La difícil decisión de vacunar o no a los niños de 5 a 11 años contra el Covid-19

Tal y como os comentamos hace unos días, se ha aprobado la vacunación contra el coronavirus a peques de 5 a 11 años en España, y se ha decidido empezar a vacunarlos el 15 de diciembre, corriendo ya circulares en los colegios, y autorizaciones, para hacerlo en los centros escolares.

Esto lleva a las familias a tener que tomar una decisión que no es fácil, porque hablamos de esas personas que han pasado (y pasan) la enfermedad de manera más leve en la mayoría de casos.

Vacunar o no a los niños: La vacunación contra el coronavirus en niños es opcional

Lo primero que debemos tener en cuenta, todos, es que la vacunación es opcional. En España tenemos la libertad de vacunarnos o no hacerlo, y tenemos la libertad de vacunar o no a los peques, así que como progenitores somos libres de decidir, y nadie debería recibir presiones ni faltas de respeto por tomar una u otra decisión.

 

 

Vacunación contra el coronavirus: ¿Por qué se dice que sería recomendable vacunar?

Dicho esto, siendo conscientes de que todos tenemos la libertad de decir que sí o decir que no a la vacunación contra el coronavirus en peques, ¿cuáles serían las razones para vacunar?

Por protección individual

El riesgo de complicación por el virus en peques es muy bajo, pero no es cero. Algunos peques sin enfermedades de base lo pasan mal, y en algunos casos, que deben estudiarse mejor, parece que sufren lo que se conoce como covid persistente, que son síntomas que permanecen incluso semanas y meses tras la infección.

Los síntomas descritos son tos, fiebre, fatiga, dolor de cabeza y problemas de atención, y se están viendo en entre un 5-10% de los peques que cogen el virus (se sospecha que podría tener relación con la presencia o no de síntomas durante la infección), siendo algunos casos más leves y otros más llamativos.

 

 

Porque se reduce la transmisión del coronavirus

Vacunando a los peques se reduce la transmisión del virus entre ellos, que ahora son el grupo de población con una mayor incidencia acumulada, al ser los que no están vacunados, y además se reduce la transmisión dentro de las familias.

Es cierto que contagian y se contagian menos que los mayores, pero de nuevo, la cifra no es cero. Y la nueva variante Ómicron ya sabemos que es más contagiosa (podría ser hasta 10 veces más contagiosa que el virus original, y hasta dos veces más contagiosa que la variante Delta), y que parece provocar más reinfecciones.

Menos cuarentenas

Estando los peques vacunados se reducirán los confinamientos en las aulas, en gran parte porque habrá menos contagios. El poder quitarse las mascarillas no llegará todavía, porque están en interior, y muchas veces no puede respetarse la distancia de seguridad (y seguimos en situación de pandemia).

 

 

Pero, hay muchas razones para no vacunar, ¿no?

Bueno, es que si no las hubiera no habría dudas, y este post no tendría sentido. Al final, todo se basa en poner a un lado de la balanza los beneficios y los riesgos, y decidir. Vamos a ver qué se dice en contra de la vacunación en peques de 5 a 11 años:

“Es una vacuna experimental, sin los estudios finalizados”

Se dice que es una vacuna que ha salido muy rápido y que hay muy poca evidencia de que sea segura. Esto no es cierto.

Para empezar, se han administrado ocho mil millones de dosis en personas de todas las edades, desde los 12 años, y durante un año se ha demostrado que es mucho más peligroso el virus que la vacuna.

En niños más pequeños siempre queda esa duda: ¿es peor el virus o es peor la vacuna? Pues todo indica que el virus es peor, porque no sabemos cuáles son los riesgos a largo plazo de la vacuna, pero sí sabemos cuáles son los del virus, y si encima hay variantes que provocan más reinfecciones, y el virus sigue circulando, puede haber una nueva mutación que sea más agresiva.

 

 

Insisto: seguimos en pandemia y tenemos que vacunarnos cuantas más personas, mejor, para que el virus tenga menos posibilidades de volver a mutar de manera significativa. Pero no solo en España, tendríamos que conseguir vacunar a todos los ciudadanos del mundo.

Siguiendo con el tema, los estudios que se han hecho con esta vacuna antes de aprobarse se han hecho con muchos más niños que los estudios previos que se hacen con el resto de vacunas que se administran cada día a los bebés y peques.

Son estudios que ya están completados. Y lo que queda ahora es la fase de farmacovigilancia, que se hace después de la aprobación de una vacuna. Esta fase se hace cuando se empieza a vacunar a la población, una vez se aprueba una vacuna, para seguir vigilando las posibles reacciones en las personas que la reciben. Y eso no quiere decir que salga sin acabar los estudios. Eso es lo que se tiene que hacer por si hubiera alguna reacción que no se ha visto hasta ahora, y se hace con todas las vacunas por igual.

