4 y los 6 años

Hasta los 3 o 4 años no aparece el verdadero “hueco” de la cara interna de la planta del pie del niño “que produce la huella característica”, dice Gloria Colli. En esta época, los niños y niñas comienzan a tener más actividad. Unos zapatos heredados pueden contribuir a que el menor meta los pies hacia dentro.

A partir de los 7 años

A esta edad los niños y niñas tienen una actividad física mayor y es el momento en que pueden aparecer otros problemas por el uso de zapatos heredados, como apoyos irregulares, molestias en la planta o en la rodilla, etc.

¿Qué problemas pueden provocar los zapatos heredados?

Además de la incomodidad lógica, puede provocar dolor en los dedos, afectar al crecimiento de las uñas o la aparición de rozaduras. Puede generar laxitud en los ligamentos y debilidad en las articulaciones.

 

 

También puede deformar la estructura del pie, provocar dolor de espalda e incluso desviaciones de la columna vertebral. Los peques modifican la posición del pie, lo que afectará a la marcha y al desarrollo correcto del aparato locomotor. Unos zapatos heredados pueden, por último, ser un foco de contagio de hongos.

El gran hándicap es que muchos peques no son capaces de expresar que se sienten incómodos con los zapatos que acaban de heredar. Pero hay señales, tanto para zapatos heredados como nuevos:

“Si un niño se quita mucho los zapatos, incluso recién comprados, puede significar que no está cómodo y que no le van bien”, explica Belinda Basilio.

¿Hay zapatos heredados que sí se pueden usar?

Como decíamos, reutilizar unos zapatos o ropa puede ser un alivio para algunos bolsillos. En muy contadas ocasiones se podrían usar unos zapatos heredados. Estos deben haberse usado menos de 5 veces.

“Si la palmilla (plantilla interna) está bien y no se nota la presión de los deditos, ni hay ningún indicio de que el zapato esté torcido y la suela está pulcra y perfecta, entonces sí se podrían reutilizar. Pero, por supuesto, no deben estar doblados ni deformados en la zona del contrafuerte”.

 

 

Solo en esa circunstancias, podría optarse por utilizar unos zapatos heredados “cambiando la palmilla por una nueva”. No se recomienda heredar los zapatos del cole ni botines ni ningún calzado de uso habitual.

¿Cada cuánto hay que cambiar los zapatos del peque?

Al margen de los zapatos heredados, nuestra podóloga también explica cuándo deberíamos cambiar los zapatos de nuestros hijos:

“El Instituto Biomecánico establece que para los niños más pequeños deberíamos cambiar sus zapatos cada tres o cuatro meses.

A partir de los 6 o 7 años, que los pies crecen mucho menos, lo razonable es ir observando el calzado y analizando signos de alarma. En la consulta me he encontrado, por ejemplo, niñas con ampollas por los zapatos. Eso es un claro signo de alarma”.

 

 

Uno de los trucos, dice Belinda Basilio, es observar la palmilla del zapato. Si esta tiene un “socavón” en la parte del dedo gordo o en la del segundo dedo, eso indica que el zapato se ha quedado pequeño. Hay zapatos de distintas marcas que tienen una especie de “chivatos” para que nos demos cuenta de que hay que cambiarlos. Zapatos a los que, por ejemplo, se les borra una huella en la parte delantera una vez que el uso del zapato está llegando a su fin.