 

 

Es más, en España hemos tenido la “suerte” de que la vacunación en peques ha llegado cuando en EEUU se han administrado ya millones de dosis en estas edades, sin que haya alertas de seguridad que nos haga reconsiderar la estrategia de vacunación.

¿Y el riesgo de miocarditis?

Una de los riesgos de la vacunación es que, como efecto secundario, padezcan la inflamación del miocardio (miocarditis), que es algo que sucedió con algunos adolescentes vacunados.

Lo bueno del asunto es que estas miocarditis se han visto en adolescentes varones, pero no en los más pequeños. Probablemente tenga que ver con los niveles de testosterona, y con que a los peques se les administra la tercera parte de la vacuna que se administra al resto de la población.

Pero es que además, las miocarditis que han sucedido en los jóvenes no han sido graves. Han sido casos leves y autolimitados, que responden bien a los tratamientos. Y no solo eso… es que el virus provoca más casos de miocarditis que la vacuna.

 

 

Teniendo en cuenta que la nueva variante es mucho más contagiosa, parece claro que es peor no vacunar incluso en adolescentes, porque el virus puede hacerles más daño que la misma vacuna.

Pero… es que la vacuna de la Covid tiene efectos secundarios

Claro. El riesgo cero no existe en ninguna vacuna ni medicamento. Pero por ahora, lo que se ha visto en peques de 5 a 11 años es que sufren los efectos secundarios típicos de las vacunas: dolor local, fiebre, malestar, cansancio, dolor de cabeza…

Y ojo, que el riesgo cero tampoco existe si no vacunamos, porque el virus también puede provocar síntomas en algunos peques, y desconocemos cómo podría actuar una nueva variante del virus. ¿Y si vuelve a mutar y aparece una nueva variante más agresiva en mayores y peques? Quizás no pase, ojalá no, pero esa posibilidad está ahí.

¿Para qué vacunar a todos, si hay peques que ya lo han pasado?

En los casos de peques que ya han pasado la enfermedad se recomienda administrar una sola dosis, al menos cuatro semanas después del diagnóstico (en el resto se recomiendan dos dosis, separadas por un mínimo de ocho semanas), porque se consigue una respuesta inmunitaria robusta que protegería mejor a los peques ante las variantes Delta y Ómicron.

 

 

De hecho, lo más probable es que tengan que vacunarse de nuevo el año que viene (tanto para seguir estando protegidos de las variantes actuales, como de posibles nuevas mutaciones que puedan aparecer).

Es que han muerto muy pocos niños en comparación con los adultos

Es cierto, por Covid han muerto poquísimos niños, por suerte. Pero… es que son niños. No queremos que muera ninguno, ni que sufran complicaciones a medio ni a largo plazo, tengan o no enfermedades de base. Así que si con la vacuna se puede reducir ese número a cero, quizás valga la pena.

Vacunar o no a los niños: En resumidas cuentas…

Tenemos, ahora mismo, un riesgo bajo de complicaciones severas y muerte por el virus, pero que no es cero, con una Covid persistente que debe estudiarse mejor para esclarecer las posibles consecuencias a medio y largo plazo tras la infección, y con un virus que si sigue circulando puede volver a mutar a mejor, pero también a peor.

Tenemos una vacuna que parece muy segura, cuyo riesgo tampoco es cero, pero que parece mejor que coger el virus y esperar a ver qué pasa con el/la peque durante y tras la infección.

 

 

Y tenemos un virus que seguramente acabaremos cogiendo todos, porque encima ha mutado a una variante mucho más contagiosa y que provoca más reinfecciones. Por lo pronto, para poder salvar el mayor número de vidas posible y evitar el colapso de los centros sanitarios es necesaria una tercera dosis además de las dos que ya nos administraron a muchos en su día.

Así que si me preguntáis qué haría yo si tuviera un hijo entre los 5 y los 11 años (de hecho tengo uno), yo sí lo vacunaría. Pero, como digo, cada madre y padre es libre de tomar la decisión que considere oportuna y debe ser respetada por el resto.

Una última cosa: En el cole nos piden una autorización

Es muy probable que hayáis recibido una circular informativa con una autorización para poder vacunarles en la escuela. A efectos logísticos, teniendo que vacunar a miles y miles de niños y niñas, es lo más fácil y rápido.

Sin embargo, quiero recordaros que los/as peques tienen derecho a estar acompañados por un progenitor o adulto de referencia cuando se lleva a cabo un acto médico, una prueba, etc.

De nuevo, es decisión vuestra firmar o no dicha autorización.

 

